lunes, 10 de noviembre de 2014

Descubren jumentos mexicanos teoría coopérnica del estado de derecho y el respeto a los derechos humanos

  • Por si fuera poco el asombro, dichos asnos adelantados, además de analfabetas funcionales, también hablan varias lenguas, entre ellas el chino mandarín.



Por Ernesto Alonso López
CriticaPolitica.MX/ @Critica_Politik
En la información, en general, no hay respeto por lo formal y existe una ausencia total de respeto por lo profundo. Las dinámicas son las lógicas de la presión y la inercia de la inmediatez.

La información, en la mayoría de los casos, es ruido de la comunicación: mediático, distractor. Información descontextualizada. Nadie cuenta de lo de ayer. Lo de ayer no importa, si lo de hoy es lo inmediato. Nadie quiere analizar lo de ayer y lo que nos llevó al hoy.

¿Para qué analizar?... ¿Para qué usar esa parte de la mente que nos permite unir puntos aparentemente inconexos y hacer abstracción?... ¿Abstra... queeeé?... Así es. Abstracción.

Es algo así como un burro que habla y justifica la desaparición, tortura y crimen de 43 estudiantes y dice que no hay que olvidar por qué sucedió, para que ya no vuelva a suceder, pero su principal preocupación no es el abominable suceso, (opus cit.), sino la imagen que damos al mundo. ¿Damos?.. Das lástima, mano. Ahora, sí que como dijo otro analfabeta funcional: ¿y yo, por qué?... O que esto se convierte en una comedia de humor negro chocantísima cuando Zedillo, el de Acteal, le dice Peña: estamos muy mal en estado de derecho. Ah, carajo, y estos… ¿qué saben de eso?... 

Que vayan todos agarrados de las pezuñas y le rebuznen a Human Rights Watch su teoría coopérnica de los derechos humanos y respeto al estado de derecho, porque seguramente acaban de descubrir el agua hervida, el hilo negro, el "know how" de los regímenes totalitarios. Eso, señoras y señores, merece un premio Nobel y también que les den las gracias por sus servicios prestados a la nación y se vayan a vivir plácidamente en la sede del poder, la Casa Blanca, que en realidad son sus patrones, beneficiarios y principales benefactores.

Bueno, al respecto no hay que culparlos tanto, porque es cierto, cada pueblo tiene los líderes políticos que se merece, pero no hay mal que dure cien años, también ha dicho el pueblo, el mismo pueblo que tildó a un cura, que ha padecido la persecución que sufrió Cristo, de afirmar cosas inconcebibles.  Y es que lo inconcebible es que los que se ponen de acuerdo con los de allá, para desaparecer no nomás a 43, sino a toda una nación, si les da la gana, es que sigan ahí tan campantes y sonrientes, con la cínica impunidad que los cobija el sistema putrefacto al que defienden.

¿Y de qué sirve llamar putrefacto a lo putrefacto, si no hay nadie que recoja políticamente, con un poco de vergüenza una añeja demanda de justicia, por los 43 y los del 68 y los del 71 y los periodistas?... Y así podemos seguir... hasta China.