A sus 21 años de edad, el PRD aún no madura, sigue chipiloso, peleonero y bravucón. No ha entendido que la política es de diálogo, acuerdos y consensos.
El PRD aún se siente indefinido y tiene el complejo del hijo abandonado, sin saber realmente quienes son sus padres, si la democracia o la intolerancia.
Por un lado, pensó que era Cuauhtémoc Cárdenas, por otro, Andrés Manuel López Obrador, pero en realidad, ninguno de los dos, sino que ahora, depende de Jesús Ortega, a quien considera mal padrastro.
Cada vez, el PRD tiene menos fans, las novias lo abandonan. Su vida la ha vivido acelerada. Tuvo mucho poder, al menos, en el estado de México, hasta se dio el lujo de tener “un corredor amarillo”, pero hoy está en franca banca rota electoral.
Probó todos los vicios: fue un PRD borracho –de mareo político- parrandero –se iba de juerga- y jugador –electoral-, asimismo, le gustó la corrupción ya que en varias alcaldías Chalco, La Paz, Chicoloapan, Texcoco, Tultitlán, sus afines saquearon las arcas.
A los 15 años se mareo de poder, de dinero y alcaldías, así como curules locales y federales, pero no supo administrarse. Se le evaporó prácticamente esa fuerza política en el 2009.
Su pesadilla no fue el Chupacabras, muchos menos Salinas –a pesar de que en su sexenio fueron asesinados líderes perredistas-, sino Enrique Peña Nieto que llegó a romperle, en el buen sentido de la palabra, toda su estructura electoral.
Peña destrozo “su corredor amarillo” y dejó al PRD con la nostalgia del poder. Sin dinero, sin posiciones importantes y con un palmo en las narices.
Si, en esas condiciones el PRD llega a sus 21 años. Y hubo pastel en su cumpleaños. Felicitaciones, buenos deseos y grandes esperanzas de recuperar lo perdido.
Pero cada día, el abandono es más fuerte. Pensó tener más de un millón de afiliados en el estado de México, pero no llegaban ni a 400 mil.
Al PRD le mintieron, le engañaron, le pusieron los cuernos y ahora sufre del abandono. Quiere recuperar su fuerza, Luis Sánchez, su líder mexiquense, inició una campaña de reafiliación, afiliación y todo lo demás.
Sin embargo, cada vez, sus seguidores siguen cambiando de camiseta, la mayoría se van al PRI, se van con Enrique Peña y eso que aún no hay elecciones.
El PRD se tuvo que buscar una novia azul, pues, solito no va a poder recuperar lo perdido. Primero querrá subirse, claro con su novia, a la silla estatal, luego y tal vez, a varias alcaldías en el 2012.
En ese año a lo mejor sigue el noviazgo, a lo mejor no. Es una incertidumbre porque el PAN quiere irse solo a la presidencia de la República, el PRD se quedará con sus sueños guajiros.
Por: JLS (Reporteros…)