lunes, 14 de mayo de 2012

Columna


Reflexiones
Por: Francisco Alfaro

SALARIOS CONTRA PRECIOS.
La economía familiar ha sido golpeada constantemente por los gobiernos mexicanos, la imposición de un salario mínimo, hizo que las ganancias de los empresarios siempre fuera mayor que el aumento de los precios, de los servicios del gobierno y de la ya inalcanzable canasta básica.

El Estado ha privilegiado la entrada de capital en la bolsa de valores sobre la inversión directa de empresas productivas, ha procurado dar todas las facilidades a la inversión extranjera y ha dejado a la deriva al mediano y pequeño empresario, provocando la fuga de capitales y de inversión dentro del país.

Existe una canasta básica que no se protege, mantiene no solo una insuficiente alimentación en la población, sino también ha generado violencia, robos en pequeña escala sobre la población que se ve indefensa ante atracos policiacos y atracos de los otros delincuentes sin placa, robo de celulares, zapatos, bolsos, pequeñas cantidades de dinero que son mucho para quien vive al día, los atracos se dan en motonetas, por asaltantes solitarios que en las esquinas se mantienen y que al parecer saben los movimientos de los mal llamados policías.   

La privatización de los servicios y la contratación de eventuales junto a una mafia de sindicatos (CTM-SENTE-ETC.) que en otro tiempo era un bastión de votos para el PRI, sumió a la base trabajadora sin la mínima protección a la rapaz explotación de muchos patrones, todo con la anuencia del gobierno federal y  los estatales.

Los famosos subsidios que a la fecha se siguen dando, han sido los paliativos para mantener una dictadura de partido así como la partidocracia de hoy, donde la población se ve comprometida a dar gracias a sus gobernantes por los apoyos y obras públicas.

Este sistema ha mantenido a muchos ladrones en el poder y ha dejado a mucha de la  población en la pobreza extrema y en la pobreza, con salarios deteriorados y que sirven solo para sobrevivir, no hay diversión, ni esparcimiento, ni educación que garantice un futuro prometedor, lo que ha provocado la proliferación de la piratería y el comercio ambulante, solapada por los gobiernos, esto ha provocado un aumento de los problemas de drogadicción, pues son el escape de una población sin esperanza.

Los cobros en impuestos han aumentado para seguir manteniendo la opulencia y los disparates de los gobernantes, en el DF no hay aumento, son adecuaciones, refrendos, lo que significa que tu propiedad ya vale más, por lo tanto debes pagar más, en los vehículos debes tener todo papel a la mano, pues su sistema de red es tan eficiente como los gobernantes pero el cobro se mantiene.

En México la seguridad para los grandes empresarios está garantizada, su ganancia también, las devaluaciones solo golpearán a los bolsillos de trabajadores y pequeñas empresas, la lucha de salarios contra precios la tiene perdida el empleado, el obrero, el campesino, el pequeño comerciante, en fin el pueblo pobre, el gobierno seguirá apoyando a quien más tiene, sin importarle la inseguridad, los secuestros, las violaciones, la trata de personas, los asesinatos, los atracos, las enfermedades y todos los males que a ningún político de las élites partidistas les sucede, para ellos si hay justicia y todo el apoyo de instituciones y personas necesarias para resolver sus necesidades y caprichos. México seguirá en la pobreza.

QUE GOBIERNO QUEREMOS.   
Un Estado fuerte es el que controla la situación interna y externa de un país, es respaldado por la población, es decir que lo legitima el ciudadano, es capaz de movilizar a la población en las acciones que garanticen las soluciones consientes que afectan al país, en el exterior defiende los intereses de la nación, respaldando inversiones, exportaciones e importaciones que beneficien al país.

El gobierno no inicia desde el Estado, inicia desde el núcleo familiar, ya que si la persona no se sabe gobernar, falla más al intentar gobernar una familia, si el individuo carece de un sistema de valores ya sea por ignorancia o por que no le fueron inculcados, por sus padres, por su religión o por la sociedad como escuelas o personas cercanas, si tiene en su facultad de entendimiento o razón y conciencia, el saber distinguir lo que le afecta y le perjudica y lo que le hace sentir bien consigo mismo y con las demás personas.
La base de una sociedad que tiende a mejorar está en una educación, tanto científica y técnica como humanística, siendo la ciencia la base de la educación, pero ésta debe de expandirse, no hacer un culto a lo poco que hoy abarca, la ciencia no solo descubre, también plantea posibilidades, la técnica implica poner en práctica las maneras de mejorar la producción y las humanísticas indican el donde aplicar y el por qué aplicar todo el cumulo de conocimientos emanados de la ciencia, todo ello en aras de mejorar las condiciones de vida de la humanidad, esto es un planteamiento para un gobierno eficaz.

Cada país y pueblo tiene sus tradiciones, costumbres y anhelos, pero todos sin excepción quieren vivir en paz, quieren tener mejores condiciones de vida, quieren tener gobiernos de Estado eficaces, capaces de dar soluciones a los problemas que acaecen a los pueblos.

En México queremos gobiernos realmente democráticos, con personas preparadas y no habladores, necesitamos cero corrupción, lo que implica personas éticas, queremos trabajo y no que nos den limosna, somos trabajadores y no queremos nada gratis, así es el valor que ha distinguido a la mayoría del pueblo mexicano, queremos ganarnos la calificación con esfuerzo y conocimiento, queremos vivir en paz pero sin renunciar a las libertades fundamentales, queremos justicia aunque nos duela, somos respetuosos y tenemos palabra aun cuando esto nos perjudique, esto nos muestra nuestra cierta ingenuidad, pero es un valor que pocos aprecian. Queremos un gobierno honesto, eficaz, trabajador, honrado, democrático, ¿es mucho pedirle esto a los que hoy son candidatos y después serán gobernantes?, cumplan únicamente con lo que les corresponde, saberse gobernar, para poder gobernar, no se les pide que hagan más allá de lo que sus mínimas facultades y la honradez les permiten.