sábado, 24 de marzo de 2012
jueves, 22 de marzo de 2012
Urge transparentar las funciones de maestros estatales comisionados
- El Estado de México incumple el requisito federal; obstaculiza una mejor política educativa
Toluca de Lerdo, Méx.- El diputado Alejandro Landero Gutiérrez, integrante del Grupo Parlamentario del PAN en la LVII Legislatura del Estado de México, apremió ante el congreso la exigencia de la sociedad a que se transparente el padrón de maestros comisionados del sistema estatal a fin de saber con exactitud quienes imparten clases o realizan funciones distintas a la enseñanza.
En una iniciativa presentada ante el pleno del poder legislativo, para adicionar esta demanda al artículo 27 de la Ley de Educación, el representante precisó que la plantilla del magisterio estatal está integrada por 218 mil 767 docentes, lo que representa el 12 por ciento del total nacional, sin embargo se desconoce cuántos de ellos están al frente de un grupo, lo que obstaculiza no sólo el acceso a la información pública, sino también la aplicación de una mejor política educativa.
Alejandro Landero recordó que hace aproximadamente un año, con el acuerdo del grupo parlamentario del PAN, el pleno de la legislatura aprobó por unanimidad la Ley de Educación del Estado de México, en la que se dan pasos adecuados para mejorar la calidad de la educación de los mexiquenses.
Reconoció que la Ley aprobada elimina la discrecionalidad en la asignación de plazas; se vincula la carrera magisterial a las evaluaciones a fin de ayudar al maestro a reforzar sus conocimientos y técnicas pedagógicas; se dota al Instituto de Evaluación Educativa de autonomía técnica; se logra que el presupuesto para la educación año con año crezca en términos reales de infraestructura y becas; además de busca atender nuevas realidades como el bullyng y la obesidad infantil; entre otros avances.
Pero, acotó, no se logró incluir la necesidad de transparentar el padrón de maestros comisionados.
Dijo que no contar con un padrón transparente de maestros comisionados, que evite excesos en la utilización de dicha figura, genera consecuencias negativas para la educación, como son:
1) se abre la posibilidad de un uso inadecuado en el ejercicio del presupuesto educativo que debe estar destinado al mejoramiento de la educación y no a otros objetivos de cualquier índole.
2) se vulnera la carrera magisterial al generar promociones o cargos a partir, no de méritos profesionales de los docentes, sino de favores o controles políticos.
3) se merma la calidad educativa al tener más alumnos por maestro consecuencia de un abultado padrón de maestros comisionados que no están en las aulas.
4) se dificulta la posibilidad de ampliar el programa de escuelas de tiempo completo (que es una de las principales demandas de la sociedad) al no contar con los suficientes maestros para aumentar la cobertura de dicho programa.
Para ejemplificar la gravedad del problema, precisó Landero Gutiérrez, el Estudio “La Situación de la Educación en México 2010, Brechas” elaborado por la asociación civil “Mexicanos Primero” presenta diversas anomalías graves en nuestra entidad durante 2008, como: la existencia de 16 maestros que cobran ingresos iguales o mayores a 100 mil pesos mensuales; 43 plazas incompatibles geográficamente, así como la existencia en 2008 de 492 personas comisionadas que reciben un salario con los recursos del Fondo de Aportaciones para la Educación Básica y Normal (FAEB).
A esto se suma que año con año, la Auditoría Superior de la Federación ha hecho diversas observaciones al uso de los recursos del FAEB relacionadas al pago de sueldos de los maestros comisionados. Lo que implica estar ante un grave desorden en el tema de pagos o ante un inadmisible desvío de recursos.
Quizá, por ello, advirtió, el Presupuesto de Egresos de la Federación para el Año Fiscal 2012, en su artículo 10 establece claramente dispone los estados deberán además de informar a la autoridad educativa federal, publicar en internet el número de maestros comisionados, los pagos realizados, nombres, tipo de plaza, horas, funciones especificas, fechas de inicio y conclusión, entre otros.
No obstante ello, en el Estado de México esta regla no se cumple, lo que hace necesaria una iniciativa como la que presentó ante el pleno del congreso.
martes, 20 de marzo de 2012
Reportaje
Quintana Roo: el peor estado en confiabilidad policíaca
La falta de poligrafistas en todo México (operadores del
famoso detector de mentiras) ha impedido que los cuerpos policíacos sean
evaluados a fondo y determinar si están coludidos con el crimen. Este estado
ocupa el último lugar a nivel nacional en exámenes de control y confiabilidad,
lo que se traduce en la poca confianza de la ciudadanía que ya no se anima a
denunciar los delitos
Por Juan Manuel Coronel / Luces del Siglo
México, D. F.- Los mexicanos tendrán que esperar cerca de 12
años más para poder tener policías confiables. Ese es el tiempo que tardarán
los gobiernos estatales y municipales en aplicar las pruebas de confianza a los
458 mil policías del país, con lo cual, se rebasa de forma abrumadora el
Compromiso para Evaluaciones de Control de Confianza pactado en 2008, cuando
fue decretado realizar exámenes al 100 por ciento de las policías del país en
menos de cuatro años.
Los avances son lentos debido al elemento crucial en estas
indagatorias, los especialistas que aplican, analizan y estudian a los mandos
de procuración de justicia. En todo México existen alrededor de 200
poligrafistas certificados para evaluar a los policías, según Apolo Domínguez,
ex director del C-4 en la Zona Norte de Quintana Roo. Con esto se infiere que
cada profesional tendrá que realizar 2 mil 290 exámenes, los cuales, son de dos
días de duración en promedio, y esta cifra sólo lograrían cumplir en un lapso
de 12 años, trabajando sin descanso, claro.
Dos sexenios no es una estimación aventurada, pues a unos
cuantos meses de que se cumpla el plazo establecido, sólo ha sido evaluado 9
por ciento de los 458 mil 816 policías, de los cuales 25 mil 916 resultaron
reprobados, según datos de la Secretaría de Gobernación. A grandes rasgos, poco
más del 80 por ciento de elementos de las policías estatales y municipales no
han concretado la depuración en las corporaciones.
Esta realidad no la quiere aceptar el gobierno federal,
quien se ha enfrascado en recriminaciones contra los gobiernos estatales. Basta
recordar la XXI sesión del Consejo Nacional de Seguridad Pública, realizada a
finales del año pasado, donde los gobernadores de los estados expusieron las
razones por las cuales a muchos de sus territorios les resultaba casi imposible
cumplir para enero de 2013 la certificación en los términos que establece el
artículo tercero transitorio de la Ley General del Sistema Nacional de
Seguridad Pública.
“México no puede esperar a que se limpien los cuerpos
policiales al ritmo al que vamos ahora. La gente no puede esperar 12 años para
tener una policía confiable”, repeló el presidente Felipe Calderón, quien
estalló cuando los gobernantes le detallaron el problema de los poligrafistas
en el país.
“Sabemos que se necesitan 600 poligrafistas. ¿No podremos
encontrar 600 muchachos a los que les demos una capacitación de cuatro meses
para hacer una poderosa fuerza de control de confianza del país que nos de las
policías que necesitamos? Es frustrante para el país que se hagan compromisos
que luego no se cumplen”, dijo a los gobernadores.
Lo que el presidente omitió fue que desde hace más de tres
años, el secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, está en una
operación subrepticia para reclutar poligrafistas en la institución, que le
permitan controlar las policías estatales y municipales con los controles de
confianza.
De acuerdo con el cable de WikiLeaks que dio a conocer el
periódico La Jornada en junio de 2011, Héctor Sánchez, un alto funcionario de
la SSP, reportó en 2008 a los funcionarios de la embajada estadounidense las
intenciones de García Luna de controlar las policías estatales y municipales,
contratando a 300 poligrafistas para examinar, “tanto a los efectivos de la
propia secretaría como a las policías estatales y municipales”.
La realidad es que la operación de este ejército de
especialistas en el polígrafo, dependientes del Centro Nacional de
Certificación y Acreditación, no ha dado los resultados que el gobierno federal
esperaba.
Basta con observar que de los 39 centros de evaluación en
los estados, a febrero de 2012 apenas se han logrado acreditar 23, y una cifra
mucho menor son los que están ya certificados. También, sólo siete estados han
logrado avances del 50 al 100 por ciento en la evaluación de controles de
confianza.
“Hablamos de tiempo, no de dinero”. Así lo resumió Isabel
Arvide, asesora de la Secretaría de Seguridad Pública en el estado de Quintana
Roo, quien defendió la postura de la falta de personal capacitado para la
labor.
Siendo Quintana Roo uno de los últimos en cuanto a la
implementación de controles de confianza según el último informe federal, la
asesora refiere que se tardarían cerca de 14 mil días, es decir, unos 38 años
en analizar a los cerca de 7 mil cuerpos de justicia estatales.
Esto debido a la falta de presupuesto e infraestructura y,
principalmente, la falta de gente especializada en polígrafos. “Ya existe el
centro de control de confianza, pero no tenemos aún los polígrafos, no hay una
escuela de polígrafos, ¿ustedes conocen uno?, díganme”, enfatiza Arvide.
Debido a esta intrincada lucha de visiones sobre la
seguridad que existe entre el gobierno federal y los estados, se ha optado por
una cifra más cómoda. Ahora, según anunciaron las autoridades, se someterán a
controles de confianza sólo a los altos mandos en la procuración de justicia en
el país. Entonces sí, de un universo de 377 mandos, se ha evaluado al 83 por
ciento; reprobaron el examen 53 jefes.
Estados Unidos ha tenido que vincularse con nuestro país
para ayudar al gobierno federal a cumplir sus metas en los controles de
confianza. El Coordinador del Programa de Desarrollo de Instituciones
confiables de la oficina de Narcotics Affairs Section (NAS, por sus siglas en
inglés) de Iniciativa Mérida, David Wattley, asegura que hay cerca de 13
organizaciones norteamericanas interesadas en este tema, entre ellas, el FBI,
la DEA y el Departamento de Seguridad Nacional.
El agente del FBI, quien se encargó también de la división
antiterrorismo en Washington, refiere que en tres años de operación vinculado
con México, se otorgaron 318 polígrafos y 9 millones de dólares fueron para
adquirir equipo a los centros de confianza nacionales. Asimismo, para los
estados se proyectaron cerca de 8 millones de pesos para equipar, capacitar y
brindar hardware, software y conectividad a los centros de Control de Confianza
de los estados de la República.
No sólo es cuestión de manzanas podridas
La policía no se puede medir sólo en cuestiones
cuantitativas sobre su número de elementos desplegados en las ciudades, pues
ante el poder de infiltración del crimen organizado y la radicalización de la
violencia armada en el país se hace necesario un análisis cualitativo sobre sus
aptitudes y preparación.
Para el doctor José Luis Calderón, del Centro de Estudios de
Inteligencia Estratégica, el control de confianza es una parte pequeña de un
sistema más ambicioso que es la profesionalización de las policías. Sin
embargo, pese a la profesionalización y todos los filtros de seguridad, es muy
difícil luchar contra la corrupción.
Luis Calderón pone el dedo en el renglón, pues para él se
debe crear un círculo de colaboración entre muchos sectores para revisar la
calidad de elementos judiciales. El primer paso es el institucional, pues de
nada sirve tener policías certificados y que salgan de academias si al entrar
al terreno laboral se van a ver inmiscuidos en una red de corrupción casi
ineludible dentro de las corporaciones judiciales.
“Si el policía sale de la academia, llega a trabajar y el
jefe le dice que tiene que llegar con una cuota de dinero de su acción
policíaca, entonces se acabó el policía que la academia acababa de formar, el
policía tiene de dos, o renuncia o se mete a la dinámica de corrupción que
impera en las fuerzas judiciales”, detalla.
No sólo se tiene que lograr la acreditación de los
elementos, se tiene que crear certidumbre sobre las instituciones rectoras de
justicia en el país, según Juan Salgado, especialista del Centro de
Investigaciones y Docencia Económicas.
Es de vital importancia definir la forma de pasar del
control de confianza a la acreditación institucional, es decir, ir de la
acreditación de individuos a la formación de instituciones más confiables. Este
es un momento clave, pues en México no existen experiencias previas de los
centros de evaluación, y estamos viendo cómo pasar de la ley a la política
pública, explica el especialista en ciencias jurídicas.
“El control de confianza nos permite identificar cuál es la
manzana podrida en el barril y sacarla y que no pudra las manzanas. Pero tenemos
que pensar en qué está pasando con la corrupción al interior de las fuerzas. No
funcionan mal sólo porque ellos sean malos, sino porque existe una institución
que se los permite”, declara.
Para lograr la acreditación institucional se tiene que dar
seguimiento a las políticas públicas y de seguridad social al interior de las
policías, como los incentivos. Tener en cuenta la colaboración entre todos los
niveles de justicia penal que comienza con la prevención del delito.
Al final de su sexenio, Felipe Calderón no ha logrado
realizar una batalla proactiva contra el crimen organizado, entendiendo esto
como un gobierno que no cuenta con sistemas de inteligencia e información
ciudadanos que lo oriente en los problemas sociales y le permita identificar la
raíz de la violencia y la corrupción en el país.
Ante esta encrucijada, organizaciones civiles como Cacusa en
Común se han metido de lleno a la construcción de mecanismos de evaluación de
policías. Presidida por María Elena Morera, ha mantenido una lucha de varios
meses para este objetivo y llama a los ciudadanos a que no dejen sólo en manos
de las autoridades la impartición de justicia y la seguridad pública.
Qué se necesita para ser policía en este país
Existen más de 2 mil organizaciones policiales diferentes en
el país, entre locales, federales y estatales, todas con sus realidades
concretas y sus retos diferenciados. Según los especialistas consultados por
Luces del Siglo, no se pueden hacer las evaluaciones de confianza de la misma
forma a todos.
El doctor José Luis Calderón asegura que hay que tener en
cuenta cuáles son los perfiles de puestos, saber qué tipo de policía se quiere,
dependiendo de las aptitudes físicas de los pobladores en cada estado. “El
examen que le hacen al policía se lo hacen también al jefe, no hay una
diferenciación, se tienen que hacer perfiles por grupos, mandos superiores,
mandos medios, policías operativos, personal administrativo, una cuestión
general”, detalla.
Además de los perfiles, se tienen que tener criterios de
evaluación institucionales, es decir, saber si se permitirán a personas
tatuadas o rehabilitadas de alguna droga, todas aquellas pautas que diriman
cuestiones de reclutamiento.
Para Juan Salgado, especialista del CIDE, se tiene que medir
también el trabajo que realizan, pues en cada estado el nivel de intervención
que tiene cada organización policiaca es diferente. Según datos de la Encuesta
Nacional de Gobierno, Seguridad Pública y Justicia Municipal del INEGI, en
Yucatán y Quintana Roo existe un índice alto de intervención policial, y esto
implica que responden a mayores llamados de delitos comunes.
El especialista jurídico señala que se necesita tener
perspectiva de género al aplicar las pruebas de control de confianza, pues las
estadísticas nacionales muestran que, del personal de primer nivel, el 3 por
ciento son mujeres, en personal intermedio sólo el 4 por ciento. En personal
operativo, la tendencia aumenta al 8 por ciento de mujeres contra el 92 por
ciento de hombres.
“Este es un cambio que va significando, así que las pruebas
toxicológicas, psicológicas y de polígrafo tienen que tener en cuenta estos
cambios. Por tanto, tiene que haber un enfoque para ver en qué manera
diferenciada están afectando a estas personas”, asegura el académico.
Un último aspecto a evaluar para hacer la diferenciación, es
la desproporción en los salarios que reciben los diversos mandos policiacos,
pues es el elemento que determina la proclividad que tienen a corromperse ante
la falta de políticas de seguridad social en sus trabajos.
El especialista del CIDE asegura que en el norte del país
existen salarios altos para los agentes de la ley, mientras que en el sur los
salarios bajan de forma considerable, incluso Quintana Roo está en el fondo de
la tabla de estados que peor pagan a sus cuerpos policiacos.
Isabel Arvide, asesora del secretario de Seguridad del
General Carlos Bibiano Villa, da un ejemplo y detalla que en Quintana Roo los
mil 160 policías estatales tienen un salario máximo de 5 mil pesos al mes. Los
policías del municipio de Benito Juárez gozan de un sueldo que está por encima
de los 15 mil pesos.
Los policías que más ganan son los de Cancún, seguidos por
los de Chetumal. Isabel Arvide denuncia que existe una desproporción en los
sueldos de las policías debido al apoyo federal que reciben los municipios por
cuestiones del Subsidio para Seguridad Pública Municipal (SUBSEMUN), beneficio
que no tiene la Secretaría de Seguridad Pública para poder mejorar sus puestos.
La realidad de los sueldos para los policías en el estado es
abrumadora para la funcionaria, quien afirma que en los hoteles, lo mínimo que
pagan por ser guardia de seguridad son 9 mil pesos, sin filtros de confianza,
ni traer un arma y con la seguridad de horarios. En el ámbito público, los
policías no tienen un horario, el reglamento permite que un policía trabaje los
365 días del año sin descanso y el servicio es a necesidad.
Cuadro
Desconfianza en autoridades crece en Quintana Roo
El 81 por ciento de los ciudadanos de Cancún ha sido víctima
de algún delito en los últimos seis meses, de los cuales, 43 por ciento no
denunciaron por falta de confianza y credibilidad hacia las instituciones
policíacas, según datos de la más reciente encuesta del Consejo Ciudadano de
Quintana Roo.
Patricia Palma, directora de la organización civil Consejo
Ciudadano de Quintana Roo, asegura que frente a la acción de las bandas
criminales, las policías del estado son incapaces de transparentar su labor.
Agrega que de los 6 mil 900 policías que se tiene en el estado, sólo 93 agentes
han presentado los exámenes de control de confianza, y no se sabe si lo acreditaron
positivamente.
Quintana Roo presenta un retraso en materia de certificación
de confianza de sus cuerpos policiacos, sin embargo, el Consejo Ciudadano, que
trabaja con 53 organizaciones en el estado y tiene colaboración con más de 300
a nivel nacional, ha instado al secretario estatal de Seguridad, Carlos Bibiano
Villa, para mejorar a las policías de la entidad.
Al inicio de la administración, el general retirado le
presentó al Consejo una radiografía del estado de la policía, la cual mostraba
el panorama desastroso de la institución de seguridad. “No se tenían patrullas,
sin elementos capacitados y sin equipamiento. Esto se ha ido mejorando en la
medida que las organizaciones han exigido las mejoras”, refiere Patricia Palma.
En la conferencia Para Qué Evaluar a los Policías, los
Centros de Control de Confianza en la Estrategia de Seguridad, se nombraron
como representantes de la organización Causa Común para Quintana Roo a la
directora del Consejo Ciudadano, Patricia Palma, y en la Zona Sur a Rodrigo
Tello.
Cuadrito
De acuerdo con el Consejo Ciudadano de Cancún, muchos
policías están en la organización debido a que no cuentan con otro trabajo al
que puedan acceder. No se emplean métodos curriculares adecuados a los
contextos donde viven los policías, para poder reclutarlos de forma efectiva. Las
convocatorias para pertenecer a las corporaciones, piden mínimos requisitos
como la estatura con criterios que sólo se usan en el norte de más de 1 metro
70 centímetros, cuando la estatura promedio en el sur es de 1 metro con 55.
DATO
¿Qué es un polígrafo y cómo funciona?
• Mide cambios psicofisiológicos asociados con el estrés de
mentir, como lo son la presión arterial, la respiración y la resistencia
eléctrica de la piel.
• Estos cambios se registran al tiempo en que un sujeto,
conectado al polígrafo, responde a preguntas específicas de “Sí o No”.
• Las reacciones son comparadas por un poligrafista contra
patrones de veracidad registrados en el mismo sujeto, que le permiten reportar
cuando el sujeto es veraz o no en sus respuestas.
• El polígrafo no es un “detector de mentiras”.
• Un poligrafista bien entrenado, utilizando un polígrafo y
un riguroso procedimiento (la evaluación poligráfica) si puede ser un “detector
de mentiras”.
¿Qué tipo de evaluaciones hay?
1) Evaluación poligráfica específica (o de investigación).
2) Evaluación poligráfica de Pre-empleo. Ayudan a determinar
actos indeseables en el pasado de candidatos a empleos.
3) Evaluación poligráfica de control de confianza.
- Para evaluar si un empleado actual ha incumplido con
leyes, reglas o procedimientos.
- Se usa en forma periódica para personal crítico, o antes
de una promoción.
Componentes del polígrafo computarizado
• Dos Neumógrafos: Miden la actividad respiratoria.
• Un Galvanómetro: Mide los cambios de conductividad
eléctrica en la piel (el reflejo galvánico)
(sudoración).
• Un Baumanómetro: Mide los cambios en la presión arterial.
• Cardiógrafo: Registra la actividad cardiaca (pulsaciones).
• Una caja sensora o interfase.
• Software graficador.- Tiene un módulo que emite el juicio
de verdad o mentira. Dicho módulo no debe de substituir el análisis de las gráficas
de parte del poligrafista.
El polígrafo digital está casi desplazando al polígrafo
mecánico de agujas por su conveniencia, aunque los dos son igual de precisos.
Fuente:
http://www.asismexiconorte.com.mx/archivos/File/0804%20Poligrafo.pdf
¿En qué países se utiliza?
En la actualidad el polígrafo es utilizado por agencias de
inteligencia, policías y sectores privados de más de 90 países.
Fuente: http://cita.es/poligrafistas/
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