ÉRASE UNA VEZ… EL REGRESO DEL PRI
Por José Martínez M.
México, D. F., a 22 de noviembre de 2012.- Como en los
cuentos de hadas la política mexicana está llena de leyendas ficticias y es
rica y abundante en personajes, pero el regreso del PRI plantea para un
periodista o un escritor un problema pues este tipo de historias tiene lugar en
un período indefinido. ¿Por dónde empezar? Por el PRI de Miguel Alemán, por el
PRI de Salinas, por el PRI de Peña Nieto. Al final es lo mismo, volvemos al
laberinto de la corrupción.
Qué podemos esperar de un presidente como Peña Nieto, cuyo
lenguaje no verbal es preocupante por su personalidad lineal e inalterable. Un
político que todo el tiempo está en permanente actuación para las cámaras y los
flashes. Un presidente que fue hechura de Arturo Montiel que es uno de los
símbolos de la corrupción.
Pero ocurre que la historia del PRI no es una historia
ficticia aun cuando en ella conviven personajes de la picaresca política hasta
perversos y tenebrosos —tales como presidentes, gobernadores, senadores,
diputados, líderes, narcos, etc, etc, todos ellos representados en una secuencia
inverosímil de eventos, pero a diferencia de los cuentos de hadas no todos los
gobiernos terminan con un final feliz. Cada partido, cada sexenio, tiene sus
arquetípicos en cada historia, solo que ahora se habla del desembarco de los
golden boys, una forma elegante de referirse a los bebesaurios.
Esto me remite a Rayuela la emblemática novela de Julio
Cortázar donde la historia no tiene ningún orden, así en el PRI su historia
comienza a integrarse con piezas desordenadas de un puzzle que no termina nunca
de completarse, ya veremos cómo con el arribo de Enrique Peña Nieto al poder el
orden sucesivo de esta historia no será coherente para un patrón clásico de un
gobierno democrático. Al final de cuentas, como en Rayuela no importa el orden
sugerido al principio, pues siempre será la misma historia, cuando nos
dispongamos a leer de nueva cuenta esta historia del PRI veremos aparecer
viejos y nuevos personajes igual de incoherentes, no hay forma aleatoria de
explicar este crucigrama político porque en realidad el PRI como Rayuela no
tiene un principio ni un fin exacto.
Ahora bien, ¿cuánto va a durar esta nueva historia? ¿70 años
como la primera?
PAN y PRD, ya sabemos, son piezas fundamentales del
escenario y sus cuadros políticos y dirigentes forman parte del reparto. Pero
hay de personajes a personajes. Uno de ellos es Carlos Salinas de Gortari.
Con el regreso del PRI al poder, el ex presidente Salinas
anda muy ocupado asesorando a gobernadores.
No hace mucho, a mediados de octubre pasado, apareció en los
medios de Aguascalientes y en algunos diarios de la ciudad de México una
fotografía de Carlos Salinas en medio del gobernador Carlos Lozano de la Torre
y su esposa, la primera dama del estado, en palacio de Gobierno.
De acuerdo al boletín que detalló parte de ese encuentro,
ambos políticos “intercambiaron puntos de vista y experiencias sobre la
situación política de México y del estado, así analizaron ampliamente los
perfiles de quiénes deberán ser los candidatos del PRI durante la contienda del
próximo año”.
En Quintana Roo como en Veracruz, el ex presidente Salinas
ha venido desempeñando un papel decisivo en los gobiernos de ambas entidades.
Los gobernadores Roberto Borge y Javier Duarte son dos ejemplos claros de la
relación que guardan con el ex presidente.
Salinas en buena parte de los gobiernos estatales de
extracción priista ha influido en los procesos electorales comenzando por la
selección de candidatos, como ocurrió en el Estado de México con Enrique Peña
Nieto, él fue (Salinas) uno de los diseñadores de la proyección política de
Peña Nieto.
Salinas fue y sigue siendo un factótum de poder en el PRI.
La llegada de Peña Nieto es un ejemplo fehaciente.
No es un cuento, el regreso del proyecto salinista es una
realidad. Al menos tres personajes conspicuos de la cofradía del ex presidente
desempeñaron un papel fundamental en el equipo de Peña Nieto.
Fuera de los reflectores, aunque no ajenos a ellos Pedro
Aspe, José Córdoba Montoya y Santiago Levy, fueron tras bambalinas los
apuntadores y controladores de su campaña. Los tres junto con algunos
colaboradores directos de Peña Nieto han definido las estrategias para los
proyectos, ahora inminentes programas en materia de política energética y
política social.
“No es un mito genial”, pero Luis Videgaray que fue el
coordinador general de la campaña de Peña Nieto es más que un alumno una
especie de clown de Pedro Aspe. Y será Videgaray el hombre más poderoso en el
gabinete de Peña Nieto.
Del equipo de salinistas y el visto bueno de Videgaray van a
salir las propuestas de reformas a los sectores energético y educativo, lo
mismo que en el renglón de ciencia y tecnología y la reforma laboral.
En materia de seguridad nacional ya se han anticipado
algunos cambios, pero será crucial la trayectoria, los conocimientos y los
grupos políticos y de presión a quienes pertenecen los funcionarios que serán
designados en esas áreas, habrá que ver hasta dónde mete las manos el equipo
salinista.
Lo que está claro es que el triunfo de Peña Nieto partió de
una paciente estrategia, de al menos seis años, luego del triunfo de Felipe
Calderón.
Los priistas fueron confeccionando paso a paso la proyección
de Peña Nieto. La parte mediática fue fundamental y operó tanto en lo interno
como en lo externo. Más que como un político o un líder con un proyecto
político-ideológico, Peña Nieto fue ofrecido como un producto.
No fue fortuita la visita del ex presidente Salinas a
Televisa como tampoco lo fueron los encuentros secretos entre el ex presidente
y el dueño de Televisa junto con los principales directivos de esta empresa
mediática. Por lo menos hay constancia de un encuentro en la sede de esa
televisora que se hizo público.
Por eso no fue extraño que el ex presidente Salinas haya
operado un encuentro de Emilio Azcárraga y sus principales colaboradores
Bernardo Gómez, Alfonso de Angoitia y José Bastón a finales del 2007 con el
entonces todavía presidente de Cuba, el comandante Fidel Castro, reunión de la
dio cuenta Televisa en su noticiero estelar.
Encuentro en el que el mítico comandante le dijo a esa
cuarteta en su visita a Cuba: "los envidio por lo jóvenes que son, que
tienen todo el siglo este casi por delante. Yo ya mi trabajo lo hice en este,
sembré un poco de semillita".
En mucho el ex presidente Salinas fue una pieza determinante
y vital en la conexión de Peña Nieto y Televisa, ahora Salinas se apresta a
cobrar los dividendos políticos toda vez que al poder pronto arribará un continuador
de su proyecto transexenal, comenzando así una vez más la misma historia del
PRI, el de las complicidades y del reparto del poder.
Y si no fuera así, que a Peña Nieto las fuerzas vivas se lo
demanden.