viernes, 2 de marzo de 2018
lunes, 26 de febrero de 2018
Ser socialmente responsable es generar el bien común
Ciudad de México.
Para COPARMEX CDMX la responsabilidad social marca la pauta
para generar bienestar social al ser su principal premisa el bien común,
destacó la contadora pública Connie Ortega Domínguez, empresaria COPARMEX y
presidenta de la nueva Comisión de Responsabilidad Social Empresarial (RSE) del
organismo.
Explicó que con esta visión más amplia se decidió la
transición de la Comisión de Grupos Vulnerables a la de RSE, y será a través de
esta comisión desde donde se impulsará la responsabilidad social.
Ortega Domínguez observó que ésta no consiste en sólo un
distintivo, sino que implica ser consciente de las necesidades en principio, de
los colaboradores y después del entorno. “Es involucrarnos en acciones que
contribuyan a generar mejoras al interior y al exterior de las empresas”.
Resaltó como un primer concepto que las empresas deben tener
siempre presente la dignidad, siendo este reconocimiento la base donde los
principios y valores así como la justicia social hallen su cauce, sumándose la
solidaridad y subsidiaridad para conformar así una amalgama que permitirá a la
empresa sanearse y fortalecerse al interior y ser más competitiva al exterior,
al tener la seguridad de que el fruto del reconocimiento individual generará
certezas y unidad.
“El privilegio de ser una empresa humana es tener la certeza
de generar alianzas con y entre sus colaboradores y ello redundará en
productividad, crecimiento conjunto, calidad y competitividad”.
La maestra Mercedes Aragonés y Ruipérez, presidenta de la
Alianza por la Responsabilidad Social Empresarial, mencionó que ser socialmente
responsable conlleva beneficios fiscales y además genera reconocimiento entre
la comunidad pues está demostrado que el 89 por ciento de los clientes
prefieren productos de empresas socialmente responsables, incluso si su precio
es mayor, el 75 por ciento lo compraría.
Connie Ortega hizo un exhorto a los empresarios a sumarse a
esta iniciativa de Responsabilidad Social al tiempo de adelantar que un segundo
paso será la conformación de un voluntariado corporativo en donde se prevé
también la participación de los colaboradores.
Por otra parte, Aragonés y Ruipérez detalló los ejes de la
responsabilidad social siendo: la ética en los negocios, buen ambiente laboral,
involucramiento con la comunidad y respeto y mejoramiento del medio ambiente.
Al enfatizar que la responsabilidad social es una
herramienta para abatir la corrupción porque crea conciencia de las cadenas de
valor privilegiándose a los valores y principios, Mercedes Aragonés aseguró que
implementar y desarrollar cada uno de los ejes de la responsabilidad social
repercute en una baja rotación de colaboradores por el buen ambiente laboral al
sentirse reconocidos en su desempeño, además al exterior se proyecta una buena
imagen, la cual a la vez genera ventajas sobre la competencia.
El ingeniero Javier Castañeda Monter, presidente zonal
centro-poniente de COPARMEX CDMX, dijo que alrededor del 60 por ciento de las
empresas están en la informalidad, lo que genera mayor volatilidad y
corrupción, y es por esta razón por la que se debe apostar a la responsabilidad
social.
Enfatizó que se observa que en las ESR prevalece un entorno
de respeto y colaboración, donde los colaboradores se sienten identificados con
los objetivos de la empresa, disminuye el robo y los colaboradores al estar
contentos incrementan su productividad, así como disminuyen las enfermedades
ocasionadas por estrés y con ello disminuyen los accidentes de trabajo.
Lo anterior fue expuesto en una reunión de trabajo en la que
participaron además el licenciado Roberto Adame Garduño, coordinador de
Acreditación y Servicios en Responsabilidad Social Empresarial del Centro
Mexicano para la Filantropía (CEMEFI) y el licenciado Armando Zúñiga Salinas,
coordinador de la Comisión de Cultura Empresarial de COPARMEX CDMX.
Bandera de México, Símbolo de: Soberanía y Libertad.
Valle de Chalco Solidaridad, México.
“Oficiales de la Comisaria de Seguridad Pública
Municipal, profesores y alumnos de
escuelas en Valle de Chalco Solidaridad, Vengo en nombre de México, a
encomendar a su patriotismo, esta bandera que simboliza su Independencia su
honor sus instituciones y la integridad de su territorio, protestan honrarla y
defenderla con lealtad, y constancia al concederles el amparo de su sombra y el
honor y ponerla en sus manos la patria confía que como buenos y leales
mexicanos sabrán cumplir, su protesta”.
Encomienda, echa a las fuerzas policiales municipales, y
escoltas escolares, por parte del Arquitecto Ramón Montalvo Hernández;
Presidente Municipal Constitucional, durante emotiva ceremonia de homenaje, en
el marco de celebrar el día de la bandera, nuestro Lábaro Patrio, que nos da
identidad al mismo tiempo, se realizó la incineración de la anterior bandera.
Inés Joselyn García Ríos, alumna de la Escuela Julio Chávez,
invito a los asistentes, pueblo, autoridades y alumnos de diversas escuelas al
juramento de bandera.
En extensa remembranza histórica de nuestra Bandera, se
destacó que desde el 17 de agosto de 1968 se publicó la primera versión de la
Ley sobre los símbolos patrios, se fijó el tamaño de la bandera en
proporciones, pero no se adoptó un nuevo escudo, por lo que oficialmente se
siguió usando el escudo de 1934. Solo hasta el 24 de febrero de 1969 se presentó
el nuevo escudo, y desde el 16 de septiembre de 1968, se utiliza l actual
lábaro patrio.
Por su parte Víctor M. Lomelí Carrera, Coronel de
Infantería, Diplomado del Estado Mayor, Comandante del 107 Batallón de
Infantería, acompañado por oficiales y tropa, de fuerzas armadas del Ejercito mexicano,
destaco que la bandera nacional se debe honrar por ser el símbolo patrio
herencia de nuestros héroes, y emblema supremo de la unidad nacional, y
soberanía, que nos da identidad, y libertad como mexicanos.
Al significativo acto, cívico, cultural, encabezado por el
jefe de gobierno Ramón Montalvo Hernández, conjuntamente con integrantes de
cabildo, funcionarios administrativos, profesores y alumnos de diversos centros
educativos, representantes sociales, y ciudadanía en general, ante quienes refrendó
su compromiso de continuar gobernando con igualdad justicia y ley.
Algo más que palabras
Presos en el laberinto del mundo
Si la desigualdad que impera hoy en el mundo está
profundamente relacionada con esa cultura interesada del privilegio, también
nos acorrala un fuerte deseo de dominio, por parte de los poderosos, para
impedirnos unir voces y poder transformar el mundo, en un espacio más de todos
y de nadie en particular. Por tanto, es hora de liberarnos de este egoísmo
mundano y de pensar en otro estilo de convivencia más desinteresado, porque al
fin de nuestra existencia lo que vale no son las propiedades aglutinadas, sino
la ejemplaridad de nuestro camino, y con él, nuestro testimonio y nuestras
andanzas. Ojalá aprendamos a sentir y a concertar las palabras con la mente y
el corazón. Seguramente, entonces, no dejaríamos que más de dos millones y
medio de recién nacidos fenezcan anualmente antes de poder alcanzar su primer
mes de vida y, de ellos, un millón fallecerá el mismo día que nacen,
especialmente en esos países, a los que aún le falta una asistencia sanitaria
asequible, una alimentación apropiada y el consumo de agua potable. Ya está
bien de que una buena parte de seres humanos caminen penados por un planeta,
mientras un grupo de predilectos dominantes lo derrochan todo y apenas
comparten nada.
Realmente me cansa esta cárcel mundana, pues es un laberinto
injusto, en medio de tantas atmósferas putrefactas que agreden y desprecian a
la persona más vulnerable. Resulta impresionante constatar este cúmulo de maldades que verdaderamente nos roban hasta las
lágrimas. Desgraciadamente, nos hemos acostumbrado a vivir enrejados en nuestro
egoísmo altanero de los excesos superfluos, hasta el punto de no acertar a
discernirse asimismo, sobre cuál es el verdadero corazón y cuál es la máscara.
Deberíamos encontrar ese verdadero itinerario de amor, y aprender a cultivarlo
día a día, lejos de la autosuficiencia, el orgullo y la soberbia que nos invade
y gobierna por doquier rincón del planetario. Creo que ha llegado el momento de
que recapacitemos como especie pensante y veamos la manera de confluir culturas
que alienten hacia la autenticidad de todo caminante. De entrada, ahí van a
estar los datos que nos van a indicar si los esfuerzos de desarrollo a nivel
mundial se dirigen a los pobres y a las comunidades más sensibles y marginadas.
Sea como fuere, no podemos pensar en clave apocalíptica, estamos obligados a
leer la realidad y a plantarle cara con nuevos replanteamientos de nuestros
modelos económico-sociales.
Quizás sea tiempo de pararse y de reflexionar, de correr
menos por este laberinto del mundo, ya que la misma velocidad nos confunde y
nos atrofia. A propósito, ya en su tiempo el escritor sueco Johann August
Strindberg (1849-1912), decía que: “cuando se tienen veinte años, uno cree
haber resuelto el enigma del mundo; a los treinta reflexiona sobre él, y a los
cuarenta descubre que es insoluble”; y, ciertamente así es, pero no podemos
dejar de alimentar la esperanza, y para ello, es primordial que la sensatez nos
aliente, al menos para volvernos más compasivos con nuestros análogos. En la
actualidad, precisamente, la bioética se entronca como algo decisivo en la
disputa entre el absolutismo de la técnica y la responsabilidad moral, y en el
que está en juego la posibilidad de un desarrollo humano e integral. No
olvidemos que el ser humano crece cuando progresa interiormente. Es desde esa
hondonada espiritual como se trabaja por el bien de todos. En este sentido, las
diversas religiones pueden hacer mucho bien a la humanidad, siempre y cuando no
sean manipuladas, sacándolas de contexto, para favorecer luchas y
enfrentamientos. Por ejemplo, el anhelo del cristiano es que toda la familia
humana pueda invocar a Dios como Padre nuestro. Partiendo de esta concordia es
como se fraterniza todo, mediante caminos
cooperantes de encuentro y reconciliación.
Víctor Corcoba Herrero/ Escritor
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