Cristina Hernández e Ignacio Ramírez
Ixtapaluca, Estado de México
(14 julio 2012).- Un retiro espiritual juvenil se convirtió en un
verdadero infierno para 85 personas, la gran mayoría menores de edad, que
acampaban en una zona boscosa de Ixtapaluca, Estado de México.
Cerca de la medianoche del jueves, una banda de 13 personas,
entre ellos una mujer, llegó al Parque Ecológico Colibrí, ubicado en el poblado
Llano Grande, donde acampaban los jóvenes desde el lunes, y amagaron con sus
armas a todos.
Llegaron de golpe y disparando al aire. Así rompieron con la
tranquilidad del retiro.
Fueron horas de terror, en las que no sólo despojaron a las
víctimas de sus pertenencias, también abusaron sexualmente de siete mujeres,
dos de ellas menores de edad, fueron violadas, relató el padre de una de las
víctimas.
La pesadilla duró por lo menos tres horas, lapso en el que
los mantuvieron amenazados mientras los despojaban de celulares, alhajas,
dinero en efectivo y dos vehículos.
Las detonaciones sacudieron a todos, relató una de las 85
campistas, mientras esperaba a que sus amigas declararan en el Ministerio
Público.
"Empezaron a disparar en el centro del valle, empezaron
a sacarnos de las tiendas de campaña y ponernos en un punto de reunión, con las
manos en la nuca boca bajo", describe una de las jóvenes que estaba afuera
del Centro de Atención Ciudadana de Ixtapaluca.
El grupo estaba distribuido en nueve tiendas de campaña
pequeñas y una carpa de lona grande con el equipaje de las 85 personas.
El comando separó a las niñas de los hombres y después
colocó a todos boca abajo.
"Empezaron a golpear, pidieron que se parara la
representante; la persona que iba moviendo a las personas la agarraron y fue a
la que llevaban de tienda en tienda para que sacara celulares dinero, todo lo
que lleváramos", continúa el relato.
El miedo y el frío arreciaban. Algunas de las niñas pidieron
ir al baño. Solicitaron cobijas que, a regañadientes, los agresores les dieron.
Cuando alguien intentaba levantar la mirada, de inmediato
era obligado a bajar la cabeza con la culata de las escopetas. Mientras, los
ladrones fumaban y bebían.
El campamento de verano era la última actividad del grupo de
jóvenes cristianos que se reúne cada sábado en parques de Coapa.
El año pasado la sede también fue El Colibrí y no tuvieron
contratiempos. Esta vez llegaron desde el lunes y pretendían permanecer una
semana.
"Mi hija ya llevaba varios años ahí (en el grupo),
desde chiquita, desde que tenía 14 años, hasta ahora que tiene 19. Nos habló
ella por teléfono hoy (jueves) en la mañana, de los acontecimientos que habían
pasado", relató el padre de una de las víctimas.
El complejo se ubica a la altura del kilómetro 56 de la
Carretera federal México-Puebla. De la pluma de acceso al punto del campamento
los separaban 7.5 kilómetros, una zona sin cobertura telefónica.
"Dentro de la zona no hay ninguna seguridad. El señor
Juventino se encarga de abrir y cerrar la pluma; era su mes de encargado",
explica una de las organizadoras del campamento.
"Él nos dijo que todo iba a estar seguro, que no iba a
pasar nada, que era el único responsable de todos los autos que entraban y
salían porque era la única persona que podía manejar el candado".
No fue así. O los atacantes ingresaron por otro lugar o
tenían llave del candado, ya que éste nunca fue violado.
Cuando tenían en su poder el dinero y las pertenencias de
los campistas, pidieron las llaves de dos autos particulares propiedad del
grupo.
Los salteadores dejaron instrucciones claras: cuando se
retiraran, las víctimas tenían que permanecer hasta las 06:00 horas o volverían
para matarlos.
Por lo que no fue sino hasta ayer por la mañana cuando los
líderes del grupo pudieron entablar contacto telefónico con sus familiares,
quienes enviaron dos camiones para regresarlos.
Juan Carlos Palafox, representante legal de los afectados,
indicó que por la forma en que operaron los agresores, suponen que se trataba
de un grupo muy organizado que conoce el lugar.
El grupo cristiano está integrado en su mayoría por jóvenes
del Sur del Distrito Federal y su base de acción es Coapa.
Un Chevy, un Pontiac, 40 celulares, 40 cámaras fotográficas
y de video y poco más de 15 mil pesos en efectivo fue el botín.
Anoche, las menores atacadas rendían declaración en el
Centro de Atención Ciudadana Ixtapaluca, dependiente de la Procuraduría
mexiquense. (Grupo Reforma)