viernes, 7 de noviembre de 2014

Algo más que palabras

  • En todas las guerras hay un afán destructivo total


Víctor Corcoba Herrero/ Escritor

El ser humano no puede mutilar su propia naturaleza, el hábitat en el que vive. A veces nos exponemos a tantos venenos vertidos por la misma especie que cuesta asimilarlo. Ahí están las miles de personas que resultaron envenenadas a causa de desechos de mercurio arrojados en las aguas por una compañía química japonesa en la mitad del siglo pasado. Lo mismo sucede con los efectos de las guerras actuales,  que solemos contar sus víctimas en términos de personas, obviando casi siempre la destrucción  de nuestro propio medio ambiente. Cuántas veces a causa de los pozos del agua contaminados, de los cultivos quemados, de los suelos dañados, motivados por las inútiles pugnas, degradamos nuestros específicos recursos naturales. Deberíamos recapacitar sobre esto. Naciones Unidas nos insta a ello, a través de la conmemoración del día internacional para la prevención de la explotación del medio ambiente en la guerra y los conflictos armados (6 de noviembre); no en vano, un alto porcentaje de las luchas han tenido alguna relación con la expoliación de los recursos naturales.

Indudablemente, en todas las batallas hay un afán destructivo total, tanto del espíritu de la persona como de su propio hábitat. Nada importa la especie, y con ello, se desvirtúa al propio género humano. En la actualidad, multitud de grupos armados y redes delictivas dañan el planeta con una desbordada cantidad de actividades ilícitas. Son auténticos asesinos de la vida, de aquello que da sentido a nuestra propia existencia, comerciando como ratas sin escrúpulos por la impureza del aire. No entienden que la vida es para vivirla, no para destruirla o derrocharla. La necedad les puede. Es tan fuerte el odio, y en otras ocasiones la avaricia, que todo lo contaminan con sus absurdas hazañas o todo lo llevan para sí. Están dispuestos a todo. Carecen de humanidad y tiene la vista puesta en que todos valemos nada. Por consiguiente, propagan la pobreza, lastran las oportunidades de la gente y socavan sueños que no les pertenecen.

En vista de estas miserables actuaciones, por cierto cada día más extendidas y globalizadas, puesto que tanto en tiempos de paz como de guerra, el medio ambiente continua importando más bien poco, a pesar de tanto ecologista, de boquilla más bien, puesto que es la propia especie, en su globalidad, la que tiene que comprometerse con una gestión verdaderamente sostenible de los recursos naturales. Naturalmente, hay que actuar antes de que nos gane la pasividad la batalla más necia. No podemos quedarnos en la letra, esa ya la sabemos, tenemos que avanzar con otro espíritu, con otras inquietudes, y hacerlo a corazón abierto, sabedores de que la naturaleza nos sustenta como linaje. Por otra parte, uno de los efectos más devastadores del hábitat es el desplazamiento masivo de las personas que huyen de la violencia y la inseguridad, en definitiva de las reyertas, lo que origina una excesiva explotación de los propios recursos naturales. Ciertamente, vivimos en un tiempo difícil, para empezar hemos aprendido a dominar el hábitat a nuestro antojo o capricho, sin antes aprender a dominarnos a nosotros mismos, nuestra propia furia destructiva.

A propósito, el gran escritor francés, Albert Camus, siempre decía que "el gran Cartago lideró tres guerras: después de la primera seguía teniendo poder; después de la segunda seguía siendo habitable; después de la tercera ya no se encuentra en el mapa". Sin duda, no le faltaba razón. Vamos camino de la extinción. Por cierto, a mi me cuesta entender ese creciente número de desplazados forzosos en todo el mundo, lo que nos evoca la incapacidad de los gobiernos y, hasta de la misma comunidad internacional, por poner orden y superar divisiones, prevenir y poner fin a los bretes, a las combates baldíos. Sabemos que las operaciones de mantenimiento de la paz son cada día más complejas, porque son entornos operacionales inseguros y en contextos políticos inestables,  pero es fundamental intervenir de manera fulminante, no sólo para salvar vidas humanas, sino también por cuestiones ecológicas, evitando de este modo que los problemas ambientales sigan creciendo.

Detrás del sufrimiento humano por las pugnas, rivalidades y cruzadas egoístas, también suele cohabitar el sufrimiento devastador del medio ambiente. A mi manera de ver, es muy importante hacer los esfuerzos necesarios para limitar la destrucción ambiental por parte de todas las partes en acción. No olvidemos que es deber de toda la ciudadanía, de cada persona en particular, organización y gobierno, contribuir a preservar las riquezas del planeta para las generaciones próximas.  Las nuevas descendencias, por tanto, han de huir de las guerras, han de decir ¡no! a las guerras con total rotundidad, puesto que a todos nos perjudica, hasta el punto que vuelve bestia al triunfador y vengativo al subyugado. Son tan estúpidas estas controversias, y sobre todo tan inútiles, que yo estoy seguro que terminarían si los fallecidos pudiesen regresar. Por eso, nunca existió una buena guerra, son todas crueles, nefastas, demoledoras; de ahí, que la única manera de vencerlas, no es otra, que  evitarlas.

Nunca los humanos han necesitado tanto activar la voluntad del cambio como en el momento presente, y desde luego, dicha voluntad ha de estar motivada por el conocimiento y la conciencia comprensiva. Si los informes muestran que el calentamiento planetario es ya un fenómeno global causado por los humanos, ya que el consenso científico sobre el origen humano del cambio climático es casi absoluto, y las guerras son mantos de fuego destructor de vida, mientras que los mercaderes de armas hacen fiesta, hemos de hacer algo antes de que sea demasiado tarde. No podemos ser indiferentes a los conflictos que siguen ensangrentado el planeta. Es hora, insisto, de actuaciones. Empezar, sin dilación, por prevenirnos de la explotación del medio ambiente en la guerra y en los conflictos armados, me parece un buen comienzo. Por desgracia, y a pesar de tantos avances, todos los días encontramos una buena ración de salvajismo, de disputas irracionales y usureras, en los diarios de todo el mundo.


Efectivamente, no podemos acostumbrarnos a convivir con las guerras. Si el espíritu guerrillero se apodera del alma humana, apaga y vámonos. No entiendo que celebremos tantos actos para conmemorar onomásticas y centenarios de contiendas, cuando hoy pasa lo mismo, hay pequeñas batallas por doquier lugar. Esta es la realidad. Lamentablemente, continua la pugna de unos contra otros. Las consecuencias de las guerras ahí están, por una parte, niños y mujeres hambrientos, campos de exterminio con vidas humanas, naturaleza al fin muerta, y por la otra, los grandes festejos y la buena vida que se dan los productores de armas. Pero, ¿qué hacemos nosotros por cambiar esto? Ya sabemos que lo incivil no deja piedra sobre piedra, es una salida cobarde a los problemas y lo ha sido desde siempre, y por siempre una derrota de la ciudadanía en su conjunto. Perdemos todos, pierde el planeta. Que lo reflexionemos cuando menos.

Educación e innovación, armas fundamentales de un país y su sociedad

  • Sólo con ellas puedan aspirar a mejores niveles de bienestar, afirma el experto Víctor Manuel Alcérreca Sánchez; advierte que la educación de calidad debe permear todos los niveles para cambiar la actitud de las nuevas generaciones ante las problemáticas que apremian al mundo como lo es el cambio climático



México, D. F.- Ébola, dengue, cáncer en la piel, una alimentación deficiente de nutrientes, entre otras, son algunas de las consecuencias que el cambio climático ha originado en el mundo, el cual es necesario combatir desde la sociedad misma al ser un problema no sólo de los gobernantes, aseguró el Ingeniero Víctor Manuel Alcérreca Sánchez, Director General del Consejo Quintanarroense de Ciencia y Tecnología.

El también egresado de la Escuela Superior de Ingeniería Química e Industrias Extractivas (ESIQIE) del IPN, destacó que con la investigación científica se podrá atender los grandes desafíos que enfrenta nuestro país y sólo con una educación de calidad podrán las generaciones venideras resarcir los daños que ocasiona el cambio climático.

“El tema principal es la educación de calidad, yo diría que junto con la educación, la búsqueda del conocimiento y la innovación, son las armas fundamentales que permitirán al país y a la sociedad aspirar a mejores niveles de bienestar. Tenemos que advertirles a las nuevas generaciones que debe de haber un cuidado dedicado, extraordinario, para que evitar las cosas desafortunadas que está provocando el fenómeno del cambio climático”.

Alcérreca Sánchez, quien participará en el 10° Foro Internacional Ciudad de México, Desarrollo Sustentable y Cambio Climático, “La Educación Superior de Calidad” que organiza la Unidad Nacional de Asociaciones de Ingenieros (UNAI) los días 12, 13 y 14 de noviembre, añadió que la educación de calidad debe permear todos los niveles para cambiar la actitud de las nuevas generaciones ante las problemáticas que apremian al mundo, como lo es el cambio climático.

“Permear todos los niveles para cambiar la actitud de las nuevas generaciones, fijar un enfoque hacia un mundo pleno y libre de estas distintas problemáticas. Necesitamos una juventud informada y comprometida, capaz de contribuir desde su individualidad, dedíquese a lo que se dedique, a contrarrestar los efectos del cambio climático e incluso generar propuestas para detener este fenómeno”.

En este sentido, el coordinador temático del panel “Desarrollo Sustentable, la Reforma energética y sus aplicaciones”, destacó que es precisamente en espacios como éstos, los foros ambientales que año con año organiza la UNAI, donde académicos, expertos en la materia, nacionales e internacionales, autoridades gubernamentales, así como los jóvenes comprometidos con un cambio en el país, convergen para generar propuestas y buscar soluciones ante las problemáticas que apremian al mundo y en específico a nuestro país.

“Es un espacio donde podremos identificar los efectos, como individuos y como sociedad, y enfocarnos a buscar las medidas de mitigación, buscar la respuesta apropiada a todo lo que está sucediendo y anticiparnos, hasta donde sea posible, ante cualquier catástrofe de la que no estamos exentos. Compartir con nosotros, dialogar con los especialistas, hacer aportaciones y también hacer suyas las conclusiones que resulten de dichos trabajos”.    

Finalmente recalcó y enfatizó en la necesidad de fortalecer la educación superior. Educar y preparar ingenieros que se especialicen en temas ambientales que ofrezcan soluciones específicas y concretas en beneficio de la sociedad.

El 10° Foro Internacional Ciudad de México, Desarrollo Sustentable y Cambio Climático, “La Educación Superior de Calidad” que organiza la Unidad Nacional de Asociaciones de Ingenieros, se llevará a cabo en la Universidad Autónoma Metropolitana, unidad Xochimilco, los días 12, 13 y 14 de noviembre. De igual forma, el Primer Foro Nacional Juvenil de Desarrollo Sustentable y Cambio Climático se desarrollaré en el estado de Oaxaca del 24 al 26 de noviembre.

Más presupuesto para mejorar sistema educativo nacional: Hernández Meneses

  • El diputado reconoció el apoyo de los grupos parlamentarios del PRI y PT al exhorto presentado por Nueva Alianza, en la LVIII Legislatura.

Toluca de Lerdo, Méx.-  El incremento del presupuesto educativo permitirá fortalecer los programas dirigidos a grupos vulnerables y mejorar la infraestructura de los planteles, además de impactar favorablemente el Sistema Educativo Nacional, aseveró el diputado Alberto Hernández Meneses, presidente de la Comisión para la Protección e Integración al Desarrollo de Personas con Discapacidad, al congratularse por la aprobación del exhorto promovido por Nueva Alianza en la LVIII Legislatura del Estado de México.

El legislador agradeció el respaldo de los grupos parlamentarios del PRI y del PT, al llamado hecho por Nueva Alianza para que en el Congreso de la Unión se busque incrementar las partidas de los ramos 11, 25 y 33, en materia educativa, para alcanzar la meta de 8 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), como lo establece el artículo 25 de la Ley General de Educación.

“Reconocemos el esfuerzo realizado para destinar 6.2 por ciento del PIB a la educación, pero creemos que es necesario continuar incrementándolo para garantizar el acceso a la enseñanza de las comunidades indígenas, los adultos mayores y las personas con discapacidad, además de mejorar todo el sistema educativo nacional”, abundó el legislador aliancista.

Dijo que sólo el aumento persistente del presupuesto a este rubro permitirá que México alcance estándares académicos que eleven los niveles de bienestar, a la par de las reformas estratégicas puestas en marcha por el gobierno federal.

En ese tenor, recordó, “el Estado de México tiene el sistema escolar más grande de todo el país, por lo cual su desarrollo educativo impacta, de entrada, a 4 millones de alumnos que son atendidos por 231 mil maestros en casi 24 mil servicios en el territorio estatal”.

Hernández Meneses informó que el año pasado el Gobierno estatal invirtió más de 442 millones de pesos en 500 instalaciones educativas nuevas, y se debe profundizar en la modernización de los centros escolares de todo el estado, el uso de las tecnologías de la información y la profesionalización de docentes, para aumentar el promedio de escolaridad en la entidad, que actualmente es de secundaria.