Péndulo político
Vicepresidente Emiliano Carrillo Carrasco FECOBAA del
distrito judicial de Texcoco
La delincuencia sin control ante las instituciones ineficientes
permeadas de corrupción, trafico de influencias, falta de confianza al M.P.,
lazos de colusión, intimidación en el Edoméx.
“Mantener viva en el
espíritu de los pueblos la memoria de los hombres a quienes deben su libertad
es un deber de patriotismo y de gratitud para los ciudadanos y una necesidad
política para los gobiernos.” Ignacio Manuel Altamirano.
- Donde están las políticas de prevención ante una juventud vulnerable, por la mala administración del estado.
- La política criminal como conjunto de compromisos en el que el dualismo se manifiesta de un modo poderoso.
La incertidumbre ciudadana en el valle de México del estado
de México, las cifras se ocultan, se soslayan o desdibujan o, peor aún, se
impide que aparezcan en algunos medios periodísticos, en ninguna entidad de la
república hay tantos delitos como en el estado de México.
Los factores principales: el crecimiento de la pobreza, el
incremento demográfico y la ineficiencia gubernamental. Es verdad que la
cercanía con el DF y la mayor evolución económica se han ensañado en la tierra
de Isidro Fabela, de Andrés Molina Enríquez y de Nezahualcóyotl. Pero la verdad
es que siempre ha sido vecino del DF y eso no era motivo para el delito sino
quizá lo contrario, se estable una relación de transito laboral y de
pernoctación.
El volumen poblacional de más de 15 millones de habitantes y
las zonas conurbadas de 34 municipios con sus tipologías, sino su hacinamiento
o densificación. Por otro lado, el fenómeno de la delincuencia organizada y el
narcotráfico han cambiado no nada más la geografía delictuosa sino también sus perfiles,
donde los corredores de la zona de distribución están bien definidos y por que
carteles dominan la zona. Huixquilucan es un claro ejemplo de
ello. Se volvió de repente tierra preferida por los capos y capitos, como
Naucalpan donde suceden cosas espantosas diariamente o Tlalnepantla cuya
diferencia con el oriente del Valle de México, como en Ecatepec o Chalco, lo
único que cambia no es el número o tipo de delitos sino el nivel económico de
los delincuentes y sus víctimas.
¿Por qué en Chimalhuacán no han crecido las conductas
típicas antijurídicas y culpables como en nuestros municipios del poniente?
Porque la estructura gubernativa, los estilos de gobierno, la participación
popular y, sobre todo, la menor corrupción a todos los niveles generan un
ámbito social para que el delito no se enquiste.
El habitante del estado de México está inseguro. No me salga
usted, por el amor de Dios, que en otros lados es peor. Los homicidios en su cantidad y crueldad, la violencia hacia
la mujer, son algo que avergüenza y preocupa no nada más a los habitantes del
estado de México, sino a todo el país y es ejemplo internacional de
degradación, en la primera semana de
mayo en el municipio de Texcoco dos
homicidios de mujeres, en la
comunidad de Riva palacio y cooperativo, en el rio Chapingo.
Violencia a falta de orden institucional
Olvídese del gobernador con su mando único, pero junte usted
el nivel de pobreza, la cantidad de personas en carencia alimentaria, el
desempleo, la desnutrición, la incultura, la promiscuidad, densidad o
hacinamientos, las distancias y el pésimo e inseguro transporte público, la
violencia que se nos inocula en la televisión, el cine y hasta en los jueguitos
de celular, más las drogas y el alcoholismo, en una enorme población y el
resultado es verdaderamente preocupante.
La idea es desincentivar al ciudadano cumplido para que no
abulte las estadísticas con su denuncia. Se la hacen a usted cansadísima y
tiene que ser verdaderamente estoico para aguantar esas oficinas del Ministerio
Público mexiquense o sus equivalentes federales o barandillas municipales. Hay más de 300 mil denuncias sin atender en
el estado de México.
Estos factores de pobreza, habitantes, desempleo, corrupción
y vicio el resultado es que el estado de México se nos ha convertido en el
estado más peligroso del país.
EL EJERCITO COMO MEDIO
SOCIAL Y NO DE REPRESION CIUDADANA: Nos sirve para meditar sobre todos
nuestros miles y miles de asesinados por la metralla desatada por el criminal
Felipe de Jesús Calderón Hinojosa mediante la absurda (para México) guerra que
emprendió al servicio de Washington y que prosigue el nuevo gobierno.
La Violación a la Carta Magna al sacar de sus cuarteles a
las fuerzas armadas, tan indigna como el silencio cómplice del Congreso de la
Unión y el Poder Judicial de la Federación, se agravó al convertir a soldados y
marinos mexicanos en caricatura de cipayos, como se denominaba a los hindúes
uniformados y armados por el ejército colonial ingles en el siglo XIX para
lanzarlos como carne de cañón contra las castas inconformes con el dominio de
la Pérfida Albión.
Quieren imponer
reforma educativa rompiendo lanzas con los maestros, los ciudadanos, muchos de
ellos jóvenes, que los apoyan en sus manifestaciones de inconformidad.
Como vemos ahora principalmente en Guerrero, jóvenes y
grupos de la sociedad civil marchan aliados a los maestros a pesar que los
sucesos del primero de diciembre son clarinada de que la autoridad está
decidida a cargar contra todo mundo con tal de defender los intereses del capital
financiero local e internacional que son parte de la oligarquía doméstica.
Por su habitual prepotencia, que estimulada cada vez más por
la experiencia de que los mexicanos somos indiferentes a sus atropellos y jamás
protestamos ni nos defendemos, les entorpece el razonamiento, las autoridades
no ven que los jóvenes impulsan la segunda revolución, aunque ahora pacífica,
conscientes o inconscientes de que “Allí donde esté el corazón de la juventud,
allí está el espíritu del porvenir”, como preconizó el poeta francés ALPHONSE
DE LAMARTINE.
La necesidad de vinculación militar ante la descomposición
de las instituciones por situaciones
endógenas y exógenas de poder, ante una población exige mayor seguridad física
y patrimonial, ante las crecientes extorsiones
y secuestros, homicidios, robos de Transeúntes, casa habitación,
comercios, ante esta situación del comercio parado, dónde el empresario no
invierte por la inseguridad y el temor de ser instrumento de la ilicitud.