lunes, 20 de mayo de 2013

Columna


Péndulo político
Por: M.C.P. Emiliano Mateo Carrillo Carrasco

UNAMOS VOLUNTADES POR EL BIENESTAR SOCIAL:
Se acumulan los días, los años la erosión de la vida continua y se agrava. Dígase que esa pantalla es hoy lo que permite supuestamente ocultar y olvidar muchos de los actos corruptos ejecutados por diversos mandos gubernamentales que están en funciones o que acaban de dejar el cargo.  La visión objetiva ante las circunstancias mediáticas de poder, que en ocasiones  pierde su esencia ante los gobernados.

”Democracia el régimen del autogobierno colectivo transforma la obediencia en libertad. En política, la tragedia se sirve también de las instituciones, incluidas las mejores. Por eso Maquiavelo recomendaba a las repúblicas una constante vuelta al origen y por eso Jefferson acabó a su modo copiándole la idea” Spinoza. En una situación de crisis sistémica, que abarca por tanto al conjunto de la sociedad y de sus instituciones, ¿a quién corresponde la iniciativa de impedir que arrase la convivencia? ¿Puede una sociedad enferma regenerarse a sí misma? Séneca la idea de que ninguna sociedad regida por la violencia sobrevive largo tiempo; que diría Rousseau, a saber, no que la ley estuviera por encima de los individuos, como quería el pensador ginebrino, sino dar con la clave institucional que impidiera al gobernante que lo quisiera actuar mal. 

De ahí que en su titánico esfuerzo por reordenar la sociedad, a la que consideraba “útil” y “necesaria” para ese ser no del todo racional que es el hombre –y necesitado por ende de autoridad, de fuerza y de leyes-, al que proporcionaba seguridad y abundancia, acabe diseñando el plan de una constitución democrática que era el santo y seña de la libertad: un bien inseparable del hombre si conocida por él, como mutatis mutandis habían reconocido ya desde historiadores como Herodoto a teóricos como Maquiavelo, entre otras razones, aduce Spinoza, porque al ser la democracia el régimen del autogobierno colectivo transforma la obediencia en libertad.

“El que resiste apoya”. Que resiste es quien analiza, critica, cuestiona, se inconforma. Éste, el crítico, es el apoyo más contundente y efectivo que puede encontrar un gobernante, en el entendido de que éste sea sensato. Quien hace del ejercicio de la crítica una tarea insoslayable frente a las acciones de los gobernantes les presta a estos un servicio invaluable, lo que no ocurre con la alabanza sin sentido de sus partidarios.  Harold Laski, uno de los más connotados teóricos  La crítica – verdadera o falsa - es lo más positivo que le puede ocurrir a un gobernante.

La diatriba es el espejo en el que el político tiene la oportunidad de verse a sí mismo, y de cuerpo entero; es el punto de inflexión en el que el gobernante puede compararse; detenerse, hacer un inventario y ver si está o no actuando a favor de quienes votaron por él y de quienes no lo hicieron. O sólo en respuesta a sus intereses personales o los de sus parientes, amigos o compadres. Laski dice que los gobiernos sensatos tienen muchísimo más que aprender de la crítica que de la alabanza de sus partidarios. La alabanza permanente, inculta, sin argumentos, mezquina, mediática, sólo conduce al autoengaño, a la soberbia, al vacío.  El rol del crítico es señalar que la forma equivocada de gobernar puede no producir acciones, ni metas, ni logros, porque para esto se necesita “Gobierno. Lo cierto es que quienes tendrían que incomodar al gobernante serían los aduladores, que en la adulación sólo escupen vituperios. De ahí que el papel de Análisis a Fondo sea la crítica.

La forma es fondo, decía el maestro Reyes Heroles, y lo decía no sólo desde su perspectiva de filósofo, sino de hombre de Estado, miembro de un gobierno de color definido. Atender al análisis crítico tiene que ser una praxis “practica” ineludible de los gobernantes, si buscan sinceramente ser servidores de los ciudadanos, particularmente de los más vulnerables social y económicamente.

Los gobernantes no tienen por qué sentirse agraviados por el crítico.  No se trata de que la crítica a una actuación del gobernante sea verdadera o no. No es el criterio de la verdad lo que hace, no sólo valiosa sino indispensable a la crítica. La crítica puede ser exagerada e inclusive puede ser equivocada. De acuerdo con Stuart Nill, aunque la crítica pudiera estar errada, siempre reflejará una impresión, una percepción, y con frecuencia una porción de verdad. Una crisis sistémica como la que actualmente azota a la sociedad; que hostiga a la mayoría de su población con un caudal desbordante de sufrimiento y la amenaza con penurias sin cuento, más pobreza y la incertidumbre más absoluta ante el futuro; una crisis tan nueva que es desconocida para todos y que en su radicalidad pueda dar al traste incluso con su misma existencia, tal y como se la ha reconocido durante siglos, no puede fiar su resolución al orden institucional democrático que le da forma, porque sus instituciones, partidos, magistratura, ejército, sujetos económicos, etc.- son parte del problema y no la solución, y porque el soberano, la propia sociedad, es el vejado paciente que sufre la humillación y la violencia, sí: ¿pero qué otro agente queda para proceder a su propia autor regeneración? Máxime cuando el resto de los ídolos yacen por los suelos, desde el exterior se ayuda a preparar su sepultura y los milagros se los siguen jugando a las cartas el azar con las religiones.

Devolver la juventud a la política, entendiendo dicho término en un sentido bastante próximo al que le imprimiera el autor uruguayo Rodó: descriptivo y moral a la vez, que rescataba del destino la esperanza y la convertía en un regalo colectivo para los pueblos. O lo que es lo mismo, aunque aceptemos políticos profesionales para que nos gobiernen, hemos de romper el vínculo que los une con su enquistamiento como casta.

Ese silencio cómplice con el que la marea de la corrupción se extiende a lo largo y ancho del tejido social mientras muchos corruptos se protegen entre sí y todos renuncian a las medidas que previsiblemente las atajarían.  La palabra federación, es decir, Estado Federal, debería constituir el nuevo vínculo interpartidista, que propague la reforma constitucional articulo 39, 41, 42,43, libere a la política del chantaje o del fardo de la historia e impulse el diálogo entre los diversos nacionalismos, y que la lealtad a la democracia puede –sin contar con que debe- ser más fuerte que cualquier patriotismo a la Parlanchín, sea la fundamentalista del siempre estuvimos ahí u otra menos visceral.

Y necesitamos, más que nada y más urgentemente que todo lo demás, una reforma de impacto común y no a acciones de beneficio de circulo de poder financiero que ha producido  mayor desigualdad social y pobreza, ante la acumulación de riqueza en pocas manos. La honestidad como un valor y principio no debe recaer más en la ingenuidad de pueblo y gobernantes que nunca con cinismo, pero si ejerciendo verdades, por cruda que sea la realidad, que el político gobernante, el liberal y el apostólico restregado del ceremonial papista, hable a su pueblo y calle por largos episodios. La Madre naturaleza permitió a los ahuehuetes mexicanos brotar y avejentarse, las ansias aniquiladoras imbuidas por el padre tiempo de la muerte hizo brotar lágrimas al entonces frustrado conquistador español, la unión con Malintzin propició el mestizaje, donde ya no hay vuelta de hoja.