sábado, 30 de diciembre de 2017

Algo más que palabras

Necesitamos estar al lado de todos

Estamos asistiendo a una especie de desnaturalización que nos deja sin verbo ni conjugación. Tanto es así que nada es lo que parece. Los efectos de esta locura son ya bien palpables. Mientras las Naciones Unidas se enfrentan a los desafíos de la seguridad colectiva del mundo, las voces de los más afectados son un continuo batallar que nos dejan en la incertidumbre permanente. A mi juicio, es crucial no sucumbir a la desolación, a pesar de las tensiones y conflictos que entre todos nos hemos generado. Hay que forjar un nuevo espíritu más reconciliador y hospitalario. La llegada creciente de migrantes que huyen de la inseguridad, la escasez y la represión de su país, tiene que movernos a ser más tolerantes y desprendidos, más acogedores en definitiva. Urge, por tanto, crear un clima de opinión pública favorable a la recepción de personas provenientes de otros países. Por si mismo, el ser humano, resplandece cuando es generoso y libre. Sólo tenemos que mirarle a los ojos para descubrirlo.

Indudablemente, una sociedad acogedora impulsa marcos de protección que salvaguarde derechos y condiciones de vida digna. Si importante es la mano tendida siempre, no menos fundamental es combatir tanta falsedad sembrada, como puede ser la labor de esas organizaciones que se aprovechan y lucran con las expectativas de las personas que buscan una vida lejos de la guerra y los peligros, la inseguridad y la pobreza. Ojalá nos dispongamos a ser más auténticos para poder avanzar hacia otros modos de vida más solidaria, también hacia un sistema de movilidad internacional segura y transparente, pues existen factores de riesgo específicos asociados con una vulnerabilidad en aumento de los desplazados frente a la explotación, el abuso y la trata. En consecuencia, debemos hacer todo lo posible, ya no solo para ser receptivos, sino también para atender y amparar, a los que pidan nuestra ayuda. Al fin y al cabo, tenemos que reencontrarnos unos con otros.

Más pronto que tarde necesitamos estar unidos, caminar juntos, ocuparnos y preocuparnos por el prójimo, hasta sentirlo próximo, sólo así podemos estar al lado de la colectividad. Todo ello, es lo natural de una especie pensante como la nuestra, que ha de saber discernir, aunque requiera fatiga y paciencia, pero al fin, merecerá la pena crear un proyecto compartido de sociedad, un fin colectivo mundial, una fraternidad mundializada sincera. Esta el cuestión. Para mí esto es un punto clave, salir al encuentro y no descartar a nadie. Sea como fuere, considero, que tenemos que aprender a suscitar la unidad. Quizás sea bueno pensar que todos dependemos de todos. De ahí, lo necesario que es un cambio de mentalidad, al menos para aumentar el diálogo con las diversas culturas y religiones. Desde luego, con nuestro marcado egoísmo actual y con el uso irresponsable de las redes sociales, más que una unión se viene generando una fuerte división  entre todos como jamás. Seguramente, cada cual consigo mismo, deberá humanizarse antes en primera persona. A mi manera de ver, este ha de ser el camino a seguir, lo que conlleva la misión a: entenderse y comprenderse.

Sucede a veces que se discute porque no se alcanza a percibir la diversidad, llegando incluso a molestarnos su presencia. Únicamente la buena disposición permite penetrar en el corazón, favoreciendo su visión coherente. Sin duda, nos faltan mediadores que nos hagan pensar sobre tantas miradas heridas, sobre tantas vidas destruidas por nuestro rencor. Ya lo decía, en su tiempo, el inolvidable médico español, Santiago Ramón y Cajal (1852-1934), “nos desdeñamos u odiamos porque no nos comprendemos, porque no nos tomamos el trabajo de estudiarnos”. Personalmente, estoy convencido de que si supiéramos mirarnos más hacia dentro de cada uno de nosotros, aprenderíamos a hallar una razón convincente, sobre todo para reafirmarnos de que todos somos hermanos, y que ninguna guerra es justa ni tiene sentido. Nuestra gran asignatura pendiente como linaje es precisamente ésta, la falta de tiempo para la construcción de un mundo cada vez más acogedor y humano. Nunca es tarde para repensarlo. Puede ser un buen propósito para este año 2018, pues han de ser los nobles ideales aquellos que han de movernos a practicar por siempre lenguajes constructivos, que son los que verdaderamente nos embellecen.


Víctor Corcoba Herrero/ Escritor

Arq. Ramón Montalvo Hernández, alcalde de Valle de Chalco “en funciones”, desmiente estar detenido


Tras publicaciones que circulan en redes sociales que malversan la información y ponen en mala imagen al edil municipal, a través de una entrevista especial ante medios de comunicación, Montalvo Hernández, desmintió estar detenido por autoridades de la Ciudad de México, porque hasta el día de hoy se encuentra en funciones, por lo que deposita su confianza en las leyes y en las instituciones para esclarecer estos hechos y la situación familiar de su hijo que se encuentra bajo investigación.

Asimismo, agradece la solidaridad y el apoyo de los vallechalquense por confiar en su persona.

Mensaje de fin de año de Armando García y Francisco Tenorio


Armando García y Francisco Tenorio felicitan a todos los vallechalquenses en este fin de año 2017, deseando que este año venidero 2018 sea de mejores oportunidades para todos, que las fuerzas positivas y el optimismo invadan sus familias y sus hogares. ¡Muchas Felicidades!