miércoles, 10 de marzo de 2010

Gobierno y participación ciudadana

Francisco Velasco Zapata

El mes de marzo inicio con un aumento de los precios de la gasolina y del diesel para todo México. El aumento para los “tecno-burócratas” trasnochados no representa mucho. Para ellos se trata sólo de unos cuantos centavitos de aumento que, en cambio, ayudarán a reforzar las maltrechas finanzas públicas del mal e ineficiente gobierno que representan. Nos dicen que ello es mejor a tener que aumentar precios de golpe y porrazo. Que para eso se debe usar el gradualismo. Que no se sienta. Para que los ciudadanos no lo resintamos. Para que los ciudadanos no nos quejemos.



El actual gobierno ha dado muestras evidentes de su insensibilidad política y económica frente a los empobrecidos contribuyentes. Todo a favor de las grandes empresas nacionales y extranjeras que no pagan impuestos. Cuando lo llegan a hacer, pagan con comprobantes deducibles de impuestos. Hacen caridad con sombrero ajeno.



Por ello es necesario reiterar la importancia, la pertinencia, de hacer a un lado los debates frívolos e intrascendentes para la mayoría de la población. Los que buscan orientar la opinión pública a una reforma política que sólo es para el beneficio de los “partidócratas”. Porque la crisis económica que empezamos a padecer con crueldad desde 2007 sigue vigente y se manifiesta de forma objetiva con millones de desempleados; con una economía que no sale del estancamiento y, sobre todo, con mecanismos de recaudación fiscal sui generis como el aumento a los combustibles.



Si el gobierno tuviera auténtica voluntad de sacar del letargo al país y a sus habitantes ya habría convocado a dar el gran paso para cogobernar con la ciudadanía. No sólo en la letra de leyes o reglamentos. Para lograrlo debería hacer una gran convocatoria pública a gobernar con “políticas públicas” (toda la política es pública). Trataría, como paso inicial, de incluir a los ciudadanos en sus decisiones. Por lo menos a los mejor preparados. Tomaría decisiones que incluyeran la voz y autorización de los que pagamos su existencia. Sobre todo en las decisiones que más nos afectan. En aquellas que tienen que ver con el aumento de precios a energéticos, alimentos y servicios que presta el gobierno.



La razón de fondo para cambiar radica en que el estilo autoritario de gobernar es anacrónico y debe desaparecer. Es insostenible. No debe seguir vivo por el bien de todos. Gobernar por “políticas” es incluir al ciudadano en el diseño, puesta en marcha, difusión y evaluación de las mismas, lo cual, es imperantemente necesario. No podemos perder más tiempo. Es la hora de que dejemos atrás los vicios que en el pasado y presente han perjudicado a la mayoría de los mexicanos en beneficio sólo de un puñado de oligarcas.



Gobernar por “políticas” es beneficiar al pueblo en la medida que el pueblo esté de acuerdo en cómo y quiénes nos gobiernan. Equivale a dar viabilidad a la paz social, a la estabilidad política del país. A generar condiciones para que la economía crezca y se desarrolle. Lo contrario es empujar a nuestra sociedad a la confrontación permanente, a la lucha de los contrarios, a que fuerzas internas y externas conspiren contra los intereses de nuestra nación. Por el bien de todos es imperante que todos lo entendamos. ¿No cree usted? Politólogo.

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