- Decir pareja no es decir amor. Hay personas que se aman y no
forman pareja. Hay personas que forman pareja y no saben cómo amarse afirman
María Mercè Conangla y Jaume Soler, creadores del modelo de desarrollo humano
Ecología Emocional en el Libro “Juntos
pero no atados”
México, D. F.- De acuerdo con el INEGI en los últimos años,
el número de divorcios en México se incrementó considerablemente, ya que en 2011
se registraron 91 mil 285, mientras en 2010 fueron 86 mil 042 y en 2009 la
cifra se ubicó en 84 mil 302, sin contar las separaciones. Vivir en pareja cada
día es más difícil.
Y es que PAREJA NO ES AMOR dicen María Mercè Conangla y
Jaume Soler, creadores del modelo de desarrollo humano Ecología Emocional.
“Llegamos al otro con una mochila repleta de costumbres, intereses,
experiencias, aprendizajes, deseos, recuerdos, emociones, ilusiones,
desengaños, pérdidas y nuevos proyectos. Llegamos con una concepción de
territorio, de estatus y de poder, así como con un determinado estilo afectivo
y más o menos generosidad para dar y recibir amor. Son dos territorios
diferentes”.
Los fundadores del Instituto de Ecología Emocional afirman
que “no debemos renunciar a aquello que ha formado parte de nosotros, pero
podemos iniciar la construcción de una nueva nación común. Es erróneo pensar
que para que la relación funcione hay que perder la propia identidad y
diluirnos en el otro. Tenemos la oportunidad de tender puentes amorosos entre
dos existencias manteniendo, al mismo tiempo, cada una de ellas intacta”.
Ésta es la nación posible y maravillosa que podemos crear
juntos si tenemos la voluntad de construir un proyecto amoroso común. Si bien
no podemos prometer sentimientos, porque esto no está a nuestro alcance, sí que
podemos prometer conductas encaminadas al cuidado y crecimiento del amor que
sentimos.
Pareciera que la siguiente frase carece de asidero en la
vida real: Decir pareja no es decir amor. Sin embargo, hay personas que se aman
y no forman pareja. Hay personas que forman pareja y no saben cómo amarse. Hay
personas que se aman pero su proyecto de convivencia fracasa. Veamos algunos
porqués.
¿Pesan las creencias?
Respeto es la palabra clave. No debemos confundir forma con
contenido, ni creencias con valores. Aunque los rituales y la práctica puedan
ser diferentes, la mayoría de las religiones comparten unos valores de base: la
bondad, la generosidad, la no violencia, el amor, el respeto, la compasión, la
solidaridad. La convivencia de pareja entre personas con diferentes opciones es
posible si ambas entienden que la religión, al igual que la espiritualidad,
pertenece al espacio individual de cada uno y que no es obligado incorporarla
al territorio común de pareja.
Dentro del Libro “Juntos pero no atados” de Jaume Soler y
María Mercé Conangla (Ed. Amat), los autores —quienes estarán en México para
impartir un Training en Ecología Emocional para Formadores del 19 de julio al
12 de agosto— establecen una serie de “errores” que las parejas tienden a
reproducir de forma cotidiana.
Uno… “la media naranja”. Es contrario a lo que establece la
naturaleza, dicen los autores, ya que debemos construirnos enteros y no esperar
a que otro llene nuestras carencias. Hay muchas personas posibles con las que
podemos formar pareja y con cada una evolucionaremos distinto.
La confusión en el amor-miento o enamoramiento. No elegimos
de quién enamorarnos y no siempre al enamoramiento le sigue el amor. Éste sólo
será posible si existe la voluntad de construir un proyecto amoroso conjunto.
Confundir la necesidad con amor. Cualquier persona se
convierte en la víctima de las víctimas cuando su necesidad de ser amada
eclipsa su necesidad de ser respetada y luego al sacrificio, cuando el cultivar
la generosidad no es aguantarlo todo ni renunciar a nuestra propia evolución y
proyecto de vida.
La exclusividad reduce nuestro territorio emocional y limita
nuestra práctica en el arte de amar. No se puede poner vallas al amor. Amor
incondicional, romántico y absoluto… De ahí hasta la comodidad y rutina.
El texto plantea un alto a las dependencias malsanas y
propone que el proyecto personal no está reñido con mantener una relación de
pareja estable. Es posible compartir un proyecto de vida con otra persona sin
sentirse limitado u obligado. Forma parte de la conquista hacia el amor.
Dos personas, cada una con su propio proyecto de vida por
desarrollar, conviven sin dedicar atención a la construcción de un proyecto
común. Resultado: progresivamente se van distanciando afectivamente y llega un
punto en que se convierten en dos extraños que sólo comparten el territorio y
no saben qué decirse, aseguran los creadores de Ecología Emocional.
AGUJEROS EN LA CAPA DE OZONO AFECTIVA
(Fragmento. Página 166)
Juntos pero no atados. De la familia obligada a la familia
escogida
La pareja emocionalmente ecológica.
Editorial Amat, 2005, 242 pp
“Si algo no te agrada, cámbialo y si no está en tus manos
hacerlo, cambia tu forma de verlo
“En nuestro espacio psicoecoafectivo hay “agujeros” o zonas
desprotegidas. No somos capaces de filtrar los comentarios del otro, nos
sentimos juzgados, criticados y, al mismo tiempo, también criticamos y
juzgamos. Fallan los recursos que nos permiten convivir sin necesidad de estar
constantemente “en guardia” y a la defensiva. Estamos especialmente
susceptibles, todo nos duele y todo nos hiere. La poca de autoestima que nos
protege, falla. Quizá hayamos emitido demasiados contaminantes emocionales que
nos han dañado a nosotros mismos y a nuestra pareja.
“El hecho es que la queja constante no deja resquicio a la
acción resolutiva de los problemas, y puede acabar perforando nuestra “capa de
ozono” afectiva. Entonces, las “radiaciones–críticas-” nos llegan demasiado
intensas. También puede ser que nuestra autocrítica sea ya de por sí tan
negativa e intensa que no seamos capaces de aceptar ninguna más del exterior. A
pesar de todo, en una relación de pareja es necesario poder expresar los puntos
de mejora que detectamos a fin de trabajar en la dirección de un crecimiento
individual y conjunto. Si uno se cierra a las críticas positivas, para no
sufrir, posiblemente la relación se irá desajustando.
“La autoestima mejora a medida que mejoramos realizando
acciones concretas y nunca solamente por los halagos o refuerzos positivos que
nos den. Por lo tanto, será preciso abrirse al otro y considerar su crítica
aunque nos duela”.
A MODO DE CIERRE
Sólo si nos hacemos seres completos podremos encontrar a
otro ser completo con el que compartir nuestra vida sin perder nuestra
identidad.
La idea es avanzar en el camino de un amor vivido en
libertad, compromiso y responsabilidad que nos permita volar juntos pero no
atados.
Dos personas, con un proyecto individual de crecimiento y de
vida, se eligen, forman pareja y se plantean un proyecto conjunto de vida
abierto al mundo. Resultado: una convivencia armónica, una aventura conjunta en
la que cada día hay una nueva oportunidad para crecer juntos como PAREJA
EMOCIONALMENTE ECOLÓGICA.
Los creadores del Modelo de Desarrollo Humano Ecología
Emocional estarán en México del 19 de julio al 12 de agosto para impartir el
training es dirigido para Profesionales Formadores, Educadores, Capacitadores,
Facilitadores y Consultores, que se realizará con un entrenamiento de 80 horas
presenciales de formación intensiva, que se desarrollará en la Unidad de
Seminarios “Dr. Ignacio Chávez”, de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Para mayores informes puede consultar el Programa Special
Training para Formadores en la página de
Profitalent
Ecología Emocional es el modelo creado por Jaume Soler y
Mercè Conangla. El Instituto de Ecología Emocional, con sede en Barcelona,
España, cuenta con 16 años de trabajo al servicio de las personas y es
abanderado y referente en Crecimiento Personal y el desarrollo emocional
humano. Tiene como marco de pensamiento las propuestas de la ecología emocional
y como misión, darlas a conocer, desplegarlas y aplicarlas en las diferentes
áreas de la vida y en la mejora de todo tipo de organizaciones.