Reportaje
Considerado en la actualidad como el político más rico del
estado, el ex gobernador González Canto carga a cuestas con la enorme deuda que
heredó a los quintanarroenses para pagar durante los próximos 20 años
Por: Agustín Ambriz / L. del Siglo
Cancún, Q. Roo.-En estas fiestas decembrinas, la familia del ex gobernador
Félix González Canto no planea festejar en grande como había acostumbrado
durante su mandato, con cenas en lujosos restaurantes de Miami, Las Vegas,
Barcelona o Dubai, siempre rodeados de medio centenar de familiares, amigos y
colaboradores que acudían a rendir pleitesías al anfitrión. Esta vez, su primer
año como ex mandatario, tentativamente festejará con menos derroche en su gran
mansión de la colonia Campestre en Chetumal, construida al cierre de su mandato
y erigida hoy como el monumento a la corrupción que imperó en su gobierno.
Después de seis años de hacer negocios, Félix acumuló tanta
riqueza que ha escandalizado hasta a quienes creyeron haber visto todo con su
antecesor, Joaquín Hendricks Díaz, duramente cuestionado por endeudar el estado
con 800 millones de pesos, que con lo heredado por Mario Villanueva Madrid,
sumaba una deuda total de mil 300 millones de pesos.
La deuda que hoy tiene en franca quiebra técnica a Quintana
Roo rebasa los 21 mil millones, es decir mil 600 por ciento más de lo que se
tenía en 2005, cuyo efecto en automático es que ya están comprometidos los
recursos públicos presupuestados a ingresar en los próximos 20 años y no habrá
dinero para infraestructura productiva. Todo se irá prácticamente a pago de
deuda e intereses y nuevamente los esquemas de recaudación oficial trasladarán
el costo a los bolsillos de los habitantes.
De acuerdo al diagnóstico de la fracción parlamentaria del
PRD en el Congreso del Estado, encabezada por el diputado Antonio Meckler, en
seis años Félix se gastó solamente mil 500 millones de pesos para promoción de
su imagen pues en un momento dado se vio como presidenciable y desplegó
publicidad propia en diferentes ciudades de la república.
En los momentos más álgidos del escándalo por el
enriquecimiento de Hendricks, a quien le atribuían ser socio o hasta verdadero
dueño de las empresas, hoteles y plazas comerciales del poderoso empresario
libanés Isaac Hamuil, hasta su sucesor atizó el fuego. Simplemente Félix no
hizo nada para evitar que la XI Legislatura Local, en sesión pública, declarara
a Hendricks Díaz persona non grata para el estado y le prohibiera la entrada al
recinto.
En cuanto el ex gobernador Hendricks se paraba en un acto
oficial se desataba de inmediato la rechifla en cascada, hasta que entendió que
debía alejarse de los reflectores públicos. Se le condenó al ostracismo.
Félix superó a su antecesor y no necesitó de testaferros.
Fue más empresario que gobernante y sin dificultad pronto encontró las mil y
una formas de hacer negocios desde el gobierno. Ahora acumula al menos dos
decenas de propiedades y controla monopólicamente negocios diversificados,
desde franquicias de la cadena Oxxo, Alpura, Italian Coffe, gasolineras,
constructoras, inmobiliarias, notarías, plazas comerciales, empresas de
transporte (terrestre, marítimo y aéreo), hasta el mercado negro de las placas
de taxi. En prácticamente todo están metidas las manos de Félix y familia.
Para que el negocio funcionara, principalmente los
relacionados con obras y adquisiciones públicas, Félix tenía a sus hombres
clave en las áreas estratégicas del gobierno, entre ellos su inseparable asesor
y compadre Omar Giacoman Alborta, así como sus colaboradores más íntimos:
Francisco Alor Quesada, Gabriel Medicuti Loria, Andrés Ruiz Morcillo y Ricardo
Pech. Todos ellos se encargaban de que timbrara la caja de los ingresos con las
licitaciones para construcción de obras públicas, con las que se beneficiaban a
través de empresas propias o de familiares, amigos o socios.
Pero sin duda los personajes más importantes de esta
maquinaria de hacer dinero, los que se encargaron de organizar, ordenar,
disponer y distribuir todos esos recursos fue su propia cuñada, Sonia Patricia
Martín Villanueva mejor conocida como la “Dama de los Diezmos”, y su primo
Eliezer Villanueva Lanz, desde la Dirección de Administración de la Oficialía
Mayor del Gobierno del Estado, un odontólogo de profesión cuya especialidad han
sido las “extracciones sin anestesia”.
De esta pareja de colaboradores, dependió que el ex
mandatario y su familia estuvieran siempre bien atendidos, satisfechas todas
sus necesidades y apetitos. Sonia siempre se manejó de bajo perfil. En las
oficinas gubernamentales todos sabían de ella, pero pocos la conocían. Se
manejaba en el sigilo y se ganó a pulso el papel de la consorte. Tuvo todo el
poder. Hasta su despacho de la Casa de Gobierno en Chetumal llegaba toda la
información relacionada con las licitaciones públicas y sus respectivas
comisiones de las diferentes dependencias públicas.
Existen evidencias, ya publicadas anteriormente, de que se
contaba con un meticuloso archivo de cada una de las empresas ganadoras de
licitaciones y cuánto era la que cada una debía reportar como comisión, que
muchas veces no era realmente el diezmo sino el 30 por ciento, como denunciaron
en su momento algunos de los afectados.
De acuerdo a cifras oficiales, en 2008, se ejercieron 570
millones 301 mil 523 pesos. En 2009 el gobierno del estado otorgó licitaciones
de obra pública por la cantidad de 474 millones 974 mil 309 pesos. Y según las
cuentas reportadas en su momento por Andrés Canul Novelo, ex subsecretario
Técnico de la Secretaría de Infraestructura y Transporte (SINTRA), en estos
casos se aplicó el diezmo y la comisión total en los dos años fue de 104
millones de pesos.
Con dolor o sin dolor
En el área de adquisiciones, Félix contó y cuenta actualmente
con la ayuda de Eliezer Villanueva Lanz quien sigue operando y controlando los
negocios. Es la extensión financiera de Félix y de él sigue dependiendo el
bienestar de la Familia Feliz. Nada le falta al ex gobernador en sus frecuentes
viajes al extranjero en su jet privado. Tampoco a su esposa María Narcedalia
Martín Villanueva, “Polly”, quien se desplaza en su propio jet.
Eliezer Villanueva está al pendiente desde de la compra de
un tornillo hasta la de un avión. Por ejemplo, su misión dentro del negocio de
servicio de taxi aéreo, Eliezer daba preferencia a las aeronaves de la empresa
Aeroferinco, propiedad del piloto Fernando Quintín Vargas Alarcón, cuñado de
Félix.
Precisamente en este rubro fue donde se dispararon los
gastos durante el sexenio de González Canto, quien en 2005 había recibido la
paraestatal VIP Servicios Aéreos Ejecutivos S.A. de C.V. –encargada de todas la
operaciones aéreas del gobierno del estado- con un presupuesto de 16 millones
246 mil millones. Seis años después, la cifra alcanzó los 120 millones de
pesos.
Antes de la gestión de Félix, Aeroferinco cargaba serios
antecedentes de accidentes de transportación aérea, en uno de ellos murieron 17
turistas, pero con su cuñado en el poder la empresa no sólo se recuperó sino también
se le otorgó la operación del FBO del aeropuerto de Cozumel, donde ofrece
servicios de departamento de tráfico y despacho, mantenimiento y limpieza, así
como renta de aviones, desde un monomotor hasta vuelos charters y ambulancias.
Fernando Quintín es esposo de Patricia Jaqueline González
Canto y ambos son socios del Grupo Ferinco, un consorcio comercial y
constructor, que maneja en exclusiva la distribución de todos los productos
Alpura dentro de la isla de Cozumel.
El Grupo Ferinco también tiene constructora e igualmente se
le otorgaron generosas licitaciones para obras de construcción. Entre 2008 y
2010, cuando Juan Carlos González fue alcalde de Cozumel, le otorgó a la
empresa de su prima Jaqueline Patricia, al menos tres licitaciones por un monto
de 12 millones 315 mil 801 pesos (según las licitaciones: 52302001-005-08,
52302001-008-09 y 52302001-004-10).
En noviembre de 2009, este tipo de preferencias para la
familia del gobernador estuvo a punto de causar una confrontación entre
trabajadores del Grupo Ferinco y enfurecidos miembros del Sindicato Único de
Volqueteros “Vicente Guerrero”, encabezados por Guillermo Marrufo, quienes en
plena crisis sanitaria fueron excluidos para transportar de materiales. El
negocio lo tenían acaparado los volquetes del Grupo Ferinco y eso desató el
enojo.
Además de estar al tanto de los negocios familiares, Eliezer
Villanueva ejerció y ejerce el poder con manga ancha para hacer y deshacer.
Oriundo de Cozumel, de la noche a la mañana se volvió el terror de la
burocracia y uno de los funcionarios más acaudalados de Chetumal, donde se
construyó su propio consultorio dental, lotes comerciales y una lujosa
residencia controlada con cámaras de vigilancia y modernas chapas de seguridad
con huella digital personalizada.
Por lo que más se recuerda a Eliezer en Chetumal, es por el
episodio de su romance con su actual esposa Violette Eljure, una chetumaleña de
origen libanés a la que tuvo que ir a buscar a Medio Oriente para
reconquistarla y traerla de nuevo a casa. En esa misión, Eliezer llevó a una
cuadrilla de familiares de la muchacha con gastos pagados por el Gobierno del
Estado. En su momento salió a luz pública la copia de un cheque del banco HSBC
por la cantidad de 300 mil pesos, a nombre del propio funcionario, para
utilizarlos en el viaje.
Como operador de las compras, Eliezer estableció su círculo
predilecto con proveedores que aceptaban sus reglas y le entraban con
comisiones más allá del diezmo. En seis años logró controlar todo tipo de
negocios, lo mismo del sector salud, que educación, que seguridad pública o que
asistencia social.
Por ejemplo, él veía la adquisición de los automóviles
requeridos por las distintas dependencias y decidía con qué agencia automotriz,
se encargaba también de la contratación de seguros para los bienes
patrimoniales del gobierno del estado, la compra de uniformes para burócratas y
elementos de seguridad pública, de útiles escolares al mayoreo, de pavos de
navidad, de canastas navideñas y hasta de la utilería de fiestas patrias para
adornar cada años las principales calles de la capital quintanarooense.
Lo destinado a estos rubros, rebasó en mucho lo que el
gobierno asignaba por ejemplo a la construcción de escuelas. Entre 2006 y 2009,
el gobierno gastó 31 millones 356 mil pesos en la adquisición de pavos
navideños y casi 40 millones en canastas navideñas. Y para adornar las calles
en festividades patrias, de 2008 a 2010 se gastaron 27 millones 665 pesos.
Doctorado en sobregiro fiscal
La forma discrecional con que reiteradamente se ejercieron
los recursos públicos durante el gobierno de Félix González Canto marcó una
constante en los reportes técnicos de la Auditoría Superior de la Federación
(ASF), la cual clasificó a Quintana Roo como una entidad con problemas de
sobregiro presupuestal.
Por ejemplo, la ASF encontró serias irregularidades en el
manejo de los recursos federales por parte de diversas dependencias del
gobierno de Quintana Roo durante el ejercicio fiscal 2008. Entre éstas, destaca
un millonario sub ejercicio en el dinero destinado a la infraestructura, así
como un mal uso en los recursos para paliar la pobreza extrema.
El Informe del resultado de la fiscalización superior de la
cuenta publica 2008 del estado, determinó que a pesar de la difícil situación
que viven miles de quintanarroenses, por “una deficiente planeación y
programación para el ejercicio de los recursos”, el gobierno dejó de ejercer
casi 120 millones de pesos que debían destinarse a obras como drenaje o agua
potable.
Ese monto fue casi el 40 por ciento del presupuesto total
que el estado había recibido. Además, la ASF detectó que alrededor de 20
millones de pesos de fondos para abatir la extrema pobreza, fueron destinados a
otros fines. Por ejemplo, una parte de ese dinero -500 mil pesos-, se
destinaron a iluminar un campo de fútbol en el municipio de José María Morelos,
mientras casi otro medio millón de pesos se destinó para el pago de canastas
navideñas a 56 servidores públicos de mandos medios y superiores, y pagos de
compensaciones discrecionales por 3.3 millones.
Otros ejemplos: durante 2008, la Secretaría de
Infraestructura y Transporte (Sintra) –encabezada entonces por Gabriel
Mendicuti Loria, actual titular de la Secretaría de Desarrollo Agropecuario
(SEDARI) pagó sobreprecios por más de 3.5 millones de pesos, y realizó obras
por 11.5 millones que no fueron debidamente documentadas.
Entre ruleteros
Debido al mercado negro de concesiones de taxi que Félix
alentó durante su gobierno, hoy el ex mandatario enfrenta una demanda de juicio
político por parte de ruleteros de Chetumal quienes lo acusan de otorgar placas
a diestra y siniestra, lo que impactó negativamente en el costo de las
concesiones.
Salvo Cozumel, donde familiares y amigos del ex gobernador
controlan el sistema de transporte, Félix repartió concesiones de placas en los
municipios de Benito Juárez, Solidaridad, Tulum y Othón P. Blanco, provocando
una drástica caída en el precio. Mientras que en estas demarcaciones el precio
por placa fluctúa entre los 150 mil y los 400 mil pesos, según sea el caso, en
Cozumel se cotiza a 1.2 millones de pesos.
Y es que Félix cuidó muy bien el negocio de taxis en su
terruño. De acuerdo al padrón de taxistas de Cozumel, registrado ante SINTRA,
el ex mandatario figura como “ruletero”, a igual que sus señores padres, Lenin
González Patrón y Yolanda Canto Pacheco.
Hasta antes de que llegara a la gobernatura, el patrimonio
familiar de Félix era una casa modesta en el pueblo de Cozumel. Ahora, sus
paisanos le conocen varios departamentos y penthouse con vista al mar en
algunos de los edificios más cotizados de la Isla de las Golondrinas.
Pero donde Félix ha causado más expresiones de escándalo, es
en Chetumal donde él su familia adquirieron cuatro inmuebles de la colonia
Campestre para diseñarse ahí su nueva morada. Una de esas casas, cuentan los
propios chetumaleños, la adquirió de la señora Amparo Angulo en la cantidad de
diez millones de pesos, la mitad en efectivo y la otra mitad en concesiones de
taxis.
Es aquí donde La Familia Feliz pretende pasar estas fiestas
decembrinas, al conteo regresivo de los últimos 12 segundos del año, entre uva
y uva, abrazos, besos, buenos deseos y prosperidad para el caudillo y su
familia.