martes, 20 de diciembre de 2011

Félix González Canto acumuló más riqueza que otros


Reportaje

Considerado en la actualidad como el político más rico del estado, el ex gobernador González Canto carga a cuestas con la enorme deuda que heredó a los quintanarroenses para pagar durante los próximos 20 años


Por: Agustín Ambriz / L. del Siglo 
Cancún, Q. Roo.-En estas fiestas decembrinas, la familia del ex gobernador Félix González Canto no planea festejar en grande como había acostumbrado durante su mandato, con cenas en lujosos restaurantes de Miami, Las Vegas, Barcelona o Dubai, siempre rodeados de medio centenar de familiares, amigos y colaboradores que acudían a rendir pleitesías al anfitrión. Esta vez, su primer año como ex mandatario, tentativamente festejará con menos derroche en su gran mansión de la colonia Campestre en Chetumal, construida al cierre de su mandato y erigida hoy como el monumento a la corrupción que imperó en su gobierno.

Después de seis años de hacer negocios, Félix acumuló tanta riqueza que ha escandalizado hasta a quienes creyeron haber visto todo con su antecesor, Joaquín Hendricks Díaz, duramente cuestionado por endeudar el estado con 800 millones de pesos, que con lo heredado por Mario Villanueva Madrid, sumaba una deuda total de mil 300 millones de pesos.

La deuda que hoy tiene en franca quiebra técnica a Quintana Roo rebasa los 21 mil millones, es decir mil 600 por ciento más de lo que se tenía en 2005, cuyo efecto en automático es que ya están comprometidos los recursos públicos presupuestados a ingresar en los próximos 20 años y no habrá dinero para infraestructura productiva. Todo se irá prácticamente a pago de deuda e intereses y nuevamente los esquemas de recaudación oficial trasladarán el costo a los bolsillos de los habitantes.

De acuerdo al diagnóstico de la fracción parlamentaria del PRD en el Congreso del Estado, encabezada por el diputado Antonio Meckler, en seis años Félix se gastó solamente mil 500 millones de pesos para promoción de su imagen pues en un momento dado se vio como presidenciable y desplegó publicidad propia en diferentes ciudades de la república.

En los momentos más álgidos del escándalo por el enriquecimiento de Hendricks, a quien le atribuían ser socio o hasta verdadero dueño de las empresas, hoteles y plazas comerciales del poderoso empresario libanés Isaac Hamuil, hasta su sucesor atizó el fuego. Simplemente Félix no hizo nada para evitar que la XI Legislatura Local, en sesión pública, declarara a Hendricks Díaz persona non grata para el estado y le prohibiera la entrada al recinto.

En cuanto el ex gobernador Hendricks se paraba en un acto oficial se desataba de inmediato la rechifla en cascada, hasta que entendió que debía alejarse de los reflectores públicos. Se le condenó al ostracismo.

Félix superó a su antecesor y no necesitó de testaferros. Fue más empresario que gobernante y sin dificultad pronto encontró las mil y una formas de hacer negocios desde el gobierno. Ahora acumula al menos dos decenas de propiedades y controla monopólicamente negocios diversificados, desde franquicias de la cadena Oxxo, Alpura, Italian Coffe, gasolineras, constructoras, inmobiliarias, notarías, plazas comerciales, empresas de transporte (terrestre, marítimo y aéreo), hasta el mercado negro de las placas de taxi. En prácticamente todo están metidas las manos de Félix y familia.

Para que el negocio funcionara, principalmente los relacionados con obras y adquisiciones públicas, Félix tenía a sus hombres clave en las áreas estratégicas del gobierno, entre ellos su inseparable asesor y compadre Omar Giacoman Alborta, así como sus colaboradores más íntimos: Francisco Alor Quesada, Gabriel Medicuti Loria, Andrés Ruiz Morcillo y Ricardo Pech. Todos ellos se encargaban de que timbrara la caja de los ingresos con las licitaciones para construcción de obras públicas, con las que se beneficiaban a través de empresas propias o de familiares, amigos o socios.

Pero sin duda los personajes más importantes de esta maquinaria de hacer dinero, los que se encargaron de organizar, ordenar, disponer y distribuir todos esos recursos fue su propia cuñada, Sonia Patricia Martín Villanueva mejor conocida como la “Dama de los Diezmos”, y su primo Eliezer Villanueva Lanz, desde la Dirección de Administración de la Oficialía Mayor del Gobierno del Estado, un odontólogo de profesión cuya especialidad han sido las “extracciones sin anestesia”.

De esta pareja de colaboradores, dependió que el ex mandatario y su familia estuvieran siempre bien atendidos, satisfechas todas sus necesidades y apetitos. Sonia siempre se manejó de bajo perfil. En las oficinas gubernamentales todos sabían de ella, pero pocos la conocían. Se manejaba en el sigilo y se ganó a pulso el papel de la consorte. Tuvo todo el poder. Hasta su despacho de la Casa de Gobierno en Chetumal llegaba toda la información relacionada con las licitaciones públicas y sus respectivas comisiones de las diferentes dependencias públicas.

Existen evidencias, ya publicadas anteriormente, de que se contaba con un meticuloso archivo de cada una de las empresas ganadoras de licitaciones y cuánto era la que cada una debía reportar como comisión, que muchas veces no era realmente el diezmo sino el 30 por ciento, como denunciaron en su momento algunos de los afectados.

De acuerdo a cifras oficiales, en 2008, se ejercieron 570 millones 301 mil 523 pesos. En 2009 el gobierno del estado otorgó licitaciones de obra pública por la cantidad de 474 millones 974 mil 309 pesos. Y según las cuentas reportadas en su momento por Andrés Canul Novelo, ex subsecretario Técnico de la Secretaría de Infraestructura y Transporte (SINTRA), en estos casos se aplicó el diezmo y la comisión total en los dos años fue de 104 millones de pesos.

Con dolor o sin dolor

En el área de adquisiciones, Félix contó y cuenta actualmente con la ayuda de Eliezer Villanueva Lanz quien sigue operando y controlando los negocios. Es la extensión financiera de Félix y de él sigue dependiendo el bienestar de la Familia Feliz. Nada le falta al ex gobernador en sus frecuentes viajes al extranjero en su jet privado. Tampoco a su esposa María Narcedalia Martín Villanueva, “Polly”, quien se desplaza en su propio jet.

Eliezer Villanueva está al pendiente desde de la compra de un tornillo hasta la de un avión. Por ejemplo, su misión dentro del negocio de servicio de taxi aéreo, Eliezer daba preferencia a las aeronaves de la empresa Aeroferinco, propiedad del piloto Fernando Quintín Vargas Alarcón, cuñado de Félix.

Precisamente en este rubro fue donde se dispararon los gastos durante el sexenio de González Canto, quien en 2005 había recibido la paraestatal VIP Servicios Aéreos Ejecutivos S.A. de C.V. –encargada de todas la operaciones aéreas del gobierno del estado- con un presupuesto de 16 millones 246 mil millones. Seis años después, la cifra alcanzó los 120 millones de pesos.

Antes de la gestión de Félix, Aeroferinco cargaba serios antecedentes de accidentes de transportación aérea, en uno de ellos murieron 17 turistas, pero con su cuñado en el poder la empresa no sólo se recuperó sino también se le otorgó la operación del FBO del aeropuerto de Cozumel, donde ofrece servicios de departamento de tráfico y despacho, mantenimiento y limpieza, así como renta de aviones, desde un monomotor hasta vuelos charters y ambulancias.

Fernando Quintín es esposo de Patricia Jaqueline González Canto y ambos son socios del Grupo Ferinco, un consorcio comercial y constructor, que maneja en exclusiva la distribución de todos los productos Alpura dentro de la isla de Cozumel.

El Grupo Ferinco también tiene constructora e igualmente se le otorgaron generosas licitaciones para obras de construcción. Entre 2008 y 2010, cuando Juan Carlos González fue alcalde de Cozumel, le otorgó a la empresa de su prima Jaqueline Patricia, al menos tres licitaciones por un monto de 12 millones 315 mil 801 pesos (según las licitaciones: 52302001-005-08, 52302001-008-09 y 52302001-004-10).

En noviembre de 2009, este tipo de preferencias para la familia del gobernador estuvo a punto de causar una confrontación entre trabajadores del Grupo Ferinco y enfurecidos miembros del Sindicato Único de Volqueteros “Vicente Guerrero”, encabezados por Guillermo Marrufo, quienes en plena crisis sanitaria fueron excluidos para transportar de materiales. El negocio lo tenían acaparado los volquetes del Grupo Ferinco y eso desató el enojo.

Además de estar al tanto de los negocios familiares, Eliezer Villanueva ejerció y ejerce el poder con manga ancha para hacer y deshacer. Oriundo de Cozumel, de la noche a la mañana se volvió el terror de la burocracia y uno de los funcionarios más acaudalados de Chetumal, donde se construyó su propio consultorio dental, lotes comerciales y una lujosa residencia controlada con cámaras de vigilancia y modernas chapas de seguridad con huella digital personalizada.

Por lo que más se recuerda a Eliezer en Chetumal, es por el episodio de su romance con su actual esposa Violette Eljure, una chetumaleña de origen libanés a la que tuvo que ir a buscar a Medio Oriente para reconquistarla y traerla de nuevo a casa. En esa misión, Eliezer llevó a una cuadrilla de familiares de la muchacha con gastos pagados por el Gobierno del Estado. En su momento salió a luz pública la copia de un cheque del banco HSBC por la cantidad de 300 mil pesos, a nombre del propio funcionario, para utilizarlos en el viaje.

Como operador de las compras, Eliezer estableció su círculo predilecto con proveedores que aceptaban sus reglas y le entraban con comisiones más allá del diezmo. En seis años logró controlar todo tipo de negocios, lo mismo del sector salud, que educación, que seguridad pública o que asistencia social.

Por ejemplo, él veía la adquisición de los automóviles requeridos por las distintas dependencias y decidía con qué agencia automotriz, se encargaba también de la contratación de seguros para los bienes patrimoniales del gobierno del estado, la compra de uniformes para burócratas y elementos de seguridad pública, de útiles escolares al mayoreo, de pavos de navidad, de canastas navideñas y hasta de la utilería de fiestas patrias para adornar cada años las principales calles de la capital quintanarooense.

Lo destinado a estos rubros, rebasó en mucho lo que el gobierno asignaba por ejemplo a la construcción de escuelas. Entre 2006 y 2009, el gobierno gastó 31 millones 356 mil pesos en la adquisición de pavos navideños y casi 40 millones en canastas navideñas. Y para adornar las calles en festividades patrias, de 2008 a 2010 se gastaron 27 millones 665 pesos.

Doctorado en sobregiro fiscal

La forma discrecional con que reiteradamente se ejercieron los recursos públicos durante el gobierno de Félix González Canto marcó una constante en los reportes técnicos de la Auditoría Superior de la Federación (ASF), la cual clasificó a Quintana Roo como una entidad con problemas de sobregiro presupuestal.

Por ejemplo, la ASF encontró serias irregularidades en el manejo de los recursos federales por parte de diversas dependencias del gobierno de Quintana Roo durante el ejercicio fiscal 2008. Entre éstas, destaca un millonario sub ejercicio en el dinero destinado a la infraestructura, así como un mal uso en los recursos para paliar la pobreza extrema.

El Informe del resultado de la fiscalización superior de la cuenta publica 2008 del estado, determinó que a pesar de la difícil situación que viven miles de quintanarroenses, por “una deficiente planeación y programación para el ejercicio de los recursos”, el gobierno dejó de ejercer casi 120 millones de pesos que debían destinarse a obras como drenaje o agua potable.

Ese monto fue casi el 40 por ciento del presupuesto total que el estado había recibido. Además, la ASF detectó que alrededor de 20 millones de pesos de fondos para abatir la extrema pobreza, fueron destinados a otros fines. Por ejemplo, una parte de ese dinero -500 mil pesos-, se destinaron a iluminar un campo de fútbol en el municipio de José María Morelos, mientras casi otro medio millón de pesos se destinó para el pago de canastas navideñas a 56 servidores públicos de mandos medios y superiores, y pagos de compensaciones discrecionales por 3.3 millones.

Otros ejemplos: durante 2008, la Secretaría de Infraestructura y Transporte (Sintra) –encabezada entonces por Gabriel Mendicuti Loria, actual titular de la Secretaría de Desarrollo Agropecuario (SEDARI) pagó sobreprecios por más de 3.5 millones de pesos, y realizó obras por 11.5 millones que no fueron debidamente documentadas.

Entre ruleteros

Debido al mercado negro de concesiones de taxi que Félix alentó durante su gobierno, hoy el ex mandatario enfrenta una demanda de juicio político por parte de ruleteros de Chetumal quienes lo acusan de otorgar placas a diestra y siniestra, lo que impactó negativamente en el costo de las concesiones.

Salvo Cozumel, donde familiares y amigos del ex gobernador controlan el sistema de transporte, Félix repartió concesiones de placas en los municipios de Benito Juárez, Solidaridad, Tulum y Othón P. Blanco, provocando una drástica caída en el precio. Mientras que en estas demarcaciones el precio por placa fluctúa entre los 150 mil y los 400 mil pesos, según sea el caso, en Cozumel se cotiza a 1.2 millones de pesos.

Y es que Félix cuidó muy bien el negocio de taxis en su terruño. De acuerdo al padrón de taxistas de Cozumel, registrado ante SINTRA, el ex mandatario figura como “ruletero”, a igual que sus señores padres, Lenin González Patrón y Yolanda Canto Pacheco.

Hasta antes de que llegara a la gobernatura, el patrimonio familiar de Félix era una casa modesta en el pueblo de Cozumel. Ahora, sus paisanos le conocen varios departamentos y penthouse con vista al mar en algunos de los edificios más cotizados de la Isla de las Golondrinas.

Pero donde Félix ha causado más expresiones de escándalo, es en Chetumal donde él su familia adquirieron cuatro inmuebles de la colonia Campestre para diseñarse ahí su nueva morada. Una de esas casas, cuentan los propios chetumaleños, la adquirió de la señora Amparo Angulo en la cantidad de diez millones de pesos, la mitad en efectivo y la otra mitad en concesiones de taxis.

Es aquí donde La Familia Feliz pretende pasar estas fiestas decembrinas, al conteo regresivo de los últimos 12 segundos del año, entre uva y uva, abrazos, besos, buenos deseos y prosperidad para el caudillo y su familia.