sábado, 21 de diciembre de 2019
Acompañará ONU programa “Supérate”: Marco Mena
Tlaxcala.
El Gobernador Marco Mena acordó con Luis Felipe López-Calva,
Director Regional para América Latina y El Caribe del Programa de las Naciones
Unidas para el Desarrollo (PNUD) y Lorenzo Jiménez de Luis, Representante
Residente del PNUD en México, el acompañamiento del organismo internacional
para garantizar el correcto funcionamiento técnico del Programa “Supérate” que
busca reducir la pobreza extrema al mínimo en Tlaxcala.
Durante una reunión que se celebró en las oficinas de la
Organización de las Naciones Unidas (ONU) en la Ciudad de México, el Gobernador
Mena dio a conocer que próximamente se firmará un acuerdo de entendimiento
entre la Administración Estatal y el PNUD para formalizar las acciones de
acompañamiento.
En su mensaje, Marco Mena aseguró que existen varias vías de
colaboración entre “Supérate” y el PNUD México que permitirán dar valor añadido
al programa, consolidar las cadenas productivas e incluir la participación de
especialistas y representantes de los sectores público, privado y social.
Posterior al encuentro, en su cuenta de Twitter, el
Gobernador Mena escribió: La ONU acompañará al programa estatal “Supérate” para
garantizar su correcto funcionamiento técnico. Gracias al Dr. @LFLopezCalva,
Director para AL del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo.
@GobTlaxcala y @PNUD firmaremos un acuerdo de entendimiento. @PNUD_Mexico.
Como parte de la reunión, el Gobernador Marco Mena explicó
que el Programa “Supérate” es un proyecto de alto impacto social que se diseñó
con base en la experiencia y evidencias de iniciativas exitosas que se han
desarrollado en 20 países y atenderá -en una primera etapa-, a 13 municipios
que concentran a la mitad de las personas que viven en pobreza extrema en el
estado.
“La meta del programa es que, a partir del esfuerzo de los
propios beneficiarios, quienes recibirán apoyos gubernamentales, abandonen esta
condición y mejoren su calidad de vida para que después de este proceso sean
capaces de generar ingresos y no necesariamente requieran de un apoyo público”,
explicó el Gobernador Mena a los funcionarios de la ONU.
En este sentido, Marco Mena abundó que el censo de
“Supérate” concluyó el pasado 21 de julio y obtuvo información de 291 mil 890
personas que habitan en los municipios de San Pablo del Monte, Huamantla,
Ziltlaltepec, Contla, Chiautempan, Tlaxco, Tlaxcala, Apizaco, El Carmen
Tequexquitla, Calpulalpan, Nativitas, Papalotla y Zacatelco.
A partir de ello, -sostuvo el Gobernador Mena- se iniciará
la atención a las familias en pobreza extrema mediante siete componentes
orientados a reducir sus carencias y brindarles las bases para salir de esta
condición de manera sostenible.
Los componentes del Programa “Supérate” son: Otorgar un
apoyo monetario mensual, Establecer un esquema de aseguramiento de vida y de su
vivienda, Entrenamiento en habilidades para asegurar la sustentabilidad de las
actividades productivas de los beneficiarios; Transferencia de activos para
desarrollar una actividad productiva, Acompañamiento, apoyo e incentivos
monetarios para abrir una cuenta de ahorro en una institución pública; Atención
a la primera infancia (0 a 5 años de edad) e Identificación de las mayores
carencias en cada hogar para su atención por medio de los programas federales y
estatales.
En la reunión, el Gobernador Marco Mena destacó que Tlaxcala
ha logrado reducir la pobreza en 5.5 puntos porcentuales y la pobreza extrema
en 2.6 por ciento en los últimos dos años, de acuerdo con datos del Coneval;
además, la entidad se ubicó en el primer lugar de crecimiento en desempeño
económico con el 4.4 por ciento en el primer trimestre del año, mientras que en
empleo formal creció a una tasa de 3.9 por ciento.
“En Tlaxcala 55 mil 900 personas salieron de la pobreza de
2016 a 2018, esto es resultado del trabajo del Gobierno Estatal, de la
confianza que han tenido los inversionistas en Tlaxcala, así como el respaldo
que hemos recibido de la Federación. Reducir la pobreza extrema en nuestro
estado es un objetivo posible de alcanzar para convertirnos en el primer estado
del país en erradicar esta condición en sus habitantes”, concluyó.
En respuesta, Luis Felipe López-Calva y Lorenzo Jiménez de
Luis reconocieron el adecuado diseño del programa, ya que contempla puntos
estratégicos para cumplir su objetivo, por lo que ofrecieron el apoyo
institucional del PNUD para colaborar en su implementación.
Asimismo, agradecieron la invitación para participar en el
desarrollo del Programa “Supérate”, y coincidieron en la importancia de que la
población atendida sea consciente de sus derechos sociales, para lo que es
necesario contar con un equipo interinstitucional que garantice su éxito.
En la reunión también participó Cynthia Valdés Galicia,
Directora del Área de Reducción de la Pobreza y Competitividad Productiva del
PNUD y Lenin Calva Pérez, Secretario de Políticas Públicas y Participación
Ciudadana de Tlaxcala.
Algo más que palabras
El planeta y la persona
“Nos haría falta que los gobiernos respetasen mucho más sus
compromisos con los acuerdos internacionales”.
Víctor Corcoba Herrero/ Escritor
Lo más importante que tenemos es nuestra herencia cultural,
que nos transmite lo transcendente que es nuestro quehacer diario, sobre todo
aquel que nos vincula a trabajar unidos y a ser promotores de dos elementos
claves, lo auténtico a la hora de mostrarse y ese espíritu solidario que nos
convierte en donantes perpetuos. Ahí radica ese gran deber que, entre todos,
tenemos que llevar a buen término; el de poner en el centro a la persona y al
planeta. Ciertamente, es tiempo de acción/reflexión, de fomentar debates menos
interesados y más objetivos. La tarea no es fácil; puesto que nos viene
desbordando la percepción de una distribución injusta de la riqueza entre todos
los moradores de la tierra. Nos haría falta que los gobiernos respetasen mucho
más sus compromisos con los acuerdos internacionales. Ojalá surjan alianzas reales
y duraderas, forjadas sobre la base de una cooperación y solidaridad
manifiesta, que ayuden a la gente a superar la pobreza, el hambre y las
enfermedades. No podemos retroceder. Tenemos que sensibilizarnos sobre la
necesidad de entendernos, siendo más constructores que destructores, más poesía
que poder en suma.
El ser humano requiere de cuidados y de otro espíritu más
amoroso. También nuestro hábitat común nos exige de otra consideración más
poética. No puede continuar este tremendo deterioro que nos degrada y nos
deshumaniza. Es hora de activar nuestras obligaciones, tanto para con nosotros
mismos, como también para ese cosmos del cual procedemos. Quizás nuestro primer
empeño deba ser la de conciliar la forma en la que producimos con la manera en
que consumismos. Sea como fuere, tenemos que innovar, buscar otros fondos más
del alma, otras estrategias más armónicas, sin que nadie se quede atrás, puesto
que la preocupación de cada cual requiere de una acción conjunta. A propósito,
ya nos consta que algunos ciudadanos ya están cambiando su estilo de vida para
ayudar a proteger el clima y el planeta. A propósito, nos injerta ilusión y
esperanza ese Acuerdo Verde Europeo, que establece cómo hacer de Europa el
primer continente neutral para el clima en 2050. Sin duda, lo considero un buen
propósito extensible a lo que somos, una sola familia humana. No podemos seguir
sometiéndonos al poder del dinero, a una tecnología y a unas finanzas que nos
esclavizan, lo fundamental es que prevalezca el bien social sobre el interés
económico.
Tampoco escatimemos energías ante una realidad planetaria
que nos convoca a un esfuerzo conjunto, que requiere de la identidad de todo
ser humano. Hoy sabemos que buena parte de menores de cinco años nunca se han
registrado oficialmente. Se dice que una cuarta parte de los niños del mundo
permanecen aún invisibles. Sin esta prueba, indudablemente, a menudo son
excluidos de la educación, la atención médica y otros servicios vitales,
haciéndolos más vulnerables a la explotación y el abuso. No olvidemos que todos
tenemos una pertenencia al planeta, una historia que nos trasciende; y, así,
nos enriquecemos cada día más a nosotros mismos. De ningún modo, entremos en
ningún juego de ventas, nuestra hondura es nuestra, somos personas con raíces
propias, que requieren del diálogo para poder avanzar entre diversos. Crecemos
con el contraste de culturas. No levantemos, pues, muros entre nosotros. Nos
merecemos la sintonía de hermanarnos. Necesitamos cobijarnos unos a otros.
Jamás olvidemos ese camino de interioridad, de escucharse y de atender al otro,
esencial para retomar otro espíritu menos tenso y más fraterno. Ya está bien de
tantas disputas entre nosotros, muchas veces motivadas por la volatilidad de
los mercados y el estrés de las finanzas, cuando lo verdaderamente importante
de este mundo envejecido, es la persona y su afán conciliador.
Desde luego, no es saludable activar la pasividad y rehuir
el encuentro con el análogo, fomentar el desprecio y la exclusión,
menospreciando vidas semejantes a las nuestras que requieren de una
oportunidad. Dejemos de ser injustos. Hagamos un ejercicio responsable y
generoso de nuestro diario de vida. Hay que perder el miedo a caminar, a
sentirse más vivos y también más humanos. Por desgracia, se está calentando más
rápido de lo que en ningún tiempo hubiéramos imaginado posible nuestra casa
común, e igualmente, se está enardeciendo un brío corrupto que todo lo
corrompe. Algunos desisten de luchar por la justicia y optan por subirse al
carro del poder. Otros se recluyen y se distancian de situaciones dolorosas.
Sin embargo, hay quienes trabajan por la paz a destajo y piden que nos unamos a
ese viento reconciliador, a sabiendas de lo aportado por nuestra herencia
cultural, que nos señala que la unidad de corazones es superior al trance de
usuras. Sé que no es nada es fácil, lo reconozco, construir esa armónica
convivencia que no excluye a nadie, sino que integra a los extraños, a las
personas difíciles y complicadas. Al fin y al cabo, se trata de ser amantes de
la palabra, porque formar parte de ese jubiloso poema existencial, requiere
mucho entusiasmo, no desfallecer ninguna vez, creatividad a todas horas,
destreza e implicación como poeta en guardia permanente. Aplauso, por tanto,
para aquellos que se comprometen a donar su tiempo en tender puentes.
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