domingo, 26 de enero de 2014

Es necesaria una mirada crítica para ejercer el poder de documentar con un smartphone o una cámara

  • La fotógrafa mexicana Elsa Medina, quien será reconocida en el FINI2014, hace un llamado a profesionales, estudiantes o aficionados a participar en el Concurso Internacional de la Imagen, como parte fundamental de una trayectoria que se reflejará en su trabajo



Pachuca de Soto, Hgo.-Es necesario observar nuestro entorno con una mirada crítica y potencializar el poder que nos da como sociedad el tomar una fotografía en cualquier momento con un smartphone. Esta es la reflexión de Elsa Medina, fotógrafa con casi 40 años de trayectoria, sobre la evolución que ha tenido la imagen en las últimas décadas.

“Me parece muy bien que cada quien pueda tomar fotos y creo que eso puede desencadenar un interés generalizado; lo que sí es que la percepción la tenemos muy controlada, nos hacen ver las cosas como quieren, basta ver los medios, y en las escuelas debería haber una enseñanza para ver más allá su entorno, aprender a entender la realidad desde una perspectiva crítica. Eso combinado con la posibilidad de tomar fotos en cualquier momento, tiene un potencial impresionante”, afirma.

Conocida por su sencillez, Elsa Medina se dice asombrada y honrada por ser reconocida en la Cuarta Edición del Festival Internacional de la Imagen (FINI) organizado por la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo y su Patronato. “Uno no espera ser reconocida, no haces tu trabajo para ser reconocido es un honor, estoy muy contenta y muy ocupada preparando la exposición”, dice en su hogar, rodeada de cámaras y la computadora que contiene sólo una parte de su trabajo.

Además, hace un llamado a profesionales, estudiantes o aficionados a la fotografía a participar en el Concurso Internacional de la Imagen que cierra su convocatoria el 20 de febrero, ya que es una parte importante de su trayectoria que se reflejará en su trabajo en el futuro.

“Los concursos son importantes porque te obligan a revisar tu trabajo con un punto de vista crítico, esa parte es fundamental para un fotógrafo, porque luego uno se casa con una foto que te gusta. Eso te ayuda a descubrir más de tus imágenes de lo que tú mismo habías visto, te obliga a mejorar”, asegura.

Incluso ella misma se encuentra revisando su trabajo para elegir lo que va a presentar en su exposición. “Me siento muy honrada por este reconocimiento, me siento muy contenta. El preparar la exposición que habrá, me ha llevado a hacer una revisión de mi trabajo para seleccionar las fotografías y me he enfocado al tema de este año que es la infancia”.

Sonriente, Elsa hace un recuento de sus inicios en la fotografía, ya que afirma que nunca se vio trabajando como fotógrafa, sus intereses —aunque relacionados con el arte— eran distintos.

“Me encantaba la pintura, lo que buscaba eran maneras de expresarme pero no sabía yo bien qué hacer. Comencé estudiando diseño industrial y ahí fue que tomé un curso de foto muy sencillo, porque tomábamos la foto, íbamos a revelar, nos imprimían y ya”, relata.

Al recordar, Elsa cae en cuenta que la fotografía era parte de su vida desde su infancia. “Siempre tomaba fotos con la cámara de mi papá, él me la prestaba y tomaba fotos, pero no pensaba que yo iba a ser fotógrafa, no me veía como fotógrafa. No pensaba que esto era lo que quería hacer en la vida”.

Con el tiempo, Elsa se mudó a Tijuana e ingresó a la Universidad de San Diego en los Estados Unidos y se matriculó en la carrera de diseño industrial. “Me metí a una carrera que era artes industriales, me encantó, porque siempre me gustó trabajar con las tres dimensiones, entonces ahí empecé a tomar fotografía muy técnica, lo cual me dio una formación técnica muy buena”.

Fue así que poco a poco que se involucró de lleno en la fotografía. Pocos años después regresó a la Ciudad de México, trabajó en el área de diseño y de vez en cuando hacía algo de fotografía. Un día vio en una exposición colectiva en el Museo de Arte Contemporáneo, el trabajo de Nacho López, le llamó la atención una fotografía en especial, debido a que no entendía el por qué formaba parte de la muestra.

“Veía una foto de Nacho y no la entendía, preguntaba ¿por qué está aquí?; ahora entiendo, era un bloque de hielo con botellas de los sabores a los costados, era como una metáfora de la muerte. Ahora la veo así, pero en ese momento no entendía, no conocía en general a fotógrafos”, comenta.

Elsa seguía inmersa en la búsqueda de la fotografía conceptual, cuando se enteró de los talleres de fotografía del Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (CUEC) de la UNAM, casualmente era impartido por Nacho López y fue en ese momento que el fotoperiodismo tocó a su puerta.

“Él (Nacho López) me enseñó mucho, con el curso del CUEC fue que descubrí la foto ya en un sentido más profesional, y así fue poco a poco, estando en los talleres del CUEC es cuando surge La Jornada; yo no podía entrar al periodismo en ese momento porque mi hijo estaba muy pequeño y en ese momento era imposible pensarlo. Pasó el tiempo, mi hijo se fue con su papá una temporada y es cuando entro a La Jornada. Así fue como los tiempos se van dando”.

Ya inmersa en el fotoperiodismo, Elsa Medina formó parte de la generación que cambió la forma de hacer fotografía periodística en México, una era que nace con el Unomásuno en 1977.

“A mí me fascinaba leer el Unomásuno, sí había ya una necesidad de cambio y cuando sale La Jornada, ya estaba metida en analizar la foto, de entender que tú como fotógrafo puedes dar una opinión, pero que también eres un individuo muy subjetivo, lleno de prejuicios, ideas preconcebidas. Yo tenía 33 años cuando entré a La Jornada, ya para estas épocas entran muy jóvenes, pero yo entré ya con experiencia en diversas áreas de la foto, por ejemplo estar con Nacho en esa reflexión de la fotografía conceptual. Ese momento personal, se junta con La Jornada, que ya no pedía la foto oficial en donde el político se viera bien, era un punto de vista como fotógrafo”, señala con un sesgo de nostalgia en sus palabras.

La Jornada —afirma Elsa— comenzó a tener cierta influencia, no en otros medios, pero sí en los fotógrafos de los otros medios que empezaban a ver la posibilidad de buscar otra manera de hacer su foto aunque no se la publicaran, la guardaban y con el tiempo esas fotos han salido en concursos o en exposiciones de fotoperiodismo.

En su trayectoria como fotoperiodista, Elsa Medina siempre busca un enfoque social, el cual podemos ver en coberturas que le mostraron una realidad que había que retratar.

“Por ejemplo me tocó cubrir una toma, era el primero de diciembre e iba a haber cambio de Gobierno en Guerrero y hubo varias balaceras en diferentes zonas. Fue una época en que se tomaron algunos municipios que se armaron. Me tocó cubrir Coyuca Benítez donde hubo un muerto. Estaba el ambiente con mucha violencia política, esa cobertura fue muy importante para mí porque estaba en dónde se estaban dando balazos, entonces tienes que estar pendiente de en dónde te pones para que te cubras, para que puedas tomar fotos cuidando tu integridad.

“También me tocó cubrir el tema de migración en la frontera norte, me fui un poco a la deriva porque iba sola, aunque allá estaba el corresponsal que siempre me dio mucho apoyo. Es decir, ya había vivido en Tijuana, pero nunca había hecho cobertura de fotografía tipo documental”, relata.

De aquella cobertura en la frontera norte, Elsa logra una fotografía que se convertiría quizá, en la más reconocida de su carrera, 'Migrante'. “Tú sabes cuando tomas una fotografía que puede ser trascendente, sabes porque estás conectado con el momento, con el lugar, yo no sabía la gran importancia que iba a tener esa imagen, esa fotografía la tome en Tijuana cuando entró en vigor la Ley Simpson-Rodino en el Cañón Zapata, en ese momento no había bardas. Me acompañó mi hijo que estaba todavía chico, estaba un poco asustado, pero el ambiente era muy cordial porque la gente estaba esperando a que anocheciera para aventarse a correr, les tomé las fotos y de ahí me fui al aeropuerto a mandar el rollo… las fotos se publicaron en interiores de La Jornada”, indica.

Los asistentes al FINI2014 no sólo podrán admirar el trabajo de Elsa Medina que será objeto de un reconocimiento por parte de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo y su Patronato, sino que podrán conocer el trabajo de niños de varios países que han sido sus alumnos. “La exposición va enfocada a la parte de la infancia e incluyo fotos de mis estudiantes en los talleres infantiles que he impartido y que tuvieron muchísimo éxito, comenzamos estos talleres en Tijuana y los di en México, en Argentina y Guatemala. Estoy eligiendo fotos de los niños”.


El Concurso Internacional de la Imagen que se realiza como parte del #FINI2014, se llevará a cabo del 2 al 9 de mayo, entregará casi 38 mil dólares americanos en premios para los artistas visuales triunfadores en los géneros de fotografía, técnicas alternativas y video documental, cuya convocatoria está abierta hasta el próximo 20 de febrero.