Texcoco, Méx.- El diputado federal del PRI y el alcalde Amado Acosta García empezaron a tomar represalias en contra de periodistas de la región, que sacaron a luz pública los negocios que tienen entre ellos, como la renta de patrullas y ambulancias, así como la de un periódico para acaparar la publicidad de más de 30 municipios de la zona oriente del estado de México.
La primera reacción fue en contra de la directora del grupo editorial Expectativa, María Pimentel, cuya casa fue allanada por inspectores del ayuntamiento y la directora general de Regulación Comercial, Nora Isela García Sánchez, y de la jefa de gestión normativa Mónica Isabel García Osorio, quienes según ellas, llegaron a clausurar el salón “La Quinta”.
En el momento de la presencia del personal del ayuntamiento se realizaba una reunión de periodistas, pero ni aún así, se evitó la clausura porque tenían órdenes expresas del alcalde Amado Acosta, de cerrar el lugar.
Tras la clausura le advirtieron a María Pimentel “a ver si con esto sigues publicando, o te estás quieta, porque lo que sigue será peor, hay órdenes”, advirtieron.
En evidente violación al reglamento de regulación comercial del municipio –al no haber notificado previamente a la propietaria para regularizar la situación legal de dicho centro y al no concederle la garantía de audiencia a que tiene derecho todo propietario de este tipo de inmuebles- los funcionarios amenazantes en todo momento, y haciéndose acompañar de elementos de protección civil, de policías preventivos y hasta de un notario público, cerraron provisionalmente el centro.
Sin embargo, se saltaron todos los procedimientos legales porque el salón “La Quinta” estaba dentro de la casa de la periodista.
Cabe destacar que desde hace tiempo no existen licencias para operar este tipo de sitios por parte del ayuntamiento texcocano, cuya autorización tiene que hacerse de manera colegiada por parte de todo el cabildo, y por esta razón no se ha podido regularizar este y otros sitios similares, por lo que los mismos operan anárquicamente, es decir, sin permisos ni licencias de ningún tipo, y los mismos operan amparados judicialmente o de forma irregular, pero todos en completa indefensión ante la autoridad municipal, pero no por culpa de los propietarios, sino del propio ayuntamiento que niega dichas licencias.
Es necesario resaltar que mientras algunos sitios como este lo hostigan como represalia a las críticas hechas al alcalde Amado Acosta García, a todos los demás les dan manga ancha para operar, como por ejemplo, “El cáliz”, “El oasis”, “El zimbao”, “Las bolas de Villa”, “Pool-center” y más que siguen operando, por lo que dejaron al descubierto que no aplican la ley de manera pareja, sino arbitraria, aún en centros privados como este para amedrentar a la directora general del Grupo Editorial Expectativas.
La primera reacción fue en contra de la directora del grupo editorial Expectativa, María Pimentel, cuya casa fue allanada por inspectores del ayuntamiento y la directora general de Regulación Comercial, Nora Isela García Sánchez, y de la jefa de gestión normativa Mónica Isabel García Osorio, quienes según ellas, llegaron a clausurar el salón “La Quinta”.
En el momento de la presencia del personal del ayuntamiento se realizaba una reunión de periodistas, pero ni aún así, se evitó la clausura porque tenían órdenes expresas del alcalde Amado Acosta, de cerrar el lugar.
Tras la clausura le advirtieron a María Pimentel “a ver si con esto sigues publicando, o te estás quieta, porque lo que sigue será peor, hay órdenes”, advirtieron.
En evidente violación al reglamento de regulación comercial del municipio –al no haber notificado previamente a la propietaria para regularizar la situación legal de dicho centro y al no concederle la garantía de audiencia a que tiene derecho todo propietario de este tipo de inmuebles- los funcionarios amenazantes en todo momento, y haciéndose acompañar de elementos de protección civil, de policías preventivos y hasta de un notario público, cerraron provisionalmente el centro.
Sin embargo, se saltaron todos los procedimientos legales porque el salón “La Quinta” estaba dentro de la casa de la periodista.
Cabe destacar que desde hace tiempo no existen licencias para operar este tipo de sitios por parte del ayuntamiento texcocano, cuya autorización tiene que hacerse de manera colegiada por parte de todo el cabildo, y por esta razón no se ha podido regularizar este y otros sitios similares, por lo que los mismos operan anárquicamente, es decir, sin permisos ni licencias de ningún tipo, y los mismos operan amparados judicialmente o de forma irregular, pero todos en completa indefensión ante la autoridad municipal, pero no por culpa de los propietarios, sino del propio ayuntamiento que niega dichas licencias.
Es necesario resaltar que mientras algunos sitios como este lo hostigan como represalia a las críticas hechas al alcalde Amado Acosta García, a todos los demás les dan manga ancha para operar, como por ejemplo, “El cáliz”, “El oasis”, “El zimbao”, “Las bolas de Villa”, “Pool-center” y más que siguen operando, por lo que dejaron al descubierto que no aplican la ley de manera pareja, sino arbitraria, aún en centros privados como este para amedrentar a la directora general del Grupo Editorial Expectativas.
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