sábado, 1 de diciembre de 2012

La herencia negra de Calderón

  • Entre el saldo que deja el gobierno federal saliente, se cuentan hasta 83 mil asesinatos y miles de desaparecidos
  • Con Calderón el salario mínimo cayó 43.1%
  • No pudo ser "el presidente del empleo", dejará 20 millones de nuevos pobres y 8 millones de 'ninis'
  • También heredará un país con “involución en derechos”: CNDH
Víctor Manuel Gómez Corona / Diario Avanzada 
Colima, México.- Costará muchos años reponernos de las secuelas que quedarán tras el sexenio que está a unas horas de concluir. Miles de muertes relacionadas con el crimen organizado, desapariciones e incontables hechos de violencia dejarán el sabor amargo entre los mexicanos luego de una política pública contra el narcotráfico, calificada por muchos como "fallida".

Pero sin lugar a dudas serán las víctimas indirectas —familiares y amigos de las personas asesinadas—, quienes tendrán que recobrar la esperanza de que las cosas estarán mejor. La sociedad tendrá que pasar su etapa de rencor y odio luego de las más de 60 mil ejecuciones reconocidas oficialmente, o por las más de 83 mil según el semanario Zeta de Tijuana, Baja California, y el Centro de Análisis de Políticas Públicas “México Evalúa”.

El reportaje titulado “El Presidente de las 83 mil ejecuciones”, consigna que esa cifra corresponde al 72.8% del total de 114 mil 158 homicidios dolosos ocurridos en el sexenio calderonista, de acuerdo con información obtenida del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) y el Sistema Nacional de Información. Pero sean 60 mil, 83 mil o 90 mil, cualquier cifra es alarmante, "basta con que sea sólo uno", declaró en días pasados el ombudsman de Colima, Roberto Chapula de la Mora, ante el incremento de personas ejecutadas en el estado.

NÚMEROS ESCALOFRIANTES

De acuerdo a un análisis del Centro de Análisis de Políticas Públicas México Evalúa, entre 2007 y 2010 la violencia en México aumentó más que en cualquier otro punto del mundo, y la tasa de homicidios registró un alarmante crecimiento de 29.3 por ciento. Los indicadores superaron a los de países como Kirguistán, Bermuda, Dominicana, Honduras, Panamá, Hong Kong, Santa Lucía, Costa Rica y Haití.

El cálculo de México Evalúa se hizo con base en información de la Oficina de Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito, publicada en United Nations Office on Drugs and Crime, “Homicide Statics 2012”. En tanto, mientras en México la tasa tuvo el escandaloso crecimiento de 29.3 por ciento, naciones como Brasil (-1.5%), Colombia (-3.7%), Chile (-3.9%) y Estados Unidos (-3.9%), presentaron decrementos importantes.

Según el estudio, mientras en el sexenio de Vicente Fox (2000 - 2006) se presentaron 74 mil 586 denuncias por homicidio doloso, en el mandato de Calderón, aún inconcluso (2006 – 2012) se habían denunciado 101 mil 199. Esto significa que se pasó de un promedio mensual de 1 mil 036 a 1 mil 426. En otro apartado se muestra que mientras en México, entre diciembre de 2006 y octubre de 2012 hubo 101 mil 199 asesinatos, las víctimas de la guerra en Irak entre 2003 y 2011 fueron 114 mil 212. Esas 101 mil 199 víctimas directas arrojaron unas 344 mil 230 víctimas indirectas, según estimaciones propias del organismo.

INVOLUCIÓN EN DERECHOS

Por otro lado, en días pasados Raúl Plascencia, presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), al término de su participación en el 36 Congreso Nacional de la Comisión Nacional de Tribunales Superiores de Justicia (Conatrib), en Tlaxcala, expuso que el gobierno de Felipe Calderón heredará una “involución en derechos humanos” que se explica por la falta de resultados del área de seguridad pública, misma que se vio involucrada en casos de violaciones en la materia.

A lo largo de este sexenio se dio un cúmulo de quejas recibidas por las sistemáticas violaciones de los derechos fundamentales por parte de las Fuerzas Armadas y las distintas corporaciones policiacas del país. El único logro de las distintas fuerzas de seguridad pública, subrayó, fue el incremento exponencial de casos de tortura, tratos crueles, cateos ilegales, personas desaparecidas, detenciones arbitrarias, una crisis y autogobierno en los penales, además de la fuga de 600 reos.

Abundó: “Lamentablemente en estos últimos seis años se dieron incrementos exponenciales en materia de violaciones a derechos humanos, es una muestra lamentablemente, pues hubo una involución en el tema de derechos humanos, en lugar de avanzar, de que hubiera mejor desempeño por parte de los servidores públicos, fue un retroceso en la materia”.

Este panorama negativo del sexenio saliente ya había sido expuesto por diversos activistas y organizaciones, entre ellas Human Rights Watch (HRW), Amnistía Internacional (AI) y Reporteros Sin Fronteras (RSF). En noviembre de 2011, el abogado mexicano Netzaí Sandoval presentó ante la Corte Penal Internacional (CPI) una demanda contra Calderón y parte de su gabinete de seguridad, queja respaldada con más de 23 mil firmas, así como contra los integrantes del cártel de Sinaloa, por la comisión de diversos delitos de lesa humanidad, ocurridos en el contexto de la llamada guerra contra la delincuencia organizada.

Sandoval declaró en ese entonces: “Existe un vacío legal que nos obliga a actuar a nivel internacional para denunciar situaciones como las desapariciones forzadas, torturas, ejecuciones extrajudiciales o las amputaciones y decapitaciones que van más allá de un simple asesinato”. Mientras, a principios de este año, HRW denunció que las fuerzas de seguridad en México han cometido diversas violaciones de derechos humanos y que los militares aún gozan de impunidad en esos casos.

En esa ocasión, la directora de comunicación de HRW, Emma Daly, explicó a la agencia EFE que Calderón estaba empleando a los militares para luchar contra los narcotraficantes y la delincuencia organizada, pero las Fuerzas Armadas no estaban bien entrenadas para realizar acciones policiales y gozan de impunidad cuando cometen abusos.

MÁS VÍCTIMAS

Uno de los gremios más afectados por la violencia en los últimos años es el de los trabajadores de los medios, agresiones que han llevado a manifestarse a decenas de reporteros y ONG para exigir la protección a este sector. Desde que Felipe Calderón declaró la guerra contra el crimen organizado, en diciembre del 2006, la agresión contra periodistas fue en aumento.

Los ataques a las instalaciones de los medios informativos se hicieron más evidentes y, en menos de un año, nueve periodistas murieron asesinados en Veracruz, entre ellos la corresponsal de Proceso, Regina Martínez. Según la página informativa Contralínea, al menos 82 periodistas fueron asesinados en el sexenio. Por otro lado, el Comité contra la Tortura (CAT) de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) llamó anteriormente no sólo a terminar con la figura del arraigo, sino a aprobar una ley que investigue las desapariciones forzadas cuyo crecimiento denunció desde 2011 el Grupo de Trabajo de las Naciones Unidas sobre Desapariciones Forzadas o Involuntarias y que calculó podría llegar a 3 mil casos.

El crecimiento de los abusos, que el Comité contra la Tortura de la ONU observa con preocupación, debería de mantenernos en alerta permanente puesto que cualquiera es sospechoso si así lo juzga el uniformado que nos revisa en una carretera nacional. "Calderón se despide y nos deja al ejército en la calle, situación que el próximo presidente Enrique Peña Nieto no cambiará, como ya han anunciado sus colaboradores más cercanos, entre ellos Miguel Osorio Chong, exgobernador de Hidalgo y que se perfila para dirigir la “supersecretaría” de Gobernación.

"Calderón se va y nos deja preocupados porque, según Amnistía Internacional, los casos de tortura crecieron aproximadamente 400% desde diciembre del 2006, sí, cuando comenzó la guerra contra el crimen que anunció el presidente con su traje militar de talla holgada.

SALARIO POR LOS SUELOS

Otro mal que se queda: un precario nivel salarial. El 64 por ciento de la población ocupada gana en promedio tres salarios mínimos, según el Inegi. El instituto reporta que durante el sexenio de Felipe Calderón, el 64.5 por ciento de la población ocupada percibió un ingreso promedio por empleo menor o igual a tres salarios mínimos, mientras que cerca del 10 por ciento de la población tuvo ingresos mensuales inferiores a 1 salario mínimo.

De acuerdo con resultados preliminares de la Primer Encuesta Nacional de Trayectorias Laborales se puso de manifiesto la precarización salarial de los mexicanos, pues alrededor de 74.5 por ciento de los trabajadores tienen que subsistir con no más de 5 mil 600 pesos al mes. El Inegi también dio a conocer que ocho de cada 10 mexicanos manifestaron emociones positivas en relación con su bienestar, por lo que se encuentran satisfechos y son felices con sus vidas, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Bienestar.

Así, durante el sexenio de Felipe Calderón que concluye este viernes, el salario mínimo cayó 43.1 por ciento para acumular una pérdida en 25 años de 79.11 por ciento, de acuerdo con un reporte elaborado por académicos del Centro de Análisis Multidisciplinario de la Facultad de Economía (FE) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

El análisis estima que para recuperar la capacidad del minisalario y mantener el incremento promedio de cada año –entre 4 y 5 por ciento– tendrían que congelarse los precios de diversos productos durante 47 años. El reporte, titulado "Queda pulverizado el poder adquisitivo de los trabajadores en México durante el calderonato", apunta que sólo en el último año de este sexenio el aumento acumulado del precio ponderado diario de los productos que integran la CAR asciende a 12.6 por ciento, con tendencia al alza, lo que está por encima del incremento directo a la percepción por día registrado durante 2012, de 4.2 por ciento, equivalente a dos pesos con 51 centavos, al pasar de 59.82 pesos a 62.33 de 2011 al presente año.

El aumento quedó pulverizado al ser rebasado en 8.4 por ciento. Además plantea que la condición económica de las familias en México se deterioró tanto que para mayo de este año 46.88 por ciento de ellas generan un ingreso mensual de 6 mil 656 pesos 67 centavos si tres de sus miembros trabajan. Así se garantizan diariamente 3.56 salarios mínimos y los tres trabajadores acumulan 150.67 horas de labores.

"Las familias mexicanas ven cómo cada día su dinero alcanza para menos y tienen que trabajar más para adquirir lo mínimo necesario para alimentarse, pese a discursos y estadísticas oficiales que anuncian que todo va bien. Dicha situación no tiene visos de mejorar con el gobierno entrante, que durante su gestión en el estado de México incrementó 50 por ciento el número de personas que viven de la basura o desperdicios de alimentos.

MÁS POBREZA


Al concluir la presidencia de Felipe Calderón Hinojosa —publicó Avanzada en días pasados—, en México existen más de 60 millones de personas que viven en pobreza extrema, de los cuales 57 millones no ganan lo suficiente para cubrir necesidades primarias, como la alimentación y el vestido. En el año 2006, al inicio de su administración, existían 40 millones de pobres y ahora al finalizar la misma el crecimiento promedio solo alcanzó el 2.2 por ciento, siendo el segundo porcentaje más bajo desde que existe el modelo sexenal, ya que solo el periodo del presidente Miguel de la Madrid fue menor.

Según datos que arroja el estudio denominado “2012: los retos de México ante el cambio de Gobierno”, elaborado por José Luis de la Cruz, director del Centro de Investigación en Economía y Negocios del Tecnológico de Monterrey (CIEN) en México las prestaciones sociales disminuyeron ya que actualmente 30 millones de empleados tienen ocupación laboral pero carecen de acceso a la seguridad social.

Además, Avanzada también reportó que actualmente México tiene 8 millones de "ninis", personas que no trabajan ni estudian, 31 millones de personas que no cuentan con accesos a la salud; 15 millones carecen de contrato escrito; 12.6 millones no poseen prestaciones; 10.9 millones laboran en un micro negocio sin establecimiento y 3.1 millones de empleados no son remunerados.

Y es que a pesar de haber un incremento del 8.9 por ciento en el empleo formal entre el segundo trimestre de 2007 y 2012, también se percibe un aumento del 22 por ciento en la economía informal. Entre 2006 y 2011, hubo una reducción de empresas que pasaron a la formalidad, apenas 5 mil patrones hicieron su registro, y más de la mitad de los desocupados tienen 30 años o menos.

OTRA HERENCIA

Mientras, la Agencia de Proceso expuso otra herencia del calderonismo: un daño ambiental irreparable. El caso se repite en Veracruz y Colima, ambos por la ampliación de sus puertos interiores. En el primer caso los argumentos científicos fueron insuficientes para convencer a las autoridades federales sobre las irreversibles consecuencias ambientales que ocasionará la ampliación del puerto de Veracruz, particularmente al Parque Nacional Sistema Arrecifal Veracruzano (PNSAV).

Tampoco pesó la adhesión de México a la Convención de Ramsar, tratado por el que los países miembros se comprometen a mantener las características ecológicas de sus humedales de importancia internacional. A tres días de abandonar Los Pinos, sólo falta que el presidente Felipe Calderón firme el decreto que, de acuerdo con especialistas, fue elaborado con argumentos “dolosos, tendenciosos, que distorsionan las bases científicas que sustentan el área natural protegida en cuestión”, con el único objetivo del beneficio económico, impulsado principalmente por la Administración Portuaria Integral de Veracruz (Apiver).

En el caso de Colima existe una situación similar, el proyecto de ampliación de puerto interior y la instalación de la regasificadora -que hasta la fecha sigue inoperable-, también causó mucho daño a la fauna y flora del lugar, incluso a la población trabajadora de los alrededores de la Laguna de Cuyutlán.
Desde 2009 ecologistas de Colima y su red internacional de apoyo pidieron detener la devastación de manglar en la laguna para el proyecto de terminal de gas, pues argumentaban que era violatorio de la Ley Federal de Vida Silvestre y de la norma oficial mexicana 022. Las voces nunca fueron escuchadas.