jueves, 24 de diciembre de 2020
miércoles, 23 de diciembre de 2020
Mensaje navideño del líder social Moisés Ramírez Silva
En entrevista, con Moisés Ramírez Silva, presidente de la
Unión de líderes fundadores y organizaciones de Valle de Chalco. Anunció nuevo
proyecto de trabajo de beneficio para los vallechalquenses.
martes, 22 de diciembre de 2020
Implementan Campaña de concientización ciudadana para evitar contagios por covid-19
Ciudad de México.
COPARMEX Ciudad de México y la industria de la publicidad
exterior se sumaron a la campaña de concientización que el Gobierno de la
Ciudad está implementando para reducir los contagios y las hospitalizaciones en
la Capital.
Como parte de la campaña “Quédate en Casa, No es tiempo de Fiestas”
y con el patrocinio de diversas empresas de publicidad exterior y el
acompañamiento de la Secretaría de Desarrollo Económico (SEDECO) del Gobierno
de la Ciudad, COPARMEX CDMX colocó 50 espectaculares en puntos estratégicos de
la Ciudad con el objetivo de contribuir de manera decidida a la estrategia que
ha encabezado la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Dra. Claudia
Sheinbaum, para combatir el alza en los contagios por COVID-19.
Este esfuerzo se suma a la campaña que el Centro Empresarial implementó entre sus cientos de afiliados, sus redes sociales y página web, desde donde se hizo un llamado a la responsabilidad ciudadanía para fomentar el uso del cubrebocas en todo momento, sobre todo en el transporte público; a mantenerse en casa y a evitar realizar y participar en reuniones sociales, todo con el objetivo de disminuir los contagios, ser solidarios con el heroico personal de salud en la Capital y, en consecuencia, no pasar a semáforo rojo y evitar así un nuevo colapso económico para la Ciudad.
Con acciones como esta, COPARMEX en la capital refrenda su
compromiso con la salud de los capitalinos, fomentando acciones y mensajes
positivos, actuando en unidad y solidaridad con el Gobierno de la Ciudad de
México, con el fin de encontrar las soluciones necesarias que permitan hacer
frente a la pandemia y sus efectos negativos en la salud de las personas y la
economía de la CDMX.
Algo más que palabras
Confusión de signos y significados
“La inhumanidad se ha convertido en un terreno fértil hasta
dejarnos sin sentimientos”
Somos una generación confusa, por una parte invocamos
constantemente el lenguaje de los derechos humanos, mientras que violamos continuamente
nuestras más elementales obligaciones, e incluso nos ponemos al servicio de
unos signos que conllevan significados destructivos. Muchas veces, yo diría que
en demasiadas ocasiones, nos falta coherencia entre el decir y el hacer,
también entre el obrar y nuestro propio reposo meditativo. Lo realmente
absurdo, es que vamos de aquí para allá sin apenas tiempo para la reflexión,
atrapados por una maldita retórica que nos deja sin aliento. La fiebre de
comportarse como piedra en el camino se ha extendido como jamás. Nos hemos
distanciado de lo auténtico. Se nos llena la boca de propósitos y no pasamos de
la hipocresía, de avivar el bien común y no hacemos nada por los demás, de
cultivar la ética y alimentamos la corrupción, de ser compasivos y nos hemos
deshumanizado totalmente. La inhumanidad se ha convertido en un terreno fértil
hasta dejarnos sin sentimientos. Cuando se pierde la fibra de las emociones y
no se sintoniza con los estremecimientos del alma, todo se derrumba, también
nuestra propia ilusión.
Los signos de confusión son tan evidentes, que nuestras
propias riquezas espirituales se han aletargado, a la espera de una nueva época
que nos inste a reconciliarnos con nosotros mismos, despojados de toda presión
de poder e intereses. De entrada, yo mismo me niego a que los pedestales
mundanos me dejen sin identidad. Por eso, cada día intento entrar en diálogo
con mi propia sabiduría, hacer autocrítica y no encerrarme, sino abrirme a ese
mundo del que todos formamos parte, porque entre todos hemos de reconstruirlo
humanamente. Lo que no es de recibo es que los países dominadores nos enmarañen
y no hagan, apenas nada, por desenredar esta atmósfera de desconciertos.
Sabemos que las emisiones de dióxido de carbono están poniendo en peligro el
futuro de todos los infantes del mundo, mientras multitud de países ricos
continúan con sus prácticas comerciales nocivas. Es público y notorio, pues,
que la salud del planeta y la salud de las personas están muy
interrelacionadas. Ya tenemos constancia de ello, pero todo sigue igual. Por
desgracia, los párvulos, como ese Niño que resultó ser nuestro Salvador con su
venida, van a heredar la degradación de una morada y la degeneración de sus
moradores. Sea como fuere, no se puede caer más bajo. Necesitamos, con urgencia,
un cambio en nuestras actuaciones.
Ojalá el auténtico espíritu navideño ilumine nuestros pasos,
adoctrinados ahora por el lenguaje del
orgullo y la soberbia, y nos haga ver otro renacer más solidariamente humano,
sin caer en el ahogo del alboroto y de la confusión. Quizás nos sea saludable
retomar el silencio, oír la voz de la conciencia, ponerse en disposición de
escucha interior, enhebrar nuevos sueños, saboreando la mansa alegría que este
Niño trae a la humanidad. A poco que ahondemos en nuestro corazón, María, la
Madre por excelencia, va a ayudarnos a entender aquellas hondas palabras del
misterio del nacimiento de su Hijo divino: humildad, quietud, asombro y gozo.
Nos vendrá bien, entonces, repensar sobre sus buenos sentimientos; puesto que,
al fin y al cabo, es lo que puede unirnos. La postura interesada o del
beneficio, aval de nuestro caminar diario, jamás ha forjado uniones duraderas;
porque, además, aún no hemos aprendido a acogernos y a difundir la evidencia de
los valores y las huellas. Contaminado el ambiente por este volcán de
falsedades, la desolación de muchas gentes es bien patente, solo hay que
mirarle a los ojos y beber de sus lágrimas. También ese amor de servicio a la
vida, me refiero al amor conyugal, nos lo hemos devaluado hasta el extremo de
no reconocer la entrega total y recíproca, como un don de valor incomparable.
Así hemos llegado, igualmente, a la caducidad del darse y
del donarse; a una trivialización que todo lo desnaturaliza y lo mueve al
antojo de esa cultura dictatorial irresponsable, que todo lo confunde en favor
de su endiosamiento. Por consiguiente, hoy más que nunca, hay que salir de uno
mismo a injertar ese Belén en nuestras vidas, a vociferar que somos hijos del
amor y, en consecuencia, hemos de amarnos sin condiciones ni condicionantes, ya
que somos amantes de toda existencia viva a la que hemos de darle presente. No
podemos continuar en esta contradicción, de no dar cuidados y vitalidad. Esta
visión de la desconfianza entre unos y otros nos lleva a la decadencia. De ahí
que, con el corazón repleto de vivencias, repasemos con el pensamiento las
vicisitudes de este año 2020 que está llegando a su ocaso e intentemos
resplandecer interiormente, experimentando la complacencia de la bondad. No más
laberintos de sospecha; si acaso, más comprensión, poniendo en acción las
energías de la mente y del alma. Seguramente así, alcanzaremos ese momento de
elegancia, porque toda vida humana es capaz de tener una cierta experiencia
mística que le insta a ese cambio que nos embellece, a través de un trabajo que
nos dignifica, resurgiendo de las cenizas y con la voluntad siempre crecida de
esperanza.
Víctor CORCOBA HERRERO / Escritor
lunes, 21 de diciembre de 2020
Seguimos trabajando a favor de quien más lo necesita pese a ofensas sin fundamento en redes sociales: Pablo González
En entrevista, con el octavo regidor de Valle de Chalco
Solidaridad, C. Pablo González Carillo.