Péndulo político
Por: M.C.P. Emiliano Mateo Carrillo Carrasco
UNAMOS VOLUNTADES POR EL BIENESTAR SOCIAL:
Se acumulan los días, los años la erosión de la vida
continua y se agrava. Dígase que esa pantalla es hoy lo que permite
supuestamente ocultar y olvidar muchos de los actos corruptos ejecutados por
diversos mandos gubernamentales que están en funciones o que acaban de dejar el
cargo. La visión objetiva ante las
circunstancias mediáticas de poder, que en ocasiones pierde su esencia ante los gobernados.
”Democracia el régimen del autogobierno colectivo transforma
la obediencia en libertad. En política, la tragedia se sirve también de las
instituciones, incluidas las mejores. Por eso Maquiavelo recomendaba a las
repúblicas una constante vuelta al origen y por eso Jefferson acabó a su modo
copiándole la idea” Spinoza. En una situación de crisis sistémica, que abarca
por tanto al conjunto de la sociedad y de sus instituciones, ¿a quién
corresponde la iniciativa de impedir que arrase la convivencia? ¿Puede una
sociedad enferma regenerarse a sí misma? Séneca la idea de que ninguna sociedad
regida por la violencia sobrevive largo tiempo; que diría Rousseau, a saber, no
que la ley estuviera por encima de los individuos, como quería el pensador
ginebrino, sino dar con la clave institucional que impidiera al gobernante que
lo quisiera actuar mal.
De ahí que en su titánico esfuerzo por reordenar la
sociedad, a la que consideraba “útil” y “necesaria” para ese ser no del todo
racional que es el hombre –y necesitado por ende de autoridad, de fuerza y de
leyes-, al que proporcionaba seguridad y abundancia, acabe diseñando el plan de
una constitución democrática que era el santo y seña de la libertad: un bien
inseparable del hombre si conocida por él, como mutatis mutandis habían
reconocido ya desde historiadores como Herodoto a teóricos como Maquiavelo,
entre otras razones, aduce Spinoza, porque al ser la democracia el régimen del
autogobierno colectivo transforma la obediencia en libertad.
“El que resiste apoya”. Que resiste es quien analiza,
critica, cuestiona, se inconforma. Éste, el crítico, es el apoyo más
contundente y efectivo que puede encontrar un gobernante, en el entendido de
que éste sea sensato. Quien hace del ejercicio de la crítica una tarea
insoslayable frente a las acciones de los gobernantes les presta a estos un
servicio invaluable, lo que no ocurre con la alabanza sin sentido de sus
partidarios. Harold Laski, uno de los
más connotados teóricos La crítica –
verdadera o falsa - es lo más positivo que le puede ocurrir a un gobernante.
La diatriba es el espejo en el que el político tiene la
oportunidad de verse a sí mismo, y de cuerpo entero; es el punto de inflexión
en el que el gobernante puede compararse; detenerse, hacer un inventario y ver
si está o no actuando a favor de quienes votaron por él y de quienes no lo
hicieron. O sólo en respuesta a sus intereses personales o los de sus
parientes, amigos o compadres. Laski dice que los gobiernos sensatos tienen
muchísimo más que aprender de la crítica que de la alabanza de sus partidarios.
La alabanza permanente, inculta, sin argumentos, mezquina, mediática, sólo
conduce al autoengaño, a la soberbia, al vacío.
El rol del crítico es señalar que la forma equivocada de gobernar puede
no producir acciones, ni metas, ni logros, porque para esto se necesita
“Gobierno. Lo cierto es que quienes tendrían que incomodar al gobernante serían
los aduladores, que en la adulación sólo escupen vituperios. De ahí que el
papel de Análisis a Fondo sea la crítica.
La forma es fondo, decía el maestro Reyes Heroles, y lo
decía no sólo desde su perspectiva de filósofo, sino de hombre de Estado,
miembro de un gobierno de color definido. Atender al análisis crítico tiene que
ser una praxis “practica” ineludible de los gobernantes, si buscan sinceramente
ser servidores de los ciudadanos, particularmente de los más vulnerables social
y económicamente.
Los gobernantes no tienen por qué sentirse agraviados por el
crítico. No se trata de que la crítica a
una actuación del gobernante sea verdadera o no. No es el criterio de la verdad
lo que hace, no sólo valiosa sino indispensable a la crítica. La crítica puede
ser exagerada e inclusive puede ser equivocada. De acuerdo con Stuart Nill,
aunque la crítica pudiera estar errada, siempre reflejará una impresión, una
percepción, y con frecuencia una porción de verdad. Una crisis sistémica como la
que actualmente azota a la sociedad; que hostiga a la mayoría de su población
con un caudal desbordante de sufrimiento y la amenaza con penurias sin cuento,
más pobreza y la incertidumbre más absoluta ante el futuro; una crisis tan
nueva que es desconocida para todos y que en su radicalidad pueda dar al traste
incluso con su misma existencia, tal y como se la ha reconocido durante siglos,
no puede fiar su resolución al orden institucional democrático que le da forma,
porque sus instituciones, partidos, magistratura, ejército, sujetos económicos,
etc.- son parte del problema y no la solución, y porque el soberano, la propia
sociedad, es el vejado paciente que sufre la humillación y la violencia, sí:
¿pero qué otro agente queda para proceder a su propia autor regeneración?
Máxime cuando el resto de los ídolos yacen por los suelos, desde el exterior se
ayuda a preparar su sepultura y los milagros se los siguen jugando a las cartas
el azar con las religiones.
Devolver la juventud a la política, entendiendo dicho
término en un sentido bastante próximo al que le imprimiera el autor uruguayo
Rodó: descriptivo y moral a la vez, que rescataba del destino la esperanza y la
convertía en un regalo colectivo para los pueblos. O lo que es lo mismo, aunque
aceptemos políticos profesionales para que nos gobiernen, hemos de romper el
vínculo que los une con su enquistamiento como casta.
Ese silencio cómplice con el que la marea de la corrupción
se extiende a lo largo y ancho del tejido social mientras muchos corruptos se
protegen entre sí y todos renuncian a las medidas que previsiblemente las
atajarían. La palabra federación, es
decir, Estado Federal, debería constituir el nuevo vínculo interpartidista, que
propague la reforma constitucional articulo 39, 41, 42,43, libere a la política
del chantaje o del fardo de la historia e impulse el diálogo entre los diversos
nacionalismos, y que la lealtad a la democracia puede –sin contar con que debe-
ser más fuerte que cualquier patriotismo a la Parlanchín, sea la
fundamentalista del siempre estuvimos ahí u otra menos visceral.
Y necesitamos, más que nada y más urgentemente que todo lo
demás, una reforma de impacto común y no a acciones de beneficio de circulo de
poder financiero que ha producido mayor
desigualdad social y pobreza, ante la acumulación de riqueza en pocas manos. La
honestidad como un valor y principio no debe recaer más en la ingenuidad de pueblo
y gobernantes que nunca con cinismo, pero si ejerciendo verdades, por cruda que
sea la realidad, que el político gobernante, el liberal y el apostólico
restregado del ceremonial papista, hable a su pueblo y calle por largos
episodios. La Madre naturaleza permitió a los ahuehuetes mexicanos brotar y
avejentarse, las ansias aniquiladoras imbuidas por el padre tiempo de la muerte
hizo brotar lágrimas al entonces frustrado conquistador español, la unión con
Malintzin propició el mestizaje, donde ya no hay vuelta de hoja.