viernes, 19 de mayo de 2017

Cumple Gobierno de CDMX con compromisos en materia ambiental; entrega patrullas ecológicas


El Gobierno de la Ciudad de México trabaja para dar cumplimiento al compromiso con el medio ambiente, por lo que este viernes el Jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera Espinosa, encabezó la entrega de 54 patrullas que se suman a las 34 que operan –desde 2015– para la vigilancia y monitoreo de quienes infrinjan la normatividad vigente en la materia.

En la Primera Sección del Bosque de Chapultepec, el mandatario capitalino y la secretaria del Medio Ambiente (SEDEMA), Tanya Müller García, dieron el banderazo de salida a las unidades, cuyo sistema se encuentra conectado a los centros de Inspección y Vigilancia Ambiental Remota (CIVAR) y de Comando, Control, Cómputo, Comunicaciones y Contacto Ciudadano de la CDMX.

Con una inversión de casi 35 millones de pesos, los vehículos están equipados con sistema eléctrico, torreta y luces de parrilla, megáfono, grabador de video y radio comunicador digitales, ambos con GPS y cuatro cámaras de video.

Las patrullas ecológicas forman parte de las tareas que realiza el gobierno de la capital del país en la protección al medio ambiente. Abonan a acciones como la transformación de vehículos a tecnología EURO VI, cambio de combustibles fósiles a gas natural y la incursión de vehículos híbridos.

El Jefe de Gobierno recordó que su administración fomenta la reforestación y la recuperación de áreas verdes, al tiempo que ha impedido la invasión de las mismas.

Respecto al rescate de espacios públicos, el mandatario capitalino subrayó que continuará la inversión en la materia. Adelantó que “tenemos ya un proyecto y pronto se los vamos a anunciar, como nunca se había recuperado el Museo de Historia Natural y vamos a ir por la Tercera Sección también”.

Sobre la actual contingencia ambiental en la CDMX, el Jefe de Gobierno aseguró que la capital del país no es la ciudad más contaminada de la República Mexicana,“no obstante que aquí tenemos la mayor concentración de población y colindamos con una de las zonas metropolitana más grandes del mundo, nosotros estamos entre el lugar 7 y 8 a nivel nacional, así que esto es lo que tenemos que ver, vamos a seguir trabajando de la mano con los expertos, con los científicos, nosotros tenemos que seguir observando los parámetros y las mediciones internacionales”.

En comparación con el año 2000, el mandatario local dijo que“hoy estamos muy por debajo de esa realidad que vivíamos; hemos mejorado muchísimo y esto hay que reconocerlo. Del 2000 al 2006, los parámetros de contaminación en esta ciudad superaban los 200 puntos permanentemente”.

El mandatario capitalino aseguró que la CDMX cumple con los parámetros y recomendaciones. “Está dentro de un marco y un plan de actuación que se desarrolla con prácticas internacionales, dentro de los parámetros que se exigen a las mega ciudades”.

Recordó que gracias al llamado firme y respetuoso de su gobierno, hoy las secretarías federales de Salud y de Comunicaciones y Transportes tienen presencia en la Comisión Ambiental de la Megalópolis (CAMe) para su intervención en las decisiones en materia de salud pública y verificación de vehículos.

Sostuvo que su gobierno seguirá aplicando políticas integrales “con toda determinación, no vamos a detenernos”.

La titular de la SEDEMA, Tanya Müller García, destacó que las patrullas funcionan como “mecanismos eficientes de inspección y vigilancia ambiental que aseguran el cumplimiento de ordenamientos" y reconoció la labor de los 100 ecoguardas que se integrarán a las tareas de vigilancia.

Dijo que estas acciones ponen a la vanguardia a la CDMX en el monitoreo e inspección de emisiones contaminantes provenientes de fuentes móviles y además, "es una más de las buenas prácticas que tiene la Ciudad de México, en donde hemos recibido visitas de muy distintas partes que han venido a conocerla".

Señaló que la implementación del programa de vigilancia ambiental busca que se haga conciencia sobre la importancia de la verificación vehicular para la preservación de la calidad del aire en beneficio de la salud de la población.

Al banderazo de salida de las patrullas ecológicas acudió el presidente del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México, Álvaro Augusto Pérez Juárez; los secretarios de Seguridad Pública y Desarrollo Social de la CDMX, Hiram Almeida Estrada y José Ramón Amieva Gálvez, respectivamente; el procurador Ambiental y de Ordenamiento Territorial local, Miguel Ángel Cancino Aguilar, y el titular del Centro de Comando, Control, Cómputo, Comunicaciones y Contacto Ciudadano de la CDMX, Idris Rodríguez Zapata.

Columna

Algo más que palabras

La vida como diversidad de timbres y tonos

A poco que nos adentremos en la vida, observaremos que toda ella rebosa variedad, y esto es lo que verdaderamente nos entusiasma; el conocer, el explorar otros horizontes. Únicamente, la muerte es quien nos injerta uniformidad. De ahí, lo importante de superar divisiones, de comprender y de dejarnos entender por toda existencia. Globalizado el mundo, sabemos que las tres cuartas partes de los conflictos tienen una dimensión cultural. Está visto que todos tenemos algo que aportar. La exclusión no es de recibo. No me cansaré de vociferarlo, nadie sobra, todos somos necesarios y precisos. La cohesión de los moradores, aparte de ser algo vital para encauzarnos en lo armónico, también nos enriquece intelectualmente, moralmente y espiritualmente. La sabiduría, fruto de lo vivido, no se alcanza recluido en los centros de pensamiento, sino compartiendo vivencias y convivencias, que es lo que nos ayuda a vivir, reconociendo nuestra propia ignorancia. Porque sí, en efecto; uno es nada, sin alguien que le aliente. Al fin y al cabo, todos nos alimentamos de todos. En consecuencia, este sinfín de entretelas, con sus pulsos y sus pausas, o si quieren de andantes poemas, son el efectivo motor del desarrollo de la especie pensante, que deshumanizada será un infierno para sí misma.

Hay que retomar esa complejidad y armonizarla. La tarea no es fácil, pero tampoco es imposible. Ya en 2001 se produjo la Declaración Universal de la UNESCO sobre la riqueza cultural y, posteriormente, la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró el 21 de mayo como el Día Mundial de la Diversidad Cultural para el Diálogo y el Desarrollo, a través de su resolución 57/249 de diciembre de 2002. También en 2011 la UNESCO y la Alianza de Civilizaciones de las Naciones Unidas lanzaron la campaña: "Haz un gesto por la Diversidad y la Inclusión", con el firme propósito de animar a las gentes y a las organizaciones de todo el mundo a que tomen medidas concretas de apoyo a la multiplicidad. Desde luego, aquí todos estamos llamados a aceptarnos mediante gestos reales en nuestro día a día y a combatir la polarización y los estereotipos para mejorar el entendimiento y la cooperación entre las gentes de diferentes ritmos y rimas. Precisamente, un informe reciente, publicado en enero de 2017, sobre Intolerancia Religiosa en Brasil, nos indica que el planeta vegeta una ola creciente de intolerancia y de restricciones al ejercicio del derecho a la libertad religiosa y de credo. Ojalá aprendiésemos la lección desde uno mismo, puesto que si cada cual es imperfecto y requiere de la bondad de los demás, también nosotros tenemos que tolerar los defectos de los otros, quizás hasta lograr ser ese poema interminable y perfecto, con el que todos soñamos.

Situar la poética del hermanamiento en el núcleo del avance constituye una revolución básica en el porvenir de la naturaleza humana. Hasta ahora nos hemos rejuntado, pero no hemos aprendido a dejarnos resucitar por la lírica que nos circunda, hemos preferido tomar cadenas y no abrirnos al orbe, para dejarnos abrazar por él. Todo esto llegará en el momento que dialoguemos auténticamente, con la verdad por delante. No desperdiciemos esa red de cátedras vivientes que nos entran por los sentidos y van directas al corazón. Sólo así podemos fundirnos en ese culto de culturas, o lo que es igual de realidades poéticas, que tantas veces se nos pasan desapercibidas y son el alma de nuestra existencia, en su doble dimensión de proceso evolutivo y fuente de expresión, creación e innovación. Hasta ahora nos hemos mundializado, pero no fraternizado. Requerimos de otro ambiente más cooperante y solidario en la conciencia del género humano. El arte, como la poesía, o la ciencia, pueden ayudarnos a interpretar este pluralismo con coherencia y a luchar contra las desigualdades reinantes en este mundo frío, encorsetado en las tecnologías y que cada amanecer siente menos ante el sufrimiento del prójimo. De aquí la necesidad de unir, ya no solo la justicia y el bien común, también otro espíritu más trascendente que nos devuelva nuestra capacidad de asombro, de reconocer el orden natural, o sea, de la poesía a la que se llega por la senda de lo auténtico, del reír a mandíbula abierta y del llorar a lágrima viva.

Nuestra historia, por consiguiente, no sólo se verifica en esa multitud de versos, sino que, gracias a ellos, se concentra una fuente de renovación de las ideas, adquiere sentido nuestro caminar al vernos y sentirnos iluminados por la veracidad, que es lo que realmente nos permite abrirnos y concebir nuevos modos de pensar. Para empezar, tenemos que desligarnos de este afán mercantilista que mueve al mundo, propiciando un desarrollo sustentado en los latidos y sostenible con el diálogo, siempre sincero y siempre liberador.  A mi juicio, además, hemos de estimular mucho más la creatividad conjunta, pues de nada sirve desarrollar en las nuevas generaciones ese afán aperturista de nuestras lenguas, culturas y religiones, si luego actuamos contrariamente a lo que predicamos. Para desgracia nuestra, lo prioritario siempre es el dinero, no la cultura vivencial, aquella que va impresa en las vísceras humanas. La llaneza está en el reconocimiento, la comprensión y la tolerancia de la disparidad de linajes, sobre la base de una ética global, confluencia basada en valores universales y en el respeto recíproco de todas las mentes humanas.

No olvidemos que cada caminante necesita hallarse con su pulsación, y rehacerse junto a los suyos. La cuestión no es sentirse cercano junto a los otros, sino acompañado por esa percusión del alma, que nos ayudará a poseer una convivencia cívica, pero también a hermanarnos, en la medida que confluyan nuestras níveas  emociones, sabiendo que el interés mercantilista jamás ha forjado uniones duraderas. Por tanto, pienso, que ha llegado el momento de revisarnos, de injertarnos nuevos compromisos, apoyándonos en las experiencias positivas de nuestros predecesores. Sin duda, necesitamos proyectar una renovada métrica a esta vida, tan sufrida para unos y tan privilegiada para otros. ¿Dónde están los poetas, para entonar otros abecedarios que nos lleguen más y mejor, al oratorio interior de nuestro vergel, y nos despierten?. Ante el boom de injusticias, nos conviene una fuerza dinámica de cambio, que nos lleve por otros horizontes y otras sendas de menos iniquidad y perdición. Naturalmente, la inspiración ha de llenarse de imágenes originales, sorprendentes y placenteras.

Tras el derrumbe de nuestro endiosamiento actual, no hablaremos tanto de desarrollo y si de generosidad, puesto que vivimos en un estado al borde de todos los límites, de recursos limitados, junto al proceder de algunos que lo acaparan todo. Frente a esas gentes que piensan que necesitamos un nuevo humanismo para el siglo XXI, a fin de renovar las aspiraciones fundamentales a la justicia, el entendimiento mutuo y la dignidad; yo estimo también, un dejar de adoctrinarnos para poder entrar más en el discernimiento, cuando menos para volver hacia nuestras posadas interiores, hacia la placidez que somos, más allá de la conjugación de verbos y de la correlación de espíritus, conscientes de que, si cultivamos más poemas que penas, podremos tejer un destino más tranquilizador para todos. Por otra parte, está muy bien eso de ser distintos y de considerarse análogos, pero de nada sirven los dichos, si el corazón no es el que habla. Esta es la cuestión de fondo. Tampoco somos hijos de la monotonía. La experiencia de la infinidad de aires está en la comunicación y en la comunión de todos, y como tal, pertenece a toda existencia humana, que será más perfecta, en la medida en que cada cual se entregue a esa búsqueda de la verdad y el bien, haciendo un uso adecuado de los múltiples patrimonios del planeta, entre ellos la disparidad de tonos y timbres cohabitando.



Víctor Corcoba Herrero/ Escritor