- “Nos invitan a sentirnos mal por el simple hecho de ser mexicanos, llaman a despolitizar a la sociedad mexicana, hacen pensar que la política es una pérdida de tiempo, pero esto no es un fenómeno nuevo, pues siempre nos han querido vender la institucionalidad del estado mexicano”, puntualizó.
Ciudad de México.- La Ley 3 de 3 es como el Teletón; una
cortina de humo donde se contempla una causa importante, pero en lugar de
realmente organizar a la gente para luchar y cambiar la forma en que funcionan
las instituciones o que haya una protección real, lo que se propone son salidas
fáciles, pero en lo que concluye es sólo reforzar este mismo problema, destacó
el investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), John Mill
Ackerman al concluir la presentación de su libro “El mito de la transición
democrática”, durante el Librofest 2016.
“La Ley 3 de 3 está siendo negociada por un grupo
específico, donde al parecer hay muchos obstáculos y al final la Ley
Anticorrupción es probable que no sea la que se propuso en un inicio para
recabar las firmas, por lo que podría haber una traición de los representantes
hacia los firmantes, aunque espero que no sea así”, destacó el escritor.
Añadió que las leyes anticorrupción se han hecho desde hace
20 años, pues ya existe la autonomía a la Auditoría Superior de la Federación
(ASF), con el fin de combatir la corrupción; existe también una Ley de
Transparencia, así como el Artículo 6to de la Constitución, por lo que se
apuesta a la vía fracasada, la vieja política, por lo que destacó, lo que
debemos ajustar es la vía política; es decir, tomar las instituciones públicas
y ponerlas al servicio de la sociedad para que realmente sirvan. “Poner un
secretario de Defensa que tenga como prioridad a los mexicanos y dejar de
seguir órdenes del gobierno de los Estados Unidos, principal causa de represión
en el país.
Por ello, Ackerman destacó que el libro “El mito de la
transición democrática” fue escrito como un llamado para despertar, una
invitación a la rebeldía, donde se tiene que partir de una gran mentira, ya que
durante mucho tiempo se ha asegurado que los mexicanos son inconscientes y
apáticos.
“Nos invitan a sentirnos mal por el simple hecho de ser
mexicanos, llaman a despolitizar a la sociedad mexicana, hacen pensar que la
política es una pérdida de tiempo, pero esto no es un fenómeno nuevo, pues
siempre nos han querido vender la institucionalidad del estado mexicano”,
puntualizó.
Añadió que desde su punto de vista, el pueblo mexicano es
muy consciente, muy participativo, muy culto, con una gran historia, una
cultura de rebeldía pero que se encuentra atrapado dentro de un sistema de
control oligárquico que tiene muchas aristas para evitar que el movimiento de
indignación y consciencia se manifieste en un gran movimiento.
“Hay un estallido social constante en el país, por ejemplo,
los maestros están en pie de lucha. Las personas que aseguran que los mexicanos
son muy apáticos, son los mismos que descalifican a los maestros… ¿entonces en
qué quedamos, los mexicanos son apáticos o no les gusta la forma en que no lo
son? Sólo dan argumentos circulares que promuevan que la gente no haga nada,
pero es falso que los mexicanos sean pasivos, es falso que los maestros sean
bárbaros”, expresó el autor.
Si los habitantes de este país estuviésemos dormidos, no
existiría la repulsión hacia un Presidente de la República, lo que demuestra la
consciencia mexicana. “El país puede cambiar si se pone en práctica la rebeldía
colectiva, sé que no es fácil, pero tampoco es imposible, tenemos todo para poder
hacerlo. La participación ciudadana es cotidiana, no sólo se trata de
manifestarse o votar, hay muchas formas de organización comunitaria, incluso se
puede hacer política desde casa, hay diversas directrices para cambiar las
cosas, el asunto central es rescatar la política, donde los políticos quieren
esterilizarla”, recalcó el investigador.
Precisó además que todos los días en las calles de México
hay movilizaciones, por lo que no hace falta conciencia ni acción, lo que nos
falta es articularnos de un mismo lado, pues todos estamos luchando por un país
mejor.
Explicó además que en la actualidad, los que están
defendiendo la Patria hoy no son los soldados, aunque los respeta, pero los que
están dando el ejemplo son los maestros, mismos que merecen todo el respaldo,
“ahí está la llave para el cambio en nuestro país que ya no aguanta más el
saqueo, y, por supuesto, seguir su ejemplo en otros ámbitos”.
Durante la ponencia sobre su libro “El mito de la transición
democrática”, Ackerman indicó que hay que tomar en cuenta que el Partido
Revolucionario Institucional (PRI), se crea en 1946 como un régimen político de
simulación, pues este partido reemplazó al que fue creado el 30 de marzo de
1938, 15 días después de la expropiación petrolera de Lázaro Cárdenas, ostentándose
como un partido de masas.
Pero a partir de 1946, es cuando se traiciona la justicia de
nuestra constitución. La buena noticia es que lo sabemos, pues el descontento
ha llegado a niveles insostenibles, México es el menos satisfecho con el funcionamiento
de su sistema político, es el país más “sospechosista”, como diría Santiago
Creel cuando fue secretario de gobierno, destacó el autor.
En la presentación del libro que se llevó a cabo en la UAM
Azcapotzalco, también participó el jefe del departamento de Economía de la
mencionada unidad, Abelardo Mariña Flores, quien resaltó que “El mito de la
transición democrática”, presenta dos ideas que son muy importantes, una de
ellas es que la alternancia en el poder está limitada desde el inicio, donde tenemos
toda una institucionalidad que ha ido “perfeccionándose”, de la cual no podemos
confiar en lo absoluto, porque las reglas no son parejas en el plano electoral
y, por otra parte, refleja la constatación de que el pueblo mexicano ha
resistido al poder y a los poderes fácticos, por ello, el libro pone mucho
énfasis a movimientos sociales de los últimos 30 años, incluyendo el caso
Ayotzinapa.
“El Estado atraviesa una crisis estructural, pero no
significa que exista un colapso de los poderes fácticos, hay que tener mucho
cuidado de ser demasiado optimistas porque este Estado tiene mil formas de
restablecerse y sigue siendo muy fuerte”, concluyó Mariña Flores.
Finalmente, Rodrigo Argel Gamboa Garnica, consejero y
colegiado académico de la UAM-A, explicó que “El mito de la transición
democrática” de Ackerman, aborda temas coyunturales de nuestro país, donde se
demuestra la caída de la confiabilidad de la figura gubernamental.
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