miércoles, 13 de mayo de 2015

Mensaje de Ramón Montalvo Hernández, candidato del PRD, a presidente municipal de Valle de Chalco Solidaridad, 2016/2018.


“Porque recordar y ayudar es volver a confiar”, iniciamos nueva era política vamos por un proyecto sano progresista, los candidatos del PRD, no somos simuladores ni engañadores, Valle de Chalco debe regresar al progreso, a ser un municipio seguro, no más mentiras ni abusos, mi compromiso es con ustedes, mi pueblo, no estoy aquí para prometerles, estoy para comprometerme una vez más a ser su presidente municipal, desde luego si ustedes me apoyan con su voto el próximo siete de junio, seguro no les fallare, estamos realizando una campaña austera, limpia honesta como lo establece el INE, no compraremos su voto, ya fui alcalde, trabaje duro hicimos mucha obra a ustedes les consta.

De llegar nuevamente a gobernar Valle de Chalco, nos esforzaremos por proporcionar a la familia mejor medio de vida, nuestro proyecto es ofrecer a grandes empresarios, facilidades para establecer empresas, así tendrán jefes de familia y jóvenes, empleos bien remunerados,  estamos preocupados por resolver la problemática social”, asegura, Ramón Montalvo Hernández.

Algo más que palabras

La humanidad tiene que hacerse familia

Víctor Corcoba Herrero/ Escritor

Hoy podemos abrazarnos más fácilmente a través del mundo, pero la humanidad no se abraza, quizás porque no se comprende o no quiere soñar. Estoy convencido de que no se puede tener una familia sin penetrar en el amor y sin ahondar en los sueños. Necesitamos soñar para crecer en los sentimientos antes que la vida se nos marchite y muera con nosotros. Todo se resuelve con muchas dificultades, pero al final todo se remedia. Querer es poder. Y en la vida matrimonial hay mucho de sueño, pero también debe haber mucho de bondad y de compartir. De ahí la importancia de amar sin medida, de no perder esa capacidad de soñar por el futuro que a todos no pertenece por igual, de dejarnos convivir por la generosidad y el perdón. Y en este sentido, pienso, que tenemos que comprometernos mucho más por hacer familia desde nuestra propia familia, por muchas fuerzas contrarias que cohabiten socialmente por todo el orbe. No perdamos la libertad de hacerlo, ante una cultura que todo lo disocia y lo vende a un interés mundano. Si en verdad queremos avivar nuestra específica existencia, hemos de abrirnos a la vida, de donarnos a esa vida, lo que conlleva al propio ser humano.

¡Cuántos hogares sin familia!. Ciertamente, precisamos reconstruirnos como familia. Es el amor quien ha de estar presente. No me sirven otros sueños. Convendría reflexionar sobre esta unión, máxime cuando celebramos por estas fechas el Día Internacional de la Familia (15de mayo), teniendo en cuenta que aglutina a las sociedades y perpetúa a la propia especie. Precisamente, en toda familia el único sueño posible, ha de ser el de esperanzarnos ante la vida y por nuestra exclusiva vida como donantes. Necesitamos entregarnos, convivir y vivir en comunidad y, para ello, no hay otro vínculo que el del incondicional afecto. Nadie puede recibir lo que él no dona. Eso está claro. Partiendo de esto, debemos reforzar nuestro determinado hábitat, puesto que venimos de la familia y en nuestro horizonte está la familia como hogar. Tanto es así, que cuando se carece de familia, todo se va a la deriva y al desorden. No olvidemos que este mundo camina por la familia, y también ha de hacerlo con la familia. De lo contrario, se oscurece cualquier camino, se acrecientan las tensiones y las divisiones, y hasta el negocio comercial del deseo tomará posiciones ventajosas. Un deseo, que al no sustentarse en el amor, se convertirá en una alianza de intereses con final (de odio) en cualquier momento.   


Tenemos que dejarnos engrandecernos por el amor, es nuestra propia esencia y nuestra propia naturaleza comunitaria. Por eso, deberíamos apoyar todas aquellas iniciativas que contribuyan a acercarnos entre generaciones, para establecer auténticos lazos afectivos que nos revitalicen como seres humanos, en pos de la creación de un planeta más familiar para todos. Nuestro personal linaje  nos activa a llevarlo a cabo. No tiene humanidad ninguna, pues, que estemos en una guerra de contiendas entre géneros. Cualquier acto de violencia, que se produzca en el seno de la familia, daña enormemente la estructura misma de la sociedad. De ahí, la necesidad de poner orden reeducando a las nuevas generaciones, a la vez que reiterar el convencimiento de que la familia es una unidad colectiva natural y, como tal, ha de gozar de protección por parte de las instituciones de gobierno. Nada hay más incoherente con nuestra razón de ser, que una familia disgregada, incapaz de fiarse de los suyos, sin pedagogía alguna, desmembrada de su propia vocación de entrega, tanto de sus ascendientes como de sus descendientes.  El reflejo de lo que vivimos nos deja sin palabras en tantas ocasiones, que creo debemos adentrarnos más en nuestras raíces más profundas. La misma cultura actual no soporta esta mística de donación total, y así no puede germinar vinculo familiar alguno. Sin duda, tenemos que fortalecernos más interiormente, escucharnos, respetarnos tomando conciencia de que únicamente el amor nos basta, y de que todo lo demás es necio y posesivo. Con razón, hemos hecho de la familia un nido de perversiones, en lugar de un paraíso de amor. Cambiemos el abecedario. Para empezar, seamos más corazón que cuerpo.

La basura de los panfletos en Texcoco


J.A. García Díaz
TEXCOCO, Mx.- En el municipio, desde que comenzaron las campañas, se han generado más toneladas de desechos que no son reutilizados. En las calles, en cuestión de segundos y en grupos de cinco personas, se reparten volantes, desplegados o reproducciones de noticias relacionadas con la inseguridad y con la violencia; "panfletos" que en lugar de informar, ensucian las calles a todas horas y desinforman. A los texcocanos no les interesa la "basura" de los "panfletos".

Cuando cae la noche, los panfletos lucen tirados en las calles, en charcos de agua y filtrándose a las coladeras del municipio. El caso ha aumentado también en el impacto social, ya que son depositados por montones dentro de los hogares y establecimientos del municipio. Generan contaminación dentro y fuera.
Las personas que reparten este tipo de "basura mediática" no saben lo que hacen; no sólo contamina los espacios públicos, sino que también aglomera la "basura" dentro del drenaje, de por sí ya muy dañado, y este a su vez se tapa; ocasionando - ante las recientes lluvias - mayor anegación de agua en las calles. Peor en las comunidades donde el drenaje no ha sido instalado.

Los texcocanos y texcocanas ven a los "panfletos" como actos desesperados de los partidos políticos, contrarios al gobierno municipal, así como por parte de ellos, al seguirles la corriente. No se dan cuenta de su participación en el juego; "nadie sabe para quien trabaja". Las personas que viven en Texcoco, se conocen, saben de las preferencias de las demás personas - incluso sexuales - y omiten este tipo de acciones de grupos externos a la verdadera situación del municipio. Les da risa. Inclusive quienes vienen de Veracruz son presas de los señalamientos de inseguridad y prostitución que se señalan en los "panfletos".

Quienes se enfrascan con los "panfletos", no son de Texcoco, son de otros municipios, trabajadores de la zona y compañeros de la comunidad. Sin embargo, al detenerse a leer, se dan cuenta que es una edición amañada de periódicos nacionales, señalando agravios que escapan de la realidad vertida sobre el territorio municipal.

Está "guerra 'sucia'" va más allá. En recientes ocasiones se han tenido descalificaciones por parte de los candidatos de Morena y PRI-Antorcha, por este tipo de impresos; incluso el presidente municipal, Nazario Gutiérrez, durante una conferencia de prensa, expuso el tema como un agravio para la estabilidad del municipio y la paz social.

Los "panfletos" sólo reiteran ideas vagas y sin sentido. No informan con responsabilidad social, o fundamentos propios, sólo reproducen noticias en "letra chiquita" y agregan sus ideas a partir de un titulo sensacionalista; llaman la atención de los más débiles de intelecto - incluyendo la de algunos gobernantes.

Ahora la gente, ante el "ataque a medios de comunicación de la región", se pregunta, entonces, en qué medios confiamos. Hoy hay un problema mediático - que podría decirse factico - por el tiempo de las elecciones. Por otro lado los medios, enfrascados en esta rabieta de políticos sin ideas, han olvidado informar a la gente con los sucesos que se presentan en la región, o incluso de carácter nacional, así como con las propuestas de estos y aquellos.

Por ejemplo, uno de ellos inundo las calles de Texcoco en el horario nocturno, uno con los logos del diario Reforma. En él, se señala la inseguridad en Texcoco y al final, se hace referencia a las mentiras de antorcha. Estas hojas mal empleadas, han propiciado una producción de papel, una producción de imprenta y una producción realizada por recursos humanos fuera del entendimiento electoral, es decir, son fuera de las normas legales. Las Fiscalías deben poner atención en este tipo de prácticas porque contradicen las recientes reformas constitucionales.

En primera instancia porque no tienen a un responsable de la edición, ni mucho menos dice donde se imprime; el costo de las hojas es bastante costoso por el color y la calidad de impresión. La contaminación, reitero, es masiva. 

Paralelamente, a lo largo de las campañas se han repartido una gran cantidad de "basura mediática"; sin embargo Texcoco no cuenta con la capacidad para contener toda esa basura, incluso no tiene un lugar propicio para depositar la "basura" del municipio, la tiene que llevar a tiraderos como el de Tecámac. Lo cual, genera un gasto para la administración municipal en cuanto a gasolina, personal y licencias.

Ahora la ciudadanía se pregunta: ¿Serán los gobernantes lo suficientemente maduros para terminar con esta contaminación masiva, o continuarán perjudicando a la gente de Texcoco con el uso irresponsable de los recursos públicos brindados a los partidos políticos? Esperemos la respuesta representada en hechos y no en más "panfletos" atorados en el drenaje o en las puertas de los domicilios.