domingo, 2 de septiembre de 2012

Columna


Reflexiones
Por Francisco Alfaro Ramírez

EL HILO DE LA CORRUPCIÓN

En el camino hacia la corrupción existen elementos claves que la hacen crecer, multiplicarse y ser parte de la actividad y vida cotidiana. Todo esto es debido a que la población cree que su tiempo es valioso, y evita enterarse de los procedimientos y pasos a seguir para realizar algún tramite, pagar alguna multa, o llenar algún papel gubernamental.

Para el gobierno y sus cómplices lo mejor es que no acabe nunca la tramitología, puesto que esto hace que el dinero fluya a sus manos, pero los ladrones tienen tarifa, así los estafadores con placa, llámense policías de tránsito, u otros delincuentes con placas que piden, exigen o hacen lo posible para poder pedir alguna dadiva o procuran desviar o integrar averiguaciones para meter o sacar a alguna persona a la cárcel.

Cada sector tiene su coyotera, así no se puede meter la mano por ningún policía, ningún juez, ningún político, y muy pocos servidores públicos de la administración gubernamental se pueden escapar de la corrupción.

Así la población no acostumbrada a tener sus documentos en orden, a no tener sus documentos a la mano, y que no sabe que existen muchos documentos que solicitará el administrador o la “autoridad” gubernamental, cuando la población requiere de algún trámite regular o urgente.

Por otro lado la estupidez de los gobernantes que mañosamente se han dedicado a tener distintos lugares donde se tiene la información y que en todas las ocasiones se les cae el sistema, pues no existen personas capaces para realizar un sistema gubernamental que le funcione.

Por otro lado cada gobernante recibe su parte, obviamente sin comprobante, libres de impuestos, de la recolección que reciben los cobradores, en las zonas rojas, de las donaciones que reciben de las constructoras o de los distintos proveedores de servicios que son contratados por los gobiernos.

La población contribuye en este hilo de corrupción al pretender hacer las cosas más sencillas y fáciles, o al no querer enfrentar a quienes administran al país, es decir cada uno de los burócratas que laboran en el gobierno, al creer que pagará menos  impuestos, o evadirá alguna multa de tránsito o alguna multa por la falta de algún pago.

Ofrecer dinero por salir de algún problema es la parte más sencilla pero que teje toda una maraña de corrupción, aquí el único perdedor es uno mismo, quien acostumbra y procura pagar por la falta de papeles, por apresurar algún trámite, por evitar más tiempo de espera o de trámites, es obvia la intención de la tramitología que hace el gobierno desde un estado corrupto, ineficiente, inepto, pero eso si siempre presumiendo supuestos logros y lo único que lo salva es la grandeza de quienes no son corruptos y están en el engranaje de la estructura del gobierno, estos son muy pocos.

Después de esto podemos preguntarnos: ¿Podemos tener un gobierno eficiente? ¿Tendremos la grandeza para evitar la corrupción?

Por supuesto tú tienes la mejor opinión y ambos tenemos la mejor acción.