“La información es poder.”
Bacon
Francisco Velasco Zapata
El pasado fin de semana y principios de la presente hemos podido disfrutar del paisaje, de las hermosas imágenes que nos brindan los nevados volcanes Popocatépetl e Iztaccíhuatl en conjunto con la ex “región más transparente” -Ciudad de México-. No obstante, el preámbulo a estos paisajes fue una fuerte y atípica precipitación pluvial, temporal, en el centro del país. Fue sin duda una de las precipitaciones de lluvia más atípicas y perjudiciales en muchos decenios porque era muy raro que cayeran esos niveles de agua a principios del mes febrero. Aunque febrero siempre ha sido conocido por su mote de “febrero loco”.
Las lluvias dejaron estragos de los cuales los habitantes de las zonas afectadas del Distrito Federal, el Estado de México y varias regiones más del país tardarán mucho tiempo en salir. Miles de habitantes perdieron todos sus bienes materiales y, otros, hasta sus familiares, a sus seres queridos. Es lamentable, porque se trata de un problema que generó afectaciones que van más allá de la probable responsabilidad personal de los damnificados. Los daños nos remiten directamente a las oficinas de los tres niveles de gobierno que de una u otra manera han sido sordos, insensibles, mudos y ciegos respecto a los problemas que presenta -hace bastante tiempo atrás- toda, o casi toda, la infraestructura relacionada con el agua, su tratamiento, distribución o aprovechamientos. Año con año es lo mismo, cuando mucho ponen algunos remedios, parches, que muy pronto dejan aflorar nuevamente los problemas de fondo pospuestos permanentemente.
Lo peor de todo es que ahora diversas zonas de la región de atraviesa el periférico -Boulevard Manuel Ávila Camacho- también empezaron a resentir las efectos de la irresponsabilidad gubernamental, incluso en las denominadas zonas residenciales, zonas donde viven los alcaldes o gobernantes. Efectivamente, una cantidad muy importante de las colonias que forman “Lomas Verdes” en Naucalpan están padeciendo de la contaminación de aguas negras en sus tinacos. Dichas aguas provienen de los sistemas de distribución del organismo de agua potable municipal. Agua que presuntamente es potable, pero que está llegando turbia o negra a miles de casas. Lo malo es que con esa agua la gente se baña, se lava la dentadura, lava ropa, limpia sus casas o lava su ropa. Hay incluso quien la usa para preparar comida. Es agua que en el mejor de los casos serviría para regar jardines públicos. Lamentablemente no sabemos nada de la calidad de la misma, excepto que por más que se vacíe un tinaco el agua sigue llegando sucia. Asunto de nunca acabar.
No se trata de un riesgo a futuro. Se trata de un problema actual, vigente, y del cual no hemos visto, ni escuchado en todo el fin de semana que transcurrió atención inmediata por parte de alguna de las autoridades responsables. No debemos olvidar que los ciudadanos, en nuestro carácter de contribuyentes somos los que pagamos los salarios y recursos que maneja el gobierno. Por ello, debemos demandar respuestas inmediatas a tan grave situación antes que empiecen a proliferar problemas de salud mucho más graves.
Por lo pronto es muy recomendable revisar en un vaso de vidrio si el agua de las llaves de su casa es cristalina y transparente, incolora y sin olor. En caso contrario, haga la denuncia inmediatamente al organismo de agua del ayuntamiento o delegación. Otra forma de hacerlo es acudiendo a los responsables del consejo de participación ciudadana y sumar firmas en un documento. Un mecanismo de mayor efecto es hacer llamadas telefónicas a los programas de noticias más populares de su preferencia, a los cuales, las autoridades hacen mayor caso que a los ciudadanos. El envío de correos electrónicos es otra forma que puede ayudar. El uso redes sociales de internet como “You Tube”, “Facebook” o “Twitter” puede ser muy exitoso. No hay labor, por pequeña que parezca, que debamos dejar de lado para evitar que haya brotes con altos riesgos de epidemia y proliferación de focos infecciosos ante la filtración de aguas fecales, con peces “KK”, en los pozos de agua para consumo humano. ¿Y usted, cómo la ve? Politólogo.
Bacon
Francisco Velasco Zapata
El pasado fin de semana y principios de la presente hemos podido disfrutar del paisaje, de las hermosas imágenes que nos brindan los nevados volcanes Popocatépetl e Iztaccíhuatl en conjunto con la ex “región más transparente” -Ciudad de México-. No obstante, el preámbulo a estos paisajes fue una fuerte y atípica precipitación pluvial, temporal, en el centro del país. Fue sin duda una de las precipitaciones de lluvia más atípicas y perjudiciales en muchos decenios porque era muy raro que cayeran esos niveles de agua a principios del mes febrero. Aunque febrero siempre ha sido conocido por su mote de “febrero loco”.
Las lluvias dejaron estragos de los cuales los habitantes de las zonas afectadas del Distrito Federal, el Estado de México y varias regiones más del país tardarán mucho tiempo en salir. Miles de habitantes perdieron todos sus bienes materiales y, otros, hasta sus familiares, a sus seres queridos. Es lamentable, porque se trata de un problema que generó afectaciones que van más allá de la probable responsabilidad personal de los damnificados. Los daños nos remiten directamente a las oficinas de los tres niveles de gobierno que de una u otra manera han sido sordos, insensibles, mudos y ciegos respecto a los problemas que presenta -hace bastante tiempo atrás- toda, o casi toda, la infraestructura relacionada con el agua, su tratamiento, distribución o aprovechamientos. Año con año es lo mismo, cuando mucho ponen algunos remedios, parches, que muy pronto dejan aflorar nuevamente los problemas de fondo pospuestos permanentemente.
Lo peor de todo es que ahora diversas zonas de la región de atraviesa el periférico -Boulevard Manuel Ávila Camacho- también empezaron a resentir las efectos de la irresponsabilidad gubernamental, incluso en las denominadas zonas residenciales, zonas donde viven los alcaldes o gobernantes. Efectivamente, una cantidad muy importante de las colonias que forman “Lomas Verdes” en Naucalpan están padeciendo de la contaminación de aguas negras en sus tinacos. Dichas aguas provienen de los sistemas de distribución del organismo de agua potable municipal. Agua que presuntamente es potable, pero que está llegando turbia o negra a miles de casas. Lo malo es que con esa agua la gente se baña, se lava la dentadura, lava ropa, limpia sus casas o lava su ropa. Hay incluso quien la usa para preparar comida. Es agua que en el mejor de los casos serviría para regar jardines públicos. Lamentablemente no sabemos nada de la calidad de la misma, excepto que por más que se vacíe un tinaco el agua sigue llegando sucia. Asunto de nunca acabar.
No se trata de un riesgo a futuro. Se trata de un problema actual, vigente, y del cual no hemos visto, ni escuchado en todo el fin de semana que transcurrió atención inmediata por parte de alguna de las autoridades responsables. No debemos olvidar que los ciudadanos, en nuestro carácter de contribuyentes somos los que pagamos los salarios y recursos que maneja el gobierno. Por ello, debemos demandar respuestas inmediatas a tan grave situación antes que empiecen a proliferar problemas de salud mucho más graves.
Por lo pronto es muy recomendable revisar en un vaso de vidrio si el agua de las llaves de su casa es cristalina y transparente, incolora y sin olor. En caso contrario, haga la denuncia inmediatamente al organismo de agua del ayuntamiento o delegación. Otra forma de hacerlo es acudiendo a los responsables del consejo de participación ciudadana y sumar firmas en un documento. Un mecanismo de mayor efecto es hacer llamadas telefónicas a los programas de noticias más populares de su preferencia, a los cuales, las autoridades hacen mayor caso que a los ciudadanos. El envío de correos electrónicos es otra forma que puede ayudar. El uso redes sociales de internet como “You Tube”, “Facebook” o “Twitter” puede ser muy exitoso. No hay labor, por pequeña que parezca, que debamos dejar de lado para evitar que haya brotes con altos riesgos de epidemia y proliferación de focos infecciosos ante la filtración de aguas fecales, con peces “KK”, en los pozos de agua para consumo humano. ¿Y usted, cómo la ve? Politólogo.