miércoles, 9 de septiembre de 2015

Libertad de expresión en México continúa siendo un caso pendiente para el estado

  • “Nuestro país aún tiene una llaga abierta en este tema, tenemos mucho trabajo por delante”: Hannia Novell


Pachuca de Soto, Hgo.- Al presentar su libro “Bitácoras de guerra, experiencias de una reportera”, editado por Trillas y Círculo Editorial Azteca, durante la Feria Universitaria del Libro que organizaron la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo y su Patronato, bajo el auspicio del Consejo Nacional para la cultura y las Artes, del 21 al 30 de agosto, la periodista Hannia Novell expresó que existen líneas muy delgadas al hablar de libertad de expresión; sin embargo, dijo, es un tema pendiente en la agenda nacional.

“Los ataques a periodistas está ocurriendo frecuentemente en nuestro país, es algo que está ocurriendo todos los días justamente por dedicarnos a lo que nos dedicamos, por trabajar y hablar con la verdad. Es triste y lamentable porque hoy tenemos más periodistas caídos en México que soldados en Irak”, detalló.

En el auditorio Josefina García Quintanar del polideportivo Carlos Martínez Balmori, en la Ciudad del Conocimiento, Novell subrayó que ante los lamentables asesinatos de periodistas, la libertad es un caso pendiente del Estado mexicano: “Nuestro país tiene una llaga abierta en este tema, aún tenemos mucho trabajo por delante y el tema de libertad de expresión y la censura es hoy un caso pendiente para el Estado”.

Añadió que “el deber del periodista es siempre hablar con la verdad, cueste lo que cueste, ya que representa el puente que acerca las demandas ciudadanas con las autoridades, pero debe quedar claro que ninguna nota es más importante que la vida”, apuntó.

Sobre su libro, la también titular de un noticiero televisivo, comentó que guarda sus vivencias durante los conflictos en Irak, Afganistán y Nueva York después del ataque a las Torres Gemelas y Haití. “Comencé este libro porque siempre viajo con una libretita, a pesar de los adelantos tecnológicos me gusta trabajar con una libreta porque en ella reconozco mi letra, mis emociones y, a su vez quién soy, aunque ha cambiado la bitácora donde anotó los datos duros, además de mapas para saber dónde estoy y cómo salir del lugar donde me encuentro”.

Ante un auditorio lleno y atento, Hannia Novell compartió como fue que con trabajo y disposición logró ser corresponsal de guerra, una responsabilidad que como mujer sería aún más difícil de llevar a cabo: “Fue difícil incursionar en esto, pero al final tiene su recompensa, te queda la satisfacción de conocer amigos, informar a la gente, pensar que puedes cambiar el mundo para bien; aunque haya lágrimas siempre recomendaré el oficio”.

En este sentido indicó a los estudiantes de comunicación que se encontraban en el auditorio las recomendaciones que se deben seguir cuando se es corresponsal de guerra: “guardar en una pequeña mochila todos los documentos importantes y cargarla a donde quiera que vayan, no se sabe cuándo vas a ser víctima de un asalto, pueden robar tu visa para salir del país, venderte o cualquier otro tipo de situación”.

Agregó que el periodismo es un oficio que se debe llevar en las venas y se debe respetar, por lo que exhortó a los estudiantes a trabajar con ética, pasión y compromiso: “Nunca acepten una moneda, un soborno por una nota porque no sabemos qué puede pasar el día de mañana, tal vez al que la paga no le gusta y luego vienen las consecuencias”.

Afirmó que la responsabilidad de quien se dice ser periodista es siempre transmitir la verdad, y tener la firme convicción de lograr lo que uno se proponga, ya sea radio, medios impresos, televisión o medios digitales. “Les vengo a platicar de estas experiencias, porque los verdaderos reporteros son los que van a la calle, los que salen en busca de la nota”.

Finalmente, la ganadora del Premio Nacional de Periodismo 2003 que otorga el Club de Periodistas de México, subrayó que actualmente nuestro país atraviesa por situaciones de excesiva violencia, pero confió que aún existen mexicanos con el valor de cambiar las cosas.

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