"Lo que un grupo ambiciona, cae. Perdura lo que el pueblo quiere..."
José Martí
Francisco Velasco Zapata
El pueblo quiere que trascendamos al anacrónico y autoritario centralismo. Y que después de la ruptura del continuismo presidencial, surja un auténtico, no retórico, federalismo. La ciudadanía de las entidades federativas reclama un sistema político democrático. Reclama, con justa razón, que trascendamos a la actual, perversa y peligrosa partidocracia, en la que por efecto de pequeñas élites plutocráticas de los mismos, la mayoría de los ciudadanos quedamos marginados, despojándonos de nuestro legítimo derecho a ser electos. El pueblo demanda la opción ciudadana para elegir libremente a nuestros gobernantes y representantes, sin fraudes, ni manipulación de facciones.
El pueblo sabe que el miedo es natural en el prudente, y que saberlo vencer es de valientes. Por ello el pueblo demanda que los actores políticos trasciendan al desconcierto y fragmentación derivada de los acontecimientos; que trasciendan la lucha política por los puestos y al usufructo del presupuesto público, por lo cual se olvidan permanentemente de la precaria situación de las mayorías. Por eso en parlamento ciudadano de México (PACIME) proponemos regenerar a la política para hacerla creíble. Los actuales detentadores de los puestos del gobierno deben entender que la vieja política ya fracasó y que el pueblo vota en pro de cambios para que el país se regenere, no para perpetuar privilegios.
Para lograr nuestras metas, los parlamentarios impulsaremos la idea de lo colectivo, la conveniencia de unir el compromiso de todos, con todos, y por todos. Hay que abrir nuevos caminos. Enseñar los nuevos pasos de un andar colectivo y ciudadano. Para lograr esos altos propósitos buscaremos forjar alianzas en lo nacional; en los estados y en los municipios. Trabajaremos para realizar pactos factibles, realizables, que unifiquen acciones y den grandeza al país. Firmaremos compromisos para impulsar nuestras propuestas de cambio. Daremos cauce al proceso de transformaciones dando paso a los auténticos acuerdos para la transición a la democracia, para lo cual, convocaremos a un constituyente ciudadano. Hemos confirmado que si algún proyecto político tiene futuro, éste, sólo es posible si se toma en cuenta en los espacios de reflexión y de acción a los ciudadanos libres.
Nos agrupamos en el Parlamento Ciudadano porque queremos cambiar hacia un mejor rumbo a México, hacerlo más justo, más igualitario, más libre, más democrático, más federalista, más municipalista. Y eso demanda el esfuerzo colectivo de los ciudadanos progresistas, a quienes convocaremos permanente y crecientemente a unirnos. Vamos a construir una alternativa ciudadana frente a los Gobiernos del siglo pasado, una alternativa que trascienda a las actitudes medievales. Daremos respuestas a los nuevos y viejos problemas de la sociedad. Sabemos lo inmediato y cercano de los gobiernos municipales con la gente, con el pueblo. Sabemos que su funcionamiento toca casi todas las actividades de nuestra vida. Su ineficiencia e ineficacia, su corrupción, sus omisiones, las percibimos todos en carne propia. Mejorar su trabajo equivaldrá a impulsar una parte sustancial del verdadero y ansiado cambio.
No apostamos a la política del desgaste, de la crítica contumaz. Sabemos hacia dónde y cómo ir. Tenemos rumbo, un nuevo rumbo para México, federalista y municipalista, con equilibrio de poderes y con mucha participación ciudadana. Vivimos una sociedad informada, donde el ciudadano, para nosotros, está en el centro mismo de la acción política. Tenemos un proyecto ambicioso, porque nuestras aspiraciones colectivas están por encima de nuestras aspiraciones personales, porque es un proyecto de largo plazo, porque no aspiramos a ganar a costa de nadie, ni descalificando. Así es como concebimos al Parlamento Ciudadano de México. Un parlamento de todos los ciudadanos del país, de los estados y de los municipios, por eso nació sin fecha de caducidad. No esperaremos a que haya elecciones para promover el cambio. Podemos empezar ya. Impulsemos la reforma de los ciudadanos libres, porque los ciudadanos libres también contamos. ¿Y usted, cómo la ve? Politólogo
José Martí
Francisco Velasco Zapata
El pueblo quiere que trascendamos al anacrónico y autoritario centralismo. Y que después de la ruptura del continuismo presidencial, surja un auténtico, no retórico, federalismo. La ciudadanía de las entidades federativas reclama un sistema político democrático. Reclama, con justa razón, que trascendamos a la actual, perversa y peligrosa partidocracia, en la que por efecto de pequeñas élites plutocráticas de los mismos, la mayoría de los ciudadanos quedamos marginados, despojándonos de nuestro legítimo derecho a ser electos. El pueblo demanda la opción ciudadana para elegir libremente a nuestros gobernantes y representantes, sin fraudes, ni manipulación de facciones.
El pueblo sabe que el miedo es natural en el prudente, y que saberlo vencer es de valientes. Por ello el pueblo demanda que los actores políticos trasciendan al desconcierto y fragmentación derivada de los acontecimientos; que trasciendan la lucha política por los puestos y al usufructo del presupuesto público, por lo cual se olvidan permanentemente de la precaria situación de las mayorías. Por eso en parlamento ciudadano de México (PACIME) proponemos regenerar a la política para hacerla creíble. Los actuales detentadores de los puestos del gobierno deben entender que la vieja política ya fracasó y que el pueblo vota en pro de cambios para que el país se regenere, no para perpetuar privilegios.
Para lograr nuestras metas, los parlamentarios impulsaremos la idea de lo colectivo, la conveniencia de unir el compromiso de todos, con todos, y por todos. Hay que abrir nuevos caminos. Enseñar los nuevos pasos de un andar colectivo y ciudadano. Para lograr esos altos propósitos buscaremos forjar alianzas en lo nacional; en los estados y en los municipios. Trabajaremos para realizar pactos factibles, realizables, que unifiquen acciones y den grandeza al país. Firmaremos compromisos para impulsar nuestras propuestas de cambio. Daremos cauce al proceso de transformaciones dando paso a los auténticos acuerdos para la transición a la democracia, para lo cual, convocaremos a un constituyente ciudadano. Hemos confirmado que si algún proyecto político tiene futuro, éste, sólo es posible si se toma en cuenta en los espacios de reflexión y de acción a los ciudadanos libres.
Nos agrupamos en el Parlamento Ciudadano porque queremos cambiar hacia un mejor rumbo a México, hacerlo más justo, más igualitario, más libre, más democrático, más federalista, más municipalista. Y eso demanda el esfuerzo colectivo de los ciudadanos progresistas, a quienes convocaremos permanente y crecientemente a unirnos. Vamos a construir una alternativa ciudadana frente a los Gobiernos del siglo pasado, una alternativa que trascienda a las actitudes medievales. Daremos respuestas a los nuevos y viejos problemas de la sociedad. Sabemos lo inmediato y cercano de los gobiernos municipales con la gente, con el pueblo. Sabemos que su funcionamiento toca casi todas las actividades de nuestra vida. Su ineficiencia e ineficacia, su corrupción, sus omisiones, las percibimos todos en carne propia. Mejorar su trabajo equivaldrá a impulsar una parte sustancial del verdadero y ansiado cambio.
No apostamos a la política del desgaste, de la crítica contumaz. Sabemos hacia dónde y cómo ir. Tenemos rumbo, un nuevo rumbo para México, federalista y municipalista, con equilibrio de poderes y con mucha participación ciudadana. Vivimos una sociedad informada, donde el ciudadano, para nosotros, está en el centro mismo de la acción política. Tenemos un proyecto ambicioso, porque nuestras aspiraciones colectivas están por encima de nuestras aspiraciones personales, porque es un proyecto de largo plazo, porque no aspiramos a ganar a costa de nadie, ni descalificando. Así es como concebimos al Parlamento Ciudadano de México. Un parlamento de todos los ciudadanos del país, de los estados y de los municipios, por eso nació sin fecha de caducidad. No esperaremos a que haya elecciones para promover el cambio. Podemos empezar ya. Impulsemos la reforma de los ciudadanos libres, porque los ciudadanos libres también contamos. ¿Y usted, cómo la ve? Politólogo
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