martes, 27 de octubre de 2009

Parlamento Ciudadano de México

Francisco Velasco Zapata

El próximo 31 de octubre se llevará a cabo el acto de “Constitución e Instalación del Primer Parlamento Ciudadano de México” (PACIME), mediante una sesión solemne en las instalaciones del Polifórum Cultural Siqueiros de la Ciudad de México. Al acto asistirán parlamentarios ciudadanos de todo el país.

Hay gente que pregunta ¿Y qué es el Parlamento Ciudadano de México? La respuesta es que se trata de una organización ciudadana donde realizaremos trabajos deliberativos en un ambiente incluyente, plural, democrático y propositivo para fomentar la participación ciudadana y de esta manera influir en la toma de decisiones del gobierno. El PACIME no es, ni será, partido político, ni agrupación política nacional. Estará integrado por ciudadanos que de forma libre y voluntaria resolvieron trabajar por México. El actuar es apartidista, responsable y apegado al Estado de Derecho. El parlamento se propone ser un órgano ciudadano que sirva de puente de comunicación entre gobernantes y gobernados; buscará actuar como fiscalizador del ejercicio de los presupuestos públicos desde la perspectiva ciudadana.

El objetivo primordial de este parlamento será fomentar que las decisiones gubernamentales dejen de ser verticales, partidocráticas, autoritarias y se orienten a mejorar la calidad de vida de todos los mexicanos y de esta manera fortalecer a México en lo interno y lo externo, tanto en su desarrollo político, como social y económico.

Uno de los grandes mensajes que dará el Parlamento Ciudadano de México -desde su nacimiento- estará orientado a que el paquete económico para 2010 no sólo atienda a las variables económicas exigidas por las calificadoras (cuyo prestigio internacional deja muchas dudas) que han señalado en distintas instancias del gobierno que si persiste la debilidad fiscal podrían bajar la calificación que dan a México, no obstante que sus recetas “contraccionistas” podrían hacer insufribles la lenta recuperación, el prolongado y peligroso desempleo y, contrariamente a los intereses del país, aumentarían la deuda por efectos de la reducción de los ingresos fiscales. Es cierto que el país debe cuidar el grado de inversión. Sí, pero sin que las medidas sean tan graves que terminen por conducirnos a males mayores como la pérdida de la endeble estabilidad social y la eventual desaparición de libertades.

Para Parlamento Ciudadano son tan importantes las calificadoras, la comunidad financiera internacional, los funcionarios norteamericanos, tanto como la opinión de todos los contribuyentes mexicanos, que somos quienes pagamos la carga fiscal. Por ello, ninguno de los actores mencionados debe pasar por alto el riesgo de recesión dilatada, violencia y polarización social; así como sus consecuencias para la recuperación y estabilidad de las distintas regiones del país.

Muy pronto los ciudadanos libres, los que amamos al país y estamos dispuestos a trabajar para que las cosas mejoren daremos el ejemplo de cómo, dónde y quiénes deben actuar en lo que para nosotros debe ser una verdadera “Reforma Fiscal” con altura de miras, visión de Estado y solidaridad con los que menos tienen. ¿Y usted, cómo la ve?
Politólogo.

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