miércoles, 8 de abril de 2015

Algo más que palabras

Propiciemos la  gran cumbre de las verdades
(Por nuestra culpa hoy alguien ha llorado en el mundo)

Víctor Corcoba Herrero/ Escritor

Me gustaría que se avivara la gran cumbre de las verdades entre tantas reuniones de hipocresía. Únicamente desde una realidad exacta podemos hablar de reconciliación. Indudablemente, para conciliar relaciones tiene que darse un clima de armonía, un diálogo verdadero para confrontar posiciones, un respeto por toda vida y, sobre todo, la disposición permanente de la mano tendida para evitar las divisiones. Necesitamos más que persuadir, hermanarnos, sentirnos parte los unos de los otros, y para ello, lo primordial es despojarnos de intereses mezquinos. La solidaridad tiene también que tomar un lenguaje más auténtico. Somos cómplices de tantas miserias, de tantas opresiones, que cuesta poner orden en un hábitat de falsedades. Ya está bien de dejarnos gobernar por la mentira. Tenemos que preservar la verdad como lenguaje para sentirnos libres. Dejemos las apariencias a un lado y, aunque sólo sea por una vez, propiciemos encuentros que no eclipsen a ningún ser humano. Todos nos merecemos la misma consideración, idéntica dignidad, poder ser oídos y escuchados más allá de este materialismo dialéctico que nos aprisiona.

En medio de este mundo confuso, adoctrinado por los poderes y adherido a su servilismo, hace falta que otras voces nos despierten. Remitiendo una mirada al mundo actual, fácilmente se descubre un lenguaje de ficción que nos deja sin verbo. El desprecio por el ser humano es tan descarado, que no encontramos justificación alguna. Por eso, es de admirar a los sembradores de lo auténtico, que saben comprender y serenar con sus nítidos abecedarios lo qué debemos hacer. En ocasiones, no es fácil discernir el bien del mal en un ambiente iluminado por el rostro de la doblez. A diario tenemos cumbres, realmente no cesan las reuniones al más alto nivel; sin embargo, pienso que nos falta dar respuestas de amor a tanto desconsuelo. Es una obligación moral que hemos perdido. O nos la hemos quitado de encima. En efecto, igual que gobernando el planeta hemos conformado un espacio de vida, a través de la voluntad y el raciocinio, así realizando actos moralmente, afectivos y efectivos humanamente, consolidaremos espacios mucho más habitables. Pero lejos de toda fingimiento, hemos de retornar a la veracidad como horizonte a desarrollar, antes de que la especie humana quede sin continuidad en el linaje.

Por desgracia, vivimos al arbitrio de lo ilusorio, lo que genera un clima de violencias permanente. La ciudadanía como tal, cada ser humano por sí mismo, tiene la llave del cambio. Sólo hace falta preservar la transmisión y la conservación de toda existencia, cultivar el bien y practicar la donación, contemplar la belleza y recrearse con la verdad. No es fácil en el contexto de la cultura actual, prevalentemente endiosada, expuesta continuamente a lo mediocre y a ignorar la dimensión espiritual del corazón humano, y  a  su vocación por lo trascendente. Por consiguiente, es la hora de la acción, no de la observación, tampoco de la espera, frente a una aguda crisis humanitaria que se ha globalizado. Sin duda, nuestra gran foto para la historia humana sería esa cumbre por el encuentro con la verdad, en el que nadie quedase excluido, y sólo así pudiese resplandecer la humanidad, percibiendo de este modo su significado de fraternización y acogida. Tenemos que rescatarnos de tantas opiniones subjetivas, de tantos adoctrinamientos sin sentido,  apreciando el valor por la vida humana de cualquier cultura, raza o religión.

No se puede relativizar lo verdadero para la construcción de una genuina sociedad armonizada a un desarrollo humano integral. A medida que acortamos las distancias hay que reforzar los sistemas que velan por el diálogo y la concordia. Lo mismo pasa con la globalización de los suministros de alimentos, resulta cada vez más evidente la necesidad de reforzar los sistemas que velan por la inocuidad de los alimentos en todos los países, como bien indica la Organización Mundial de la Salud, aprovechando la celebración de su Día Mundial (7 de abril). En igual medida, hemos de concebirnos como familia, y para ello hemos de reeducarnos con menos fronteras y más unidad, con más integración y menos desunión, con más interdependencia y menos soberbia. La globalización es la característica que identifica nuestra época, de ahí la necesidad de favorecer  ese intercambio de conocimientos, con el único horizonte de la verdad como bandera. Nos hace falta, puesto que según un reciente informe sobre el desarrollo humano, esta mal entendida globalización únicamente ha beneficiado a una quinta parte de la población mundial, excluyendo la parte restante. Así no se puede continuar gobernando un planeta que es de todos y de nadie en particular.
               
En consecuencia, en esa gran cumbre de verdades han de estar otros pensamientos, otras conciencias más solidarias, otro espíritu de menos mercado y más corazón, otras finanzas al servicio de la persona humana y de su bien colectivo. Para huir de todos estas inhumanidades que nos acorralan, evidentemente hemos de superar la pasividad e implicarnos en nuevos foros para despertar las conciencias. No podemos permanecer indiferentes ante el aluvión de injusticias que nos tragamos, o de mentiras que nos venden los mismos gobiernos de turno. Tienen que dolernos los sufrimientos de nuestros semejantes. Podíamos ser cualquiera de nosotros. El mar, la mar, se ha convertido en vía de muerte para muchos; pero es que la tierra, sí la tierra, también se ha convertido en una nube de desengaños, que son espinas para cualquier corazón humano.        

A estas alturas, considero, que necesitamos escucharnos más, sólo así podremos cambiar estas actitudes egoístas. En lugar de servir queremos ser poderosos, dominadores, aunque para ello activemos una cadena de espinas que es una cadena de muerte para todos. Andamos tan desorientados que cualquiera nos engaña. Hemos hipotecado tantas vidas humanas que necesitamos liberarnos de las manos engañosas de los traficantes con urgencia. Ha llegado el momento de encarcelarlos, sí con la compasión debida, pero hay que frenarlos, no se pueden aprovechar de la pobreza para hacer su propio negocio, su fuente de lucro tiene que dejar de existir. Con la penuria de algunos no se mercadea. La especie humana tiene que revelarse mal que nos pese.

Precisamente, en la literatura española hay una comedia de Lope de Vega que narra cómo los habitantes de la ciudad de Fuente Ovejuna matan al Gobernador porque es un tirano, y lo hacen de tal manera que no se sepa quién ha realizado la ejecución. Y cuando el juez del rey pregunta: “¿Quién ha matado al Gobernador?”, todos responden: “Fuente Ovejuna, Señor”. Todos y ninguno. Ciertamente, hoy nadie se siente responsable de nadie. Se ha impuesto la cultura de Pilato, la de lavarse las manos. Pues no, hay una responsabilidad que debe fraternizarnos, de la que todos somos coparticipes en mayor o en menor medida, ante esta siembra de incongruencias y mentiras, que ha de movilizarnos. Por tanto, con coraje hemos de desterrar estos dramas nacidos del embuste, y ver que si alguien llora, tiene que ser auxiliado. Muera la indiferencia y germine el  entusiasmo del amor, para que la especie se embellezca por el vínculo del amar sin condiciones, ni condicionantes. La VERDAD al poder y el AMOR como divisa. Sólo eso. 

Los artistas son voceros de la sociedad a través de su trabajo: ASB

  • Realizará un proyecto de instalación site especific titulado “Unique Perspective”, en el marco del Festival Internacional de la Imagen 2015

  
Pachuca de Soto.- Inmersa en la escena artística contemporánea y dedicada al arte y la investigación, la artista española Ana Soler Baena asegura que los artistas son también voceros de la realidad y a través de su trabajo, deben hacer visible lo invisible, pues es esa su misión.

“Los artistas, al igual que los científicos, tenemos que ser sociales visionarios que van más allá de lo que todo el mundo ve. Tenemos esa misión, hacer visible lo invisible. Hay visiones que el artista puede aportar y creo que esa traducción de tu realidad, pasada por tu tamiz personal, y como sale a través de tu trabajo al mundo, ofrece una mirada de lo que está pasando; creo que esa es nuestra misión”.

Además de jurado, Ana Soler Baena creará una instalación especial en el marco del Festival Internacional de la Imagen 2015, que organizan la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo y su Patronato, con el apoyo del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) del 8 al 15 de mayo, en Pachuca de Soto y El Mineral del Monte, Hidalgo, México.

Licenciada en las especialidades de Diseño y Grabado, Ana Soler Baena reafirma que el arte es un medio de comunicación y un escenario perfecto para que la juventud se exprese.

“Necesitamos el arte para comunicarnos y hoy más que nunca el arte es múltiple, hay muchas prácticas artísticas que pueden ser el medio por el cual la juventud se exprese, dé su punto de vista y por qué no, denuncie lo que a él le molesta, con lo que no está de acuerdo y eso es parte también de la libertad de expresión, un derecho que cada día se está viendo comprometido por los diversos intereses de unos cuantos”.

La también Premio Nacional de Grabado 2001 que otorga la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, en España, funge como jurado en la V edición del Festival Internacional de la Imagen en el género de técnicas alternativas. Detalla que la decisión no ha sido fácil debido a la gran calidad de los trabajos recibidos, por lo que resaltó una vez más que el arte es un reflejo de la sociedad.

“Ha sido un trabajo muy arduo el de seleccionar unos cuantos trabajos entre tantos bien hechos. Hoy me doy cuenta que los jóvenes son nativos digitales y están inmersos en un mundo visual y multidisciplinario donde el arte es un reflejo de nuestra sociedad y la sociedad hoy es múltiple y transversal”.

En este sentido, la también académica señala que los jóvenes necesitan saber comunicar con cualquier herramienta, ya sea digital o análoga y tratar de no sólo emplear una misma técnica; es ahí donde la labor del docente entra en acción para acortar las brechas digitales que aun permean a la juventud.

“Los jóvenes son nativos digitales pero creo que aún existe una brecha entre las técnicas análogas y los avances tecnológicos que es necesario acortar y ese es el trabajo de los profesores y de los artistas, es decir, tratar de estar a la vanguardia pero sin dejar de lado los métodos tradicionales.

Creo que no hay que dejarse llevar por las herramientas tecnológicas y sí darle a nuestro trabajo un sentido más filosófico, más conceptual, con más de reflexión, eso es lo que les falta a los jóvenes para que no quede todo hecho con la misma herramienta”.

Soler Baena es una artista que participa activamente en importantes encuentros y espacios artísticos y su obra está presente en la escena artística contemporánea a nivel mundial, por lo que el Festival Internacional de la Imagen se congratula de tenerla entre sus invitados especiales.

Para ella, esta es una oportunidad perfecta para darle una oportunidad a la juventud de mostrar su trabajo, puesto que cree firmemente que la educación y la cultura son la base importante para el desarrollo de un país.

“Creo firmemente que hay que darle ventanas a los jóvenes porque son ellos el futuro y plataformas como el FINI son necesarias para que ellos se expresen y para que tengan un encuentro con la realidad. Que sea como un reto para ellos el poder posicionarse entre tantos concursantes, es una manera de exigirles que se perfeccionen día con día. Este tipo de concursos es muy positivo como artista y como persona, y creo que estamos en el momento justo para impulsar a la juventud”.

Finalmente y al referirse al contenido de los trabajos, Ana Soler resalta que pesar de tener un mismo hilo conductor como lo es el tema de la justicia social, cada país tiene su idiosincrasia para bien o para mal que marca la identidad de cada artista.

“Lo que he visto es que la parte sudamericana es más literal y más figurativa a diferencia de lo que viene de Europa que es más abstracto, pero no creo que uno sea mejor o peor que el otro, lo importante es ponerlo todo junto y ver que hacen unos y que hacen otros para ver que hay múltiples aproximaciones a un tema. Sin embargo, he notado que la parte sudamericana tiene un concepto más dramático acerca de la justicia social, y tristemente veo que las ilustraciones son más fuertes y verídicas, a diferencia de Europa, ahí solo hay aproximaciones”.

Ana Soler Baena creará, en el marco del Festival Internacional de la Imagen 2015, una instalación especial para esta edición con el apoyo de un grupo de estudiantes.
Se trata de realizar un proyecto de instalación site especific titulado “Unique Perspective”, donde en su afán de hacer visible lo invisible, dibujará dialogando con la arquitectura, con 12.000 m de elástico, una perspectiva imposible en el espacio del Patronato de la UAEH.