miércoles, 25 de abril de 2018

Entrega de apoyos a grupos vulnerables



Valle de Chalco Solidaridad, México.
Francisco Juárez García, alcalde interino de esta municipalidad por Ministerio de Ley, manifestó su entusiasmo por representar en actos de gran magnitud, al Arquitecto Ramón Montalvo Hernández, Presidente Municipal Constitucional, con licencia para ausentarse de su cargo de manera temporal, quien se ha ocupado por hacer llegar beneficios a la familia vallechalquense en estado vulnerable.


Expreso con entusiasmo, Juárez García, acompañado por integrantes del cabildo, durante el evento denominado, “Entrega de apoyos a Grupos Vulnerables, y Becas a la Educación”, ante más de 10 mil asistentes a este evento que abarrotaron la plaza “Benito Juárez”, para recibir sus “costales de ayuda conteniendo productos alimentarios diversos, y estudiantes de nivel básico, beca monetaria.


Destacando, que el hacer entrega a la población de esta clase de apoyos de manera masiva, tiene como única finalidad apuntalar en su economía a la familia vallechalquense, en su alimentación, así como a sus vástagos, en su gasto de preparación académica. Aclarando, quienes integran el gobierno municipal, están conscientes que apoyando al estudiantado de manera financiera, tendrán ciudadanos de provecho.

Participaron activamente en la distribución de la diversidad de beneficios, personal dependiente de Erik García Santiago y Jorge Luís Jiménez López, responsables del Sistema Municipal Dif, y Desarrollo Social, respectivamente.

En su oportunidad, representantes del sector educativo, adultos mayores, y madres de familia, púbicamente  agradecieron a autoridades del Ayuntamiento 2016/ 2018, la dotación de los grandes paquetes con productos alimentarios, en tanto estudiantes manifestaron reconocimiento por la entrega de becas económicas, útiles para continuar su educación fundamental.

Haciendo notar, que el presente gobierno vallechalquense, con sus diversas acciones de infraestructura social, y de entrega de beneficios a gente en estado económicamente frágil, han transformado a Valle de Chalco Solidaridad, en municipio de progreso.

Algo más que palabras


El camino de la certeza

Las incertidumbres y los despropósitos vienen dejándonos sin alma. Ante esta realidad, es menester concentrar esfuerzos y ver la manera de reactivar, de una vez por todas, la certeza del encuentro. Nos hemos devaluado tanto, en ocasiones hasta dejarnos robar la propia voluntad, que apenas tenemos fuerza para ser coherentes con nosotros mismos. Muchas veces, a mi entender demasiadas, lo hemos dejado todo en manos del poder más necio, como son las ambiciones y el dinero, donde nadie conoce a nadie y nadie mira por nadie. Nefasta dejadez la de permanecer en las astas del toro. No olvidemos que abandonarse, por muy grande que sea el dolor o el bienestar,  es un modo de encaminarse al suicidio.

Por otra parte, la inhumanidad es tan palpable que tenemos que multiplicar los esfuerzos, y aún así, nos falta aliento para desterrar el veneno de tanta crueldad sembrada. Ya está bien de esparcir falsedades por doquier, mayormente acrecentadas por liderazgos irresponsables, que no han tenido ni un mínimo de decoro, enfrentándonos, en lugar de fortalecer uniones y armonizar ideas. Por ello, hace falta volver a esas misiones de autenticidad, donde se hable claro y profundo, para restaurar otras sendas más generosas, de gobernanza global, que sumen comprensión y nos dignifiquen. Por consiguiente, hemos de volver a ser gentes de palabra, gentes de bien y bondad, gentes con la evidencia de ser conductores de humanidad.

Lógicamente, nos hace falta mantener la brújula orientada hacia lo armónico, con la convicción de que un mundo sin armas es un mundo más cerca de la paz. La apuesta no es fácil, pero es posible. Pongamos la herramienta del sentido común, de la mediación y de la diplomacia preventiva, para poder encauzarnos hacia otro destino más justo, pues no hay sosiego sin certidumbre, como tampoco hay certidumbre sin conciliación. En efecto, ha llegado el momento de conciliar, ya no solo la justicia con la libertad, también cada cual consigo mismo y con los demás, cuando menos para poder huir de este tumulto de fracasos que nos desbordan y aprisionan. Yo creo que al final despertaremos y tomaremos la disposición debida, con la certeza de que la mano tendida es la respuesta y que al final resplandecerá de nuevo la concordia, lo que exige una efectiva transformación de los corazones en camino.

Está visto que necesitamos reconducirnos hacia un mundo más hermanado anímicamente, y también moralmente, puesto que no es de recibo que aquellos moradores afanados por destruirlo todo, permanezcan inmunes, sin saldar sus cuentas mortecinas que nos afectan a todos. En modo alguno puede propagarse la impunidad de crímenes y maldades. Pongamos por caso, el reciente comunicado que hizo público en España el diario Gara, en relación a la organización terrorista ETA, en el que no se vierte garantía alguna de que vayan a colaborar con la Justicia para arrojar luz sobre los cientos de asesinatos que aún permanecen sin resolver, y que alcanza el 34%. No podemos quedarnos en una calzada hipócrita, de falsos principios, que es lo que verdaderamente origina una intranquilidad manifiesta y la pérdida de todo espíritu armónico.

El pasaje de la certeza, por tanto, es aquel que nos injerta esperanza y vida para que entre todos podamos construir un mundo menos salvaje. Hoy más que nunca requerimos de leyes justas centradas en la ciudadanía más débil, para defender sus derechos fundamentales, tantas veces pisoteados por los poderosos. Hay que controlar la aplicación correcta de estas normas, que no dejen espacio para actitudes corruptas o de supremacía, pues la justicia no se puede omitir, ya que para reconciliarse verdaderamente hay que estar dispuesto a sincerarse, donándose en favor de la víctima. No sirven en este caso las palabras, son demasiado fáciles, o si quieren superficiales, las cosas que salen del corazón son más profundas, más auténticas, más de conversión humanística, de ponerse en el lugar de la víctima y de caminar junto a él por siempre con su cruz, sin levantar voz alguna ni mirada, que no sea para acariciarle. 

En consecuencia, estoy convencido de que toda cultura, tiene una gran necesidad de quietud, con lo que cual todos estamos llamados a consolarnos mutuamente. A veces nos hemos endiosado tanto, que hemos perdido los pasos del verso, no hemos escuchado nuestros latidos, para converger en esa poesía edénica que todos deseamos abrazar. Sin duda, estamos obligados a vernos más interiormente, a compartir experiencias y a repartir abrazos, porque al fin, hemos de ser más seres de acogida que de rechazo, de luz que de sombras. Al fin y al cabo, lo que necesitamos es mucho amor, tanto para entregar como para recibir.

Víctor Corcoba Herrero/ Escritor